En la mochila del buen aficionado siempre hay un apartado muy importante dedicado a la espera. A que salga un toro al que se le salve la vida por su bravura, a la faena soñada de cualquier diestro, a un gran par de banderillas de ... un subalterno... Y, cómo no, a cualquier torero que le haga vibrar temporada tras temporada. Este último es el caso de Emilio de Justo (Torrejoncillo, Cáceres, 1983), muchos años con poca presencia en las plazas del país y desde 2018 anunciado, como figura indiscutible, en todas las grandes ferias. En las épocas más complicadas, cuando los empresarios no contaban apenas con él, el diestro extremeño siguió arando para, ahora, recoger una buena cosecha.
-¿Cómo es Emilio de Justo como torero?
-Soy un torero al que le gusta siempre hacer bien las cosas, transmitir todo el toreo que llevo dentro y, sobre todo, que la gente salga emocionada de la plaza. Creo que eso es lo esencial, que la gente que paga por verme salga contenta y emocionada después de la corrida.
-¿Cómo le dio por esta profesión?
-Soy de Torrejoncillo, un pueblo de Extremadura, y esa zona es un lugar con mucha tradición taurina, tanto en la calle como en las plazas, y desde pequeño estoy acostumbrado a esto. Cuando era un niño, iba a las plazas y veía a los toreros como héroes y, poco a poco, me fui interesando por el toreo.
-¿Tiene antecedentes familiares relacionados con el toreo?
-La verdad es que no, ni familia ni amigos han estado nunca relacionados con el mundo del toro.
-Sus primeras temporadas no fueron muy importantes, pero lleva ya unos años en los que triunfa en casi todas las ferias. ¿Hay que esperar a los toreros?
-A cada torero le llega su momento, y si se cree en ello, no hay que dejar de trabajar nunca por tu sueño. Yo estuve mucho tiempo en el 'banquillo', pero nunca desistí, siempre seguí trabajando para cuando llegara mi momento estar perfectamente preparado para ello. Y, ahora, ese esfuerzo se está viendo recompensado.
«Si todos ponemos un poco de nuestra parte, al toreo le quedan muchos años de disfrute»
-Dicen que el público, ante la responsabilidad del torero, da más miedo que los morlacos. ¿Qué opina usted?
-Bueno, la exigencia del público siempre es importante para no relajarse. Por ejemplo, ahora, cuando estás en los carteles más importantes, se te exige mucho más que cuando sólo tienes alguna corrida suelta.
-Esta tarde torea en Santander, ¿qué le parece el cartel de la corrida?
-Es un cartel con dos grandes toreros. De Finito, ¡qué te voy a decir que no se sepa! Ha sido y es una referencia para mí. Y Ginés Marín es un torero en un momento excelente y con un gran futuro por delante. Junto con la ganadería de Torrealta tiene todos los ingredientes para que sea una bonita tarde.
-¿Y el público de Cantabria?
-Es un público al que le gusta que siempre se hagan bien las cosas, en el año 2019 tuve el placer de torear en esta plaza y sentí un gran cariño por parte del público. Guardo un buen recuerdo de esa tarde, ya que además acompañaron las sensaciones y pude triunfar.
«Finito ha sido y es una referencia para mí, y Ginés Marín tiene un gran futuro por delante»
-¿Dígame una tarde para recordar y otra para olvidar?
-Bueno, al fin y al cabo es muy difícil elegir una tarde, ya que en muchas de ellas, por suerte, he podido disfrutar y expresarme como yo siento, pero si tuviera que elegir alguna podría ser la última en Madrid, en Las Ventas, el pasado 4 de julio. Se juntaron un cúmulo de muchas sensaciones que son difíciles de explicar. Y para olvidar, quizás mi debut en Madrid, que me devolvieron un toro tras escuchar los tres avisos. Pensaba que ahí se me acababa mi carrera como torero.
-¿Cree que la fiesta durará por muchos años?
-Yo creo que si ponemos todos un poco de nuestra parte, a esto le quedan muchos años de disfrute. Algo tan arraigado a la cultura de un país y de unas costumbres no puede acabarse así como así. Todos debemos luchar porque nos respeten lo que es nuestro.
-¿Es cierto que los toros van perdiendo esa emoción que da el riesgo en la plaza?
-Yo creo que no, y menos este año que se están lidiando toros cercanos a los seis años y con un trapío espectacular. La emoción es una de las bases de la fiesta y eso nunca se debe perder; y obviamente la emoción va de alguna manera ligada al riesgo.
-¿Cuáles son sus ganaderías favoritas y por qué?
-No tengo ganaderías favoritas, todas merecen mis máximos respetos por hacer lo que hacen en estos tiempos tan difíciles para todos, y en especial para ellos. Hay varias que han estado siempre muy ligadas a mi carrera, pero no tengo predilección por ninguna, me gusta matar todo tipo de ganaderías y encastes.
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Toros
Del hierro de Torrealta.
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Finito de Córdoba. Última actuación en Santander
2007 (Ovación y pitos) .
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Emilio de Justo. Última actuación en Santander
2019 (Oreja y oreja).
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Ginés Marín. Última actuación en Santander
2018 (Oreja y oreja).
Ni del norte ni del sur, pero siempre agradecido
Emilio de Justo no tiene una plaza favorita: reconoce que siempre que hay algunas que son muy importantes y se les tiene especial cariño, «pero en todas y cada una de ellas me siento muy agradecido y contento de poder pisarlas y tratar de expresar el toreo que llevo dentro». Tampoco se considera torero ni de norte ni de sur ya que asegura que por suerte se ha sentido muy querido en todas las plazas en las que ha tenido la suerte de torear. «La gente me regala muchísimo cariño allí por donde voy y eso es muy gratificante». Y en cuanto a la corrida de hoy, espera que «tanto toreros como ganaderos podamos triunfar y que el público cántabro pueda disfrutar de una magnífica tarde de toros».
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