Una pasión que traspasa fronteras

Y es que el cartel de la quinta tarde de la feria estaba a la altura. Toreros de lujo para una ocasión de lujo. El Juli, siempre incombustible; Roca Rey, el torero de moda; y Eduardo Dávila Miura, que pese a su retirada hace dieciséis años ha escogido la ciudad para volver a ser torero por un día. Casi nada. Y la gente sabía que venían, vaya que si lo sabían.

Los aledaños del coso se convirtieron así en una amalgama de culturas, de gentes, de colores... Y es que una jornada previa a un día festivo hace lanzarse a la gente a la calle; y más si el tiempo obedece. Los ciudadanos no tenían ningún impedimento para disfrutar.

La expresión «lleno hasta la bandera» vino como anillo al dedo para describir el ambiente de ayer, en el que los colores, banderas, pañuelos, rostros, expresiones, eran una. No importaba el lugar de procedencia, todo el mundo era bienvenido. Todos ellos se agolpaban delante de la cámara de El Diario Montañés con un fin: inmortalizar el momento, hacer ver que habían ido a una de las corridas más esperadas de la Feria de Santiago de este año. Un momento único para muchos, irrepetible. Y también para otros, que, aunque más tímidos, dejaban entrever su ilusión y ganas ante una cita como pocas otras.