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Son quienes dan color al chupinazo y al resto de actividades de la Semana Grande de Santander. Desde el balcón del Ayuntamiento, se ve todos ... los años cómo las peñas llenan la plaza en ese habitual inicio de las fiestas. Este año, por segundo consecutivo, no se reunirán allí. De hecho, apenas realizarán actividades. Algunos, directamente, han suspendido todo con la esperanza de que el 2022 esté libre de covid. Otros, con todas las medidas sanitarias vigentes, harán pequeños eventos, sobre todo solidarios, para tratar de disfrutar estos días en la medida que sea posible. Aunque no harán comidas multitudinarias como otros años, muchos llevarán sus camisetas y pañuelos por la calle para animar el ambiente, aunque sea para pasear y tomar algo en pequeños grupos.
Desde La Pera, Ismael de la Vega explica que no se juntarán todos en su tradicional comida. Son 40 y en el escenario actual es imposible. «Algunos, en pequeños grupos, quedaremos para comer. Seis como mucho», cuenta. No harán nada que no haría cualquier grupo de amigos. «La única diferencia es que llevaremos la ropa característica de nuestra peña». El año pasado hicieron un vídeo con la canción 'Resistiré', para el que cada uno se grabó desde su casa. Este año, aunque aún no han concretado, harán algo similar enviando imágenes individuales. Algunos miembros de la peña acudirán a los toros y a conciertos, pero a título personal. «Hay que vivir, tirar hacia adelante. Se puede compatibilizar con cumplir las normas marcadas», apunta De la Vega.
Es el quinto aniversario de la peña Los Hijos de Julio. Como llevan haciendo los últimos años, nombrarán 'Hijo predilecto de Julio' a un colectivo que, en este caso, será la asociación Derecho a Sonreír, que dirige el santanderino José Manuel Guitián y que cuida de la salud bucodental de los más desfavorecidos, tanto dentro como fuera de España. «También vamos a vender pañuelos conmemorativos del aniversario por cinco euros y todo el dinero recaudado se destinará íntegramente a la Cocina Económica». El punto de venta será el bar Rama del Río de la Pila. En esta peña son cerca de 70 miembros y este año no se juntarán, por lo que optarán por reunirse en pequeños grupos, al igual que La Pera.
Este iba a ser el año debut de la peña Al Mejillón, pero tendrán que dejar las grandes celebraciones para el año que viene. El año pasado también lo intentaron y esperan que a la tercera, en 2022, vaya la vencida. «Al final este año no vamos a hacer nada concreto. Sí iremos en pequeños grupos a tomar algo, porque creemos que es importante apoyar a la hostelería después de un año tan duro. Pero lo haremos con responsabilidad, reservaremos e iremos como mucho seis personas. En esta peña somos 'pro mascarillas', así que la llevaremos en todo momento aunque ya no sea obligatoria para andar por la calle», concreta la secretaria de la peña, Tania Reigadas. «Algunos iremos a algún espectáculo de la Campa de La Magdalena, con consumiciones reservadas previamente para no tener que movernos de la mesa y no arriesgarnos a contagios».
En la peña Los Chatos sólo se van a enfocar en su actividad benéfica: van a vender muñecos solidarios tejidos a mano por una de sus integrantes, que se podrán comprar en su sede, el bar La Torre, en Cuatro Caminos, a partir de las diez de la mañana del próximo domingo. Todo lo recaudado se destinará al Banco de Alimentos de Cantabria.
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