Recuerdos de las fiestas de Santiago

Como hostelero, Pin Peñucas está acostumbrado a pasar las fiestas de Santiago dentro de su restaurante. Para él no supone ningún problema, ya que son una de las mejores fechas del año para el negocio. Allí, los clientes se reúnen antes y después de ir a los eventos típicos de la Semana Grande. Recuerda con especial cariño las horas previas a las corridas de toros, cuando muchos clientes iban a comer a Los Peñucas, en el Barrio Pesquero, antes de trasladarse a la plaza. «Echo de menos ese ambiente festivo antes de los toros».

Sólo quiere dejar atrás la pandemia y ya tiene la vista puesta en 2022 para poder olvidarse del covid y recuperar la normalidad. Para Pin, este año está siendo peor que el anterior. «El verano pasado teníamos una incidencia muy baja y vino un montón de gente. Tuvimos mucho trabajo a pesar de la situación. Sin embargo, este año Cantabria está muy mal, de las peores comunidades, se nos acumulan las cancelaciones y trabajamos con miedo». No le queda otra que mirar con optimismo hacia el futuro. «Este año no iré a las ferias, pero cuando esto quede atrás volveré junto a mis nietos», anhela.

Para Pin, la mejor época del año arranca con El Carmen, una fecha sagrada en el Barrio Pesquero. «Desde ese momento y con las vacaciones de los colegios empieza lo bueno, esto se llena de gente. Pero este año se nota mucho menos. Terrible». Por eso, no queda otra que esperar que el escenario en 2022 sea completamente opuesto. Concretamente, que sea como en 2019. «Que la gente vuelva al restaurante antes de ir a los toros, que se les vea contentos, sin preocupaciones. Eso es lo más bonito que hay».

Echa de menos todo lo que identifica a las fiestas de Santander y participará en aquello que pueda. El escritor y periodista Federico Lucendo Pombo recuerda cuando las fiestas de Santiago se bautizaron también como la Semana Grande y se instauraron los característicos pañuelos azules. Llegó a Santander de forma muy natural. «La gente lo integró enseguida, como si se hubiera hecho desde siempre. A nadie le sorprendió. De repente, era algo tan nuestro como el viento sur». Si hay algo característico de las fiestas que añora son los fuegos artificiales. Guarda un recuerdo especial porque a sus amigos latinoamericanos –su trayectoria laboral ha estado muy unida a ellos– «les impresionaban mucho, era de lo que más les gustaba de las fiestas». Es una de las actividades que este año no se podrán celebrar y tiene la esperanza de poder disfrutar de ellos otra vez en 2022.

«Este año iré a algún concierto y haré alguna comida con amigos, lo que se pueda dentro de las restricciones que hay». El veterano periodista participará en algunos de esos eventos que se desarrollarán en las principales plazas de la ciudad y para las que hay que reservar plaza para cumplir con los aforos marcados.

Pero si hay algo que caracteriza a las fiestas de Santander y que Lucendo Pombo lamenta que este año no se produzca al 100% es el ambiente festivo que se respira en las calles de la ciudad. «Ver a la gente disfrutar, de 'parranda', por las casetas y por los bares, felices... Eso es lo que más echaré en falta este año porque, aunque también haya gente, el ánimo no es el mismo que antes de la pandemia». El 2022 devolverá lo que quitó el 2020.

Su churrería es protagonista de todas las fiestas de Cantabria. Allí donde hay una romería, está ella. Pero en el caso de la Semana Grande, suele disfrutarla más como santanderina que como churrera, ya que Elena Torres aprovecha los días libres «para escaparme a las ferias». El resto del verano –antes de la pandemia–, recorre la comunidad autónoma de fiesta en fiesta. Pero por culpa del covid, lleva dos años anclada en su «ubicación de invierno». Concretamente, donde empieza la Alameda de Oviedo, en su intersección con Numancia. A pesar de ello, estas últimas semanas está más animada porque «se ve que hay más gente, más ambiente. Ya están llegando bastantes turistas y veo caras nuevas por la zona».

Torres una enamorada de las fiestas. Ella, que lleva ya 43 años al frente de sus churrería, ha disfrutado de todos los eventos. «Las ferias, los fuegos artificiales... He conocido hasta los carnavales de verano de Mataleñas, no te creas que muchos lo recuerdan porque sólo se hizo una vez, hace ya muchísimos años».

A diferencia de lo habitual, en este 2021 sí pasará todas las fiestas de Santander sin salir de la ciudad. La suspensión de eventos a lo largo de la región le hará quedarse en esa ubicación fija, por la que pasan muchos santanderinos y turistas en busca de unos buenos churros. Su jornada comienza a las seis de tarde, por lo que tiene gran parte del día para disfrutar del ambiente festivo de la ciudad antes de acudir a su puesto. «Aunque se ve movimiento, ya estamos esperando con ganas el próximo año. Tenemos esperanza en que se haya recuperado la normalidad porque estaremos todos vacunados».

Es un incondicional de los conciertos de la Porticada y recuerda con especial cariño al último artista que presentó allí: José Mercé. El comunicador y presentador Jesús Mazón no se pierde nunca las fiestas de la Semana Grande. «Tengo ganas de que vuelvan esos conciertos multitudinarios en la Porticada. En este último, había 5.000 espectadores y la calle tuvo que cortarse hasta Correos. Ahora es impensable que se concentre tanta gente». La simple idea de que ocurra algo así «le da mareos» por el covid. «Tanta gente allí apelotonada... Echo de menos poder hacerlo sin pensar en pandemias. Ahora, estos actos se hacen sentados y con un público muy reducido. Aunque los artistas aseguren que el calor del aplauso les llega igual, no es lo mismo. Ahora es mucho más vacío».

Otra de sus actividades preferidas de las fiestas es el chupinazo, que muchas veces ha vivido desde el balcón del Ayuntamiento. «Recordar ese tumulto desde allí arriba, con esa naturalidad... No puedo esperar a que vuelva». También extraña el ambiente que se genera todos los años en torno a las casetas de la Feria de Día y la hostelería.

Reconoce que este año no tiene muchas ganas de participar en actividades, aunque acudirá a alguna. «Hay que tener paciencia y cuidarnos. La salud es lo más importante y, aunque ya hay mucha gente vacunada, el miedo sigue ahí». Sí que hará una excepción para conocer el nuevo espectáculo 'Ríe' de su amigo Raúl Alegría. «Ya fui el año pasado y pude ver que está todo muy controlado y es muy seguro. El circo está muy bien organizado, así que este año también me animaré para conocer su nuevo show de magia».

Sus clientes le contagian todos los veranos la ilusión por las fiestas. Desde el restaurante Marucho, Maite Rodríguez apenas tiene tiempo de disfrutar de la Semana Grande porque es una de las mejores fechas para la hostelería de la ciudad. Eso sí, disfruta como una más gracias a aquellos que se pasan por allí antes de ir a los toros. «Nunca puedo ir, pero me emociona ver cómo lo viven los clientes». Recuerda con alegría una jornada de fiestas que, con toda la saturación que había en los taxis de la ciudad, tuvo que llevar a clientes en su propio coche hasta la Plaza de Cuatro Caminos. «Estos festejos mueven mucha gente». Lo que sí le daba tiempo a disfrutar eran las ferias del recinto del Sardinero. «Al cerrar el restaurante, íbamos todo el equipo para allá y nos lo pasábamos en grande». El toque de queda se lo impedirá este año, en el que apenas hay actividades. Como su restaurante está en Tetuán, para Rodríguez las fiestas empiezan con San Fermín. «Ya este año, como el pasado, hemos echado de menos el pasacalles». La hostelera ya está cansada de la situación y prefiere mirar con optimismo hacia el futuro. «Tenemos que cuidarnos para que el verano que viene ya haya quedado todo esto atrás y poder darlo todo, celebrar por todo lo que no hemos podido hacer en estos dos últimos años». Este verano, apunta, ha recuperado parte de esa ilusión que perdió en 2020 porque, aunque no haya muchos eventos, sí se están haciendo algunas cosas en la ciudad. «Los clientes vuelven dos años después como si el pasado no hubiera existido, prefieren no acordarse de lo malo y eso es buena señal. Pronto quedará todo atrás».

Es un hombre de mar que pasa más tiempo en el agua que en la tierra. Pero si hay algo que no se pierde cuando tiene los pies sobre el asfalto es la Semana Grande. El pionero del surf Jesús Fiochi no cree que este año disfrute de muchas actividades, aunque no descarta dejarse caer por las ferias con sus nietos y su mujer. «Será de lo poco en lo que participemos». Allí, con aforos controlados y medición de temperatura a la entrada, cree que podrá disfrutar de una jornada divertida en familia sin ningún susto. Pero, sin duda, lo que más le gusta de las fiestas es el ambiente general que se crea en las calles. La gente paseando por el centro de la ciudad, parando en las casetas y en los bares, la alegría que se respira... «Simplemente, disfrutar de Santander y del ambiente del verano».

Pero si hay una actividad concreta que jamás se pierde son los fuegos artificiales. «Los veo todos los años desde casa. No nos hace falta ir a ningún lado porque desde ahí se ven perfectamente. Eso sí, si viviera en un lugar desde el que no fuera posible verlos por la ventana, iría al Sardinero porque son algo extraordinario». Esta es una de las actividades que se han cancelado en las fiestas de este año para evitar aglomeraciones pero, en caso de que se hubieran celebrado, en su caso concreto estaría libre de riesgo porque podría verlos desde el salón de su casa junto a su familia y sin nadie más alrededor.

También aprovechará estos días para reunirse con sus seres queridos y celebrar estas fechas en la medida de lo posible. Ya el año que viene, podrá disfrutar otra vez de ese ambiente festivo en las calles, de los fuegos y de las ferias con los más pequeños.

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