Robe estrena la campa: «Hasta que nos electrocutemos»

La incertidumbre por si el concierto se cancelaba se palpaba en todos y cada uno de los que formaban la fila que iba desde el recinto de la Campa de la Magdalena hasta casi terminar la playa del Camello. Ninguno se daba por vencido, sabían que si alguien podía callar la lluvia era Robe. Y con un ligero retraso de media hora comenzó a sonar la música.

El extremeño, agradecido por la espera, no dudó en hacer de la desgracia un mito. «Hasta que los del equipo técnico nos digan que se cancela para no electrocutarnos no nos movemos, o tampoco, hasta morir», dijo alentando hasta al menos fanático. La lluvia cesó, surgieron las sonrisas y entre aplausos y silbidos Santander presenció el concierto de su vida.

Tres horas de puro rock al estilo Robe con muchos guiños al pasado. El repertorio de su nueva gira, 'Ni santos ni inocentes', muestra la discografía en solitario que recopila el artista desde hace diez años, aunque la más coreada fue, sin duda, 'Jesucristo García'. Esta canción de su anterior etapa junto a Extremoduro, por más que se empeñe en lo contrario, es la más importante de su carrera. Además de ser un icono de la industria musical española y que se vio grabada con tinta en los brazos de algunos. «Si toca dos de Extremo ya me voy contento», comentaba el público.

Para despedir la primera parte, Robe soltó una de esas frases que tanto lo caracterizan: «Vamos a hacer una paradita para mear y beber. Vosotros podéis hacer lo que queráis, pero que no os vean». Tras media hora corta de descanso y con los fans enloquecidos, empezó una segunda parte más dura y sin tregua. Ya no había pausas entre canciones y el protagonismo de cada uno de los instrumentos aumentaba. La grada estaba atenta a cada uno de los acordes, eufórica por escuchar la siguiente canción y anhelando la anterior. Un cúmulo de emociones que no pareció sorprender a nadie: «Robe nunca decepciona, no necesita nada más para ser dios», se decían unos a otros. Y es que, a sus 62 años, demostró que lidera el panorama musical de su generación pero también de las que vienen.

La media de edad no era la esperada, estaban los que siguen la trayectoria del cantante desde sus inicios pero también caras nuevas. Grupos de adolescentes que se han subido al carro de las letras con sentimiento, jóvenes que acudían solos para corroborar la acústica y chavales que han heredado el gusto musical acompañados de sus padres. «No me puedo creer que suene igual en directo que en el móvil», gritaba uno de ellos con cara de admiración y desconcierto.

Pasadas las dos de la madrugada no había dejado de sonar la última canción y Robe ya estaba descolgando la guitarra del cuello para alzarla como si de un trofeo se tratase. Con la otra mano extendida, lanzaba besos para después llevarse el puño al corazón en señal de agradecimiento. Dejó que su actual banda se luciera aún más y así, entre amor, amor y más amor, cualquiera pudo ensanchar su alma.

Incluido en el programa de la Semana Grande, aunque fuera de los festivales que llenan la agenda estos días, el concierto de Robe ha sido el primero de los que en estas fechas se celebrarán en la campa.

Las citas musicales están muy presentes este domingo. Para empezar, la Banda Municipal ofrecerá un concierto en el templete de los Jardines de Pereda (12.00 horas). Además, María Leyre, Soul City, Ana Chao o The Chulos actuarán a lo largo del día en los diferentes escenarios repartidos por las plazas de la ciudad.

En La Magdalena, la actividad volverá el lunes con el 'Remember Campa'. Los DJ's Paco Pis y Carlos Revuelta abrirán fuero en una cita que contará con OBK, Javier Ojeda y Modestia Aparte. Ritmos y estribillos para hacer memoria y bailar durante un buen puñado de horas.

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