Cada año, en cualquier presentación o acto, la alcaldesa de Santander, Gema Igual, comenta los más de siete millones de euros que genera la Feria ... de Santiago en la ciudad. La mandataria no se lo inventa, ya que hay un estudio de la Universidad de Cantabria que lo avala, y basta darse un paseo por los alrededores de Cuatro Caminos para ver que la afluencia de visitante también deja claro que, euro arriba o euro abajo, el serial es un foco de atención para visitantes y aficionados.
A Santander llegan personas de las provincias limítrofes, madrileños, extremeños, murcianos, andaluces, franceses y hasta un joven alemán que reside en Copenhague, Frank. Nacido en Múnich y aficionado a los toros por culpa, o gracias, a su padre, es la primera vez que visita la capital cántabra. «Es la primera vez. Estaba en Bilbao y me he venido a ver la feria». Sin hablar apenas español, el germano viaja habitualmente a ver festejos a las plazas más importantes del país.
El bávaro comparte toros y viandas con Rafael Capellán, sevillano de Constantina, y con Santiago Román, un pacense de Villafranca de los Barrios, que reconoce que la feria con la que comparte nombre ya forma parte de su calendario habitual. El andaluz, debutante, contaba con el interés de ver a varios paisanos en el cartel. «He venido a ver a Diego Bastos, que es de mi pueblo, a Juan Ortega, a Pablo Aguado... La ciudad y la plaza son una maravilla». Para su compañero, que se estrenó en 2008 y vive su segunda feria completa, «las razones para venir a Santander son varias: la plaza es muy coqueta, la ciudad es preciosa y el clima es gloria bendita».
De más cerca, de Eibar, llegó un grupo más numeroso, el que formaba la expedición de la peña taurina Pedrucho Eibarresa (unión de las dos que antes había en la localidad). Una veintena de personas que disfrutó de una jornada completa que incluía 'hamaiketako', viaje en lancha de Somo a Santander, poteo, comida y festejo taurino. «Podemos ser la peña que más tiempo llevamos viniendo a Santander, desde el año 1965», apuntan Verónica Cuétara, la presidenta, y Jaime López de Guereñu, uno de los directivos. Este año, debido al puente, han venido con algún aficionado menos, pero normalmente llegan al medio centenar.
Investigadora taurina, en Santander también está estos días Eliana Abellán, alicantina de Pinoso, que lleva desde 2010 acudiendo a la feria y que pasa en la ciudad los días que discurren entre vuelo de ida y vuelo de vuelta a Alicante. «Si el vuelo da tres días, tres días. Si da dos, dos. Pero todos los años es una feria que me flipa».
Llegan muchos visitantes de toda España y también de países extranjeros. La llegada de Roca Rey trajo consigo una oleada de seguidores peruanos, aunque el país más taurino del orbe cercano es Francia. De allí, en concreto de Vic-Fezensac, vienen Bernard y Nicole. Veterano él, novata ella, reconocen que los atractivos son muchos. «Nos gusta todo, la gente es muy amable».
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