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Después de una tarde que se alarga, como pasa con los viernes de chupinazo -el pistoletazo de salida a diez días de no parar- hay que reponer energías. Al menos intentarlo. Y es que el acto que pone en marcha la Semana Grande es ... uno de esos momentos que se sabe cuándo empieza, pero no cuando termina. Porque eso ya depende de las ganas de juerga y del aguante de cada uno. Quizá por eso hoy, el primer sábado de fiestas, Santander necesitó algo de tiempo para meterse de lleno en la programación. Lo hizo poco a poco. Bueno, no todos. Mientras la ciudad despertaba y cogía ritmo, en el Parque de Jado ya llevaban un rato moviendo el esqueleto con el taller de baile que empezó a las 11.00 horas, una actividad incluida en el programa del 'Teresuca Fest', que se prolongó hasta las 18.00 horas. Hasta esa clase se acercaron personas de todas las edades que tuvieron ocasión de bailar canciones tan conocidas como el 'Despacito' de Luis Fonsi.
Ese puñado de jóvenes –no fueron muchos– y las familias que también fueron con los más pequeños de la casa, disfrutaron de la clase bajo la atenta mirada de otros tantos curiosos que seguían los pasos de la monitora con la mirada, pero sin participar. Y así el parque fue animándose. Pero no era la única actividad, a la par que sonaba la música, justo al lado del aula improvisada, los técnicos ya ultimaban los detalles del escenario del festival solidario. Los carteles con los precios de las bebidas ya estaban preparados. Así que en la barra varias personas preparaban bebidas y comida. Todo al lado de un mercadillo que se llenó de curiosos.
Es verdad que a la ciudad le costó entrar en calor a lo largo del sábado. El sol de la mañana invitó a muchos a acercarse a las playas de la ciudad, que pudieron presumir de llenas. Desde primera hora hubo quien, sombrilla en mano, bajó directamente a los arenales. Quizá más que las casetas de la Feria de Día. Aunque sobre las 12.15 horas en el centro ya empezaban a juntarse los santanderinos que sí bajaron a disfrutar de la Semana Grande con los centenares de turistas que estos días visitarán la ciudad.
En la Plaza Alfonso XIII se veía movimiento. El Mercado Marinero acababa casi de abrir y enseguida atrajo a diferentes personas que se pararon en alguno de los puestos a preguntar por los productos. Una serie de estands que están ubicados justo al lado de los hinchables preparados para los más pequeños. En esa zona se suelen generar muchas colas. Un problema que a esa hora todavía no existía. Al menos no tan evidente. Así que los más madrugadores pudieron disfrutar de los juegos prácticamente sin necesidad de aguantar esperas.
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Lo cierto es que a esa hora todavía no había demasiado bullicio. Ese alboroto que se crea cuando las calles están llenas. Y es que el sol quitó algo de protagonismo a las casetas, a los pinchos y a las bebidas y trasladó a mucha gente a los arenales. Se podía ver en las colas de gente esperando para coger alguno de los barcos de Los Reginas o el que lleva a El Puntal. Tambien en las terrazas de los bares se podía encontrar mesa sin ningún problema.Es más, era posible hasta elegir entre varias.
El primer sábado de fiestas compitió con la resaca del chupinazo que deja ambiente en Santander hasta bien entrada la madrugada. «Tranquila, si yo sigo dormido», comentaba un señor tras pedir un café. Y casi seguro que mucha gente habría coincidido con él. A esa hora el reloj marcaba ya las 12.40 horas y el goteo que llegaba a la Plaza Alfonso XIII era constante aunque lento. Los bancos y mesas colocadas por el Ayuntamiento en la Feria de Día estaban libres. Las casetas ya presumían de pinchos aunque eran pocos quienes tomaban su bebida y pincho a cuatro euros. Y la misma estampa podía verse en las plazas del Ayuntamiento y Pombo.
Es verdad que había gente en la calle. Pero muchos eran turistas. Reconocibles porque van con mapas, están en grupos parados escuchando a un guía o por el idioma de sus conversaciones. Y es que hasta el mediodía el sol arrebató protagonismo a otros puntos de la ciudad en un sábado en el que también se sumaron al programa festivo las casetas taurinas y regionales ubicadas en la Plaza de México y los puestos de la XII Feria de Gastronomía y Folclore Regional del aparcamiento de El Sardinero.
Ha tenido el privilegio de ser una de las primeras artistas incluidas en el programa de conciertos que acogerá la Plaza Porticada durante la Semana Grande de Santander. A las 22.30 horas Nena Daconte ha tenido una cita con la ciudad. Un encuentro que esperaba con muchas ganas para volver a cantar su música pop tras el bache que le tuvo hasta el año pasado alejada de los escenarios.
Daconte disfrutó mientras presentaba al público santanderino su último trabajo discográfico, 'Casi Perfecto' (Subterfuge Records, 2022), un álbum de diez canciones en el que la artista vuelve al sonido pop-rock de los noventa. No en vano, este último disco es un regreso a la música con la que creció y en el que ha trabajado con el productor del tema 'Devil came to me', de Dover. Este domingo, la Porticada se preparará para recibir a Mikel Erentxun, que actuará a las 22.30 horas.
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