El trasiego de los feriantes

Durante los últimos días, los feriantes han ido tomando el aparcamiento de los Campos de Sport de El Sardinero, sede de las atracciones que, a partir de mañana, serán punto de encuentro y diversión de pequeños y mayores, de vecinos y turistas. El ambiente por el momento es muy diferente y son los ruidos de grúas, martillos y taladros los que conforman el paisaje sonoro de este parking que cada verano se convierte en ferial improvisado –aunque ya busca otra ubicación para los próximos años–. Pronto, esos sonidos darán paso a la música, el bullicio, las tómbolas, las risas,... Sones de fiesta.

Para eso se están preparando los trabajadores que se desenvuelven entre hierros y elementos de sus atracciones. Todos ellos llegan de otros lugares festivos donde han tenido sus instalaciones abiertas. Ahora, en su eterna itinerancia, serán una parte importante de la Semana Grande de Santander. Muchos vienen de lejos, pero casi todos repiten en esta plaza porque coinciden en que es una de las citas imprescindibles del verano.

Las ferias estarán abiertas desde mañana, viernes, hasta el 4 de agosto. Allí, el público podrá vivir una aventura cargada de adrenalina en atracciones de velocidad y altura; los más pequeños podrán montar en coches, caballos o motos; habrá lugares donde comer o picar algo; y no faltarán los clásicos puestos de habilidades, puntería, tómbolas...

José Manuel Nieto regenta la empresa que lleva su apellido, Atracciones Nieto.Este asturiano, que acaba de llegar de trabajar en Castro Urdiales, tiene varias instalaciones en el recinto, como El Dragón o el Scalextric. Cuando atiende a El Diario Montañés se afana en montar la carpa de este último, que es una de las paradas favoritas de los niños. Cuando termine la estructura, el siguiente paso es meter los coches.Cada uno pesa cerca de 70 kilos. El trabajo es arduo: «Lo más duro es montar y desmontar. Luego hay que mantener la atracción, pero esto es lo peor».

Nieto se muestra muy satisfecho de la acogida que tienen sus atracciones. «Aquí siempre hay niños y se portan muy bien. Otra cosa son los padres...», bromea. Y también opina sobre uno de los debates abiertos en los últimos tiempos, el de la ubicación de las ferias: «Nos gusta mucho El Sardinero. Está mucho mejor que cuando nos llevaron a la Virgen del Mar...». El empresario disfruta con lo que hace. Se le nota. «Lo que más me gusta es la vida que llevamos. No es un trabajo monótono, cada día distinto», valora.

En la feria hay instaladas varias casetas de globos. El cliente que pruebe suerte deberá pincharlos con dardos. Y el que más acierte, podrá elegir entre una gran variedad de regalos. Es el caso de la atracción Ricmar de Diego David Villasanti. Este sevillano se está recorriendo las ferias del sur –Córdoba, Dos Hermanas, Málaga...– y del norte: ahora le toca Santander. Tiene muy claro por qué viene cada año: «Para nosotros es la mejor feria porque, aunque es muy tranquila, se trabaja muy bien». La vida de feriante le ha dado la oportunidad de conocer muchos lugares y a mucha gente. «Estamos gran parte del año viajando por España, lo que nos permite conocer muchísimos sitios. Pasamos casi toda la temporada fuera de casa», describe.

Junto a la de Diego David está la caseta de Julio Jimeno, de las mismas características. Procedente de Logroño, recorre ahora cinco o seis ferias del norte de España. «Ya estoy mayor», asegura. Espera tener éxito un año más en la cita de Santander. «Damos premios muy buenos, ya lo decidirá el público, pero tenemos todas las novedades», anuncia.

La adrenalina es el ingrediente principal de la atracción de Antonio Corchs: Sky Lab. Bajo este nombre esperan vueltas, velocidad y desafío a la gravedad. «Lo que más le gusta a la gente de nuestra atracción es la velocidad y que hay un momento que te pones boca abajo. Les encanta», reconoce.Este barcelonés que llega ahora a Santander procedente de Madrid trabajó en las ferias de Santiago por primera vez el año pasado, «Nos fue muy bien, la verdad, por eso hemos querido repetir», señala.

Y cuando entre el hambre después de tantas emociones –o entre ellas–, para comer algo hay distintas alternativas, empezando por los propios puestos instalados en el recinto ferial. También están las casetas regionales en el entorno del estadio del Racing, con distintas y sabrosas especialidades. La oferta gastronómica en esta zona de El Sardinero se completa con las tradicionales casetas de la Feria de Día instaladas en el parque de Mesones, una de las cuatro localizaciones –las otras están en las plazas Pombo, Alfonso XIII y del Ayuntamiento– con las que cuenta esta veterana propuesta para un total de treinta casetas y tres food trucks que, al igual que las ferias, estarán abiertas a partir de mañana.

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