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El Ministerio Fiscal y la acusación particular han denunciado hoy, jueves, que los testigos del crimen de la calle Barcelona han declarado «con miedo» a la familia del acusado, cuya defensa ha culpado a las acusaciones de hacer «una novela» para «confundir» al jurado ... y ha asegurado que algunos policías han faltado a la verdad en su testimonio.
«Como vayan a la cárcel de El Dueso todos los que han faltado a la verdad, no hay ni celdas», ha dicho el letrado del acusado, en el juicio con jurado popular que hoy ha celebrado su última sesión en la Audiencia de Cantabria, por la muerte en 2018 de un hombre de 38 años tras recibir nueve puñaladas, y en el que la fiscalía pide 20 años de prisión para el supuesto autor.
Los dos acusados, uno de la muerte del hombre y el otro de golpearlo cuando estaba en el suelo, no han querido ejercer su derecho a la última palabra, y los miembros del jurado han sido convocados mañana, viernes, a las 10.30 horas, para llegar a un veredicto.
La defensa del presunto autor del homicidio ha intentado la disolución del jurado y, así, la absolución de su cliente, porque, según ha dicho, hay pruebas que no se han obtenido con garantías, aunque la magistrada lo ha rechazado. Así, el letrado ha criticado tanto la actuación del jefe del grupo de homicidios de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal como de la fiscalía, e «incorrecciones» en la aportación de algunas grabaciones. «Se pretende confundir al jurado», ha asegurado el letrado, quien ha acusado al ministerio público de no actuar «desde la objetividad y con independencia», así como de «faltar a la verdad» a algunos policías.
La presidenta de la sala ha rechazado su petición, alegando que «hay hechos susceptibles de valoración» y que, todo lo que ha manifestado hoy la defensa, tenía que haberlo planteado en el apartado de cuestiones previas.
«Nos consideramos inocentes, no tenemos miedo a lo que las pruebas digan», ha insistido. En este sentido, ha criticado que la Policía «no ha hecho bien las cosas», y ha acusado a uno de los agentes de «romper cualquier prueba que beneficie» a su cliente.
Además, ha llamado a tener en cuenta la declaración de los tres testigos «más importantes», entre ellas la del portero del pub situado al lado de donde se produjeron los hechos, que no reconoció al acusado como autor del homicidio. «Dicen que los testigos tienen mucho miedo a la familia. No me interesa el miedo, me interesa la verdad. Quiero que los testigos declaren y valoren desde la tranquilidad, la independencia y sin ningún tipo de temor a nada», ha enfatizado.
Por último, ha afirmado que «hacer justicia no es encontrar a un culpable», sino «encontrar al culpable», y ha pedido a los miembros del jurado que «no crean la novela que le ha contado la fiscalía», sino «a las pruebas».
La defensa del acusado de golpear en el suelo a la víctima ha afirmado que su cliente está sentado en el banquillo «por ser primo» del supuesto homicidio. «Pruebas no han existido, sino versiones, relatos y acomodar unas ciertas verdades al relato que a la fiscalía y la acusación les conviene», ha enfatizado, llamando a «que se haga justicia y se encuentre a la persona que verdaderamente lo hizo».
Y ha sostenido que en una investigación, «primero hay que obtener las pruebas y luego te conducen al culpable».
El ministerio público ha reiterado que la víctima era «tranquila, sin experiencia en peleas» y que tenía «las manos desnudas y una gran borrachera» en el momento de la agresión, por lo que cree que no estaba en condiciones de defenderse. También ha enfatizado que el supuesto agresor ha sido siete veces identificado con armas: seis veces con navaja y otra extensible.
Además, ha criticado que su primo, «una especie de secuaz, le da una patada totalmente gratuito, con maldad, a un muerto». «Aquí ha habido muchos fuegos de artificio y llamadas de atención. Son anzuelos, por si alguno cae», ha advertido la fiscal, quien ha puesto en duda la veracidad de la mayoría de testigos aportados por la defensa.
También se ha referido al «miedo de los testigos». «Lo entiendo, en Santander a esta familia se le tiene miedo», ha incidido, aludiendo a la declaración del portero, por ejemplo, que, a su juicio, «sabe más de lo que dice».
La acusación particular ha afirmado que «las heridas denotan que la persona que las produjo quería ese resultado». En su opinión, está «sobradamente acreditado» que los agresores son los que hoy se sientan en el banquillo. Además, ha aludido también al «miedo» de los testigos a declarar. «En este juicio se miente más que se habla», ha dicho.
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