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¿Cómo se vestían los cántabros de hace dos siglos? ¿Qué cuentos les contaban a sus hijos? ¿Cómo celebraban sus fiestas? Para encontrar las respuestas a estas y a otras muchas otras preguntas sobre las tradiciones que han ido forjando la cultura y el carácter cántabro solo hay que darse un paseo por la campa de La Magdalena, donde este domingo se celebra el Día Infantil de Cantabria, organizado por el Ayuntamiento de Santander y Asociación para la Defensa de los Intereses de Cantabria (ADIC).
Pensando en toda la familia, se desarrollan todo tipo de actividades, que comenzaban a las 10.30 horas con una marcha en albarcas por la ciudad, que ha partido desde el antiguo túnel de Tetuán, pasando por El Sardinero, hasta llegar a La Magdalena.
A continuación, ha abierto el Mercado Alimentario Cántabro y de Artesanía Tradicional, que cuenta con 50 stands, y han dado comienzo los talleres infantiles y una exhibición de albarcas.
En uno de los puestos de albarcas está Eloy Fernández. Lleva toda la vida tallando trozos de madera de los que surgen sus albarcas. Una ricamente tallada le puede llevar 30 horas de trabajo, «ya solo se compran para llevar con los trajes regionales. El día grande de Reinosa, San Mateo, se venden muchas, todo el mundo quiere ir con albarcas, pero después se guardan en un armario. Las nuevas generaciones, cuando van a las cuadras, por ejemplo, o al huerto, llevan botas de agua o deportivas». Y «lo peor», se lamenta, «es que no hay nadie que me vaya a sustituir cuando yo me retire, que ya no queda tanto para ello».
Al mediodía tuvo lugar el izado de bandera, momento en el que se rindió homenaje a Ángel Ocejo Herrero, historiador de Valdecilla (Solares), que cuenta con una dilatada trayectoria en investigaciones vinculadas con los pueblos del norte de Hispania y de la meseta del Duero en épocas prerromana y romana, especialmente centradas en los antiguos cántabros.
Atento estaba Iván Merodio, «me gusta este tipo de eventos porque si no llego a venir, jamás me hubiera enterado de la obra de Ocejo. Un pueblo no puede quedarse sin memoria», señaló.
La mañana continuó con todo un programa de espectáculos, con actuaciones de grupos de coros y danzas, y el concurso infantil de trajes regionales de Cantabria. Justo antes de que actuara el Grupo de Danzas Infantil Virgen de Las Nieves de Tanos, Carmen Torre y su amiga Josefina cogían sitio frente al escenario principal. Ambas hacía varios años que no acudían a esta cita, pero, como recordó Carmen, «cuando yo era joven, venía todos los años con mis hijos y ahora tengo una nieta de 30a años, así que fíjate si han pasado años. De lo que estoy más orgullosa es de que mi hija no haya faltado a esta cita ni un solo año. Las tradiciones hay que inculcarlas y enseñar a amarlas para que no mueran».
También muy orgullosos de cómo habían bailado sus chicos se encontraban los monitores del grupo de danza infantil, Santiago Ventisca y Chari Fernández. A su cargo tienen a 30 niños, los cuales, la mayoría, van a clase de baile dos días a la semana, «es fantástico que les guste. No solo bailan, también les enseñamos la historia y las tradiciones de Cantabria».
Martina, Alba y Alejandro son tres de sus alumnos, de siete y ocho años. Los tres estaban encantados «¡Mira cómo se mueve mi falda!», pedía Martina, mientras ponía los brazos en jarras y giraba con gracia la cintura. Alba también mostró sus habilidades y sin dudarlo, dio una lección de cómo tocar la pandereta, a la que siguieron las castañuelas de Alejandro. De no ser porque uno de los monitores puso orden, montan en el lateral del escenario todo un espectáculo.
A pocos metros, miraba divertido Óscar Gutiérrez, quien ahora está al frente de la cestería que abrió su madre en Reinosa hace ni se acuerda cuántos años, 'Cestería Clara', de las pocas que quedan en Cantabria en la que aún se trabaja de manera artesanal, «el problema es que la gente no lo aprecia. Ven uno de estos cestos y piensan que es caro, pero no se dan cuenta del trabajo que lleva. Por ello, días como el de hoy son importantes, porque puedo explicar a los clientes en qué consiste nuestro trabajo y la diferencia con las cestas o cucharas de madera que salen de las fábricas».
Y así pasa el día, entre las mantas que extienden en la campa las familias, el tiovivo ecológico, que se mueve a base de pedaladas, y la música de grupos folk.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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