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La única novedad que conoce la asociación de Vital Alsar sobre los galeones en honor al marino, ubicados en la península de La Magdalena, es ... que siguen deteriorándose. «Están aún peor», lamenta su presidente, Javier Cantera. Se habla de novedades porque ya deberían haber trascendido tras el compromiso que adquirió el Ayuntamiento de Santander, encargado de su mantenimiento, que explicó que tras el verano «valoraría su estado y la viabilidad económica de su rehabilitación». En octubre del año pasado seguían esperando la respuesta de ese estudio y casi seis meses después, a preguntas de El Diario Montañés, desde el equipo de gobierno (PP) dicen que siguen «trabajando en el informe, y una vez terminado y analizadas sus conclusiones, se adoptará una decisión». Y añaden: «Como se está haciendo con medios propios aún no tenemos la valoración final».
Mientras, en un día soleado como el de ayer, varios grupos de escolares visitaron este espacio de la ciudad, uno de los más turísticos, donde se encuentran las embarcaciones con las que viajó el marino santanderino desde Tampico (México) hasta Santander hace 47 años. También varias parejas se acercaron al museo 'El Hombre y la Mar', cuyo cartel explicativo sigue resquebrajado: igual que la burbuja de salvamento de Vital Alsar, que acumula suciedad.
Esta situación, además de deslucir uno de los puntos de Santander al que más visitantes acuden en sus vacaciones-quedan dos semanas para Semana Santa-, también preocupa a los miembros de la asociación que se ocupa de honrar la memoria de Vital Alsar. «Todo sigue igual o peor y la verdad es que estamos muy preocupados», reconoce el presidente de la asociación, que ya ha manifestado en otras ocasiones la importancia que debería darse a un museo que, a su juicio, forma parte del patrimonio y de la historia de la ciudad, por lo que debería «mantenerse y cuidarse».
De hecho, según contó hace unos meses Cantera, el pasado septiembre organizaron un encuentro por el cuarto aniversario del fallecimiento de Vital Alsar, al que acudió parte de la familia del marino santanderino. Fueron a La Magdalena y vieron el estado de deterioro de muchas de las piezas del museo, con la madera de los galeones en mal estado y la pintura levantada.
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