Los ganaderos también califican de «abusivo» un apartado del pliego de la Feria de Santiago

Ahora son los ganaderos los que protestan y lo hacen fijándose en el Anexo I de las bases que fija que, al menos cinco de las ganaderías contratadas por el empresario que se haga cargo de la feria, cumplan con el requisito de «haber lidiado en las dos temporadas inmediatamente anteriores, un mínimo de ocho corridas en plazas de primera y segunda». Para la Unión de Criadores de Toros de Lidia que preside Carlos Núñez Dujat des Allymes, que es quien firma la misiva enviada al consejo y a la alcaldesa -por burofax- esta imposición «impide y restringe la competencia de las ganaderías a lidiar en la plaza en igualdad de condiciones».

Considera, además, que se imponen unas condiciones que pretenden beneficiar a un restringido número de ganaderías, sin justificación, «con la exclusión de aproximadamente el 90%» de ellas y «en condiciones desiguales a las contrataciones equivalentes que suceden en las plazas de toros de Las Ventas (Madrid), La Maestranza (Sevilla), Bilbao, Logroño y aquellas de primera y segunda categoría que no excluyen a ninguna ganadería».

Califican los criadores este anexo como «abusivo, restrictivo, perjudicial, agravante para la cabaña brava y expresivo del desconocimiento del sector». En este sentido afirman que «tan sólo la cabaña de la Unión de Criadores de Toros de Lidia, entidad referente mundial de esta raza y que agrupa a la mayoría de las ganaderías que lidian en plazas de primera y segunda categoría, ha descendido un 30% su número de reproductoras». La consecuencia es que las camadas de machos han descendido también por encima de dicho porcentaje y, por lo tanto, el número de reses destinado a corridas de toros y novillas picadas. Hay que tener en cuenta, además, «la disminución de festejos mayores producida en los últimos años».

La Unión afirma finalmente que el requisito exigido en Santander «no es sinónimo de ganaderías de calidad», sino de aquellas con más posibilidades de «participar en un mayor número de festejos al disponer de mayor camada, restringiendo el acceso a la libre competencia». Contraviniendo, además, «la igualdad de trato y no discriminación, y reduciendo el número de licitaciones a aquellas que a las que se tenga alcance para elegir la más ventajosa y satisfacer el interés del público al que está dirigido el contrato».

Finalmente, afirman los criadores que este requisito no puede ampararse en los antecedentes de la plaza de toros de Santander ni de la Feria de Santiago ya que hasta esta temporada, en la que se ha autogestionado el ciclo taurino, «han concurrido ganaderías de distintas procedencias, sin exigencia de número de festejos lidiados u otros requisitos», incluidos algunos hierros debutantes «que lograron satisfacer al público» y a la crítica.