El garaje de Nueva Montaña se inunda dos años después de impermeabilizarlo

Los charcos en el interior son numerosos y su tamaño abarca varias plazas de garaje. «¿Qué pasará cuando empiecen las temporadas de lluvias?», se cuestiona Ángel Luis Movellán, uno de los vecinos afectados. En las columnas, se ven regueros de humedad del techo al suelo, señal de que no están bien aisladas. «Hemos tenido que arreglar goteras en 14 columnas. Eso, pagado de nuestro bolsillo», lamenta este vecino. Los grandes charcos que podían observarse ayer «no son ni la mitad de lo que eran, porque tuvimos que contratar una chupona para achicar el agua», apunta otra vecina.

Están pendientes de reunirse de nuevo con Gesvicán, la empresa pública dependiente del Gobierno de Cantabria que se hizo cargo tanto de la construcción de los edificios y los garajes como de la reconstrucción cuando estos se derrumbaron. «Lo que no podemos es seguir esperando y que se termine la garantía», añade Carolina Gutiérrez. «Esto tiene pinta de que solo se solucionará llevándolo a juicio».

Además de los aparcamientos, Gesvicán reparó el parque que hay en la parte superior, aunque el mantenimiento corre a cargo del Ayuntamiento. Sin embargo, estos últimos no han llegado a recepcionar la obra, «que está sin terminar». Los vecinos señalan la falta de baldosas: «Nos dijeron que no las ponen por el peso, miedo nos da si de eso depende que no se vuelvan a hundir los garajes».