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La gestión de la hostelería, catering, bodas y eventos del Gran Casino de El Sardinero cambia de manos. Hasta ahora ha estado explotando este servicio, desde hace 23 años, el Grupo Merino, que asumió la adjudicación en 1998 y desde entonces ha mantenido esta actividad ... con continuidad, sólo cerrando el 13 de marzo del pasado año por la pandemia y reanudándola el 1 de agosto, tras 141 días de parón. Entonces, la hostelería del Gran Casino volvió a abrir puertas y a celebrar bodas y otros eventos, con las restricciones de aforo impuestas por el covid y aplicando todas las medidas sanitarias.
Fuentes del Consejo de Administración del Gran Casino han explicado que «la incertidumbre por la pandemia» es el motivo por el que el grupo hostelero «ha renunciado a continuar con la explotación del servicio, que finalizaba dentro de 18 meses». A la cabeza de este grupo de hostelería está Antonio Merino, que, por el momento, ha preferido no pronunciarse al respecto.
El Grupo Comar, expertos en salas de juego, casinos y actividades de ocio, es la empresa adjudicataria de la actividad del Casino desde que se privatizó su gestión empresarial en 1994.
18 MESES
CONCESIÓN
Ante esta situación de vacío en la que se ha quedado el servicio de hostelería del Casino, Comar ha buscado una alternativa para tomar el relevo y poder mantener el servicio hasta que finalice el contrato. Según estas mismas fuentes, así es como se le ha propuesto al restaurador Carlos Crespo Viadero, propietario, junto al chef Álex Ortiz, de la Bodega del Riojano, la vermutería Solórzano, Días de sur y Carnaza, entre otros negocios en Santander, y del restaurante Pan de Cuco, en Suesa (Ribamontán al Mar).
Crespo ha aceptado el reto y se pone al frente de la gestión, que en principio se extenderá los próximos 18 meses, fecha en la que finalizará el contrato de adjudicación del servicio con el Grupo Coma que, a su vez, sacó a licitación el servicio de hostelería.
No obstante, debido a la situación de pandemia, no se descarta la posibilidad de prórroga del contrato, que todavía está pendiente de formalizarse y que se prevé rubricar en el plazo de una semana.
Por su parte, y anticipándose a la firma del contrato, lo que sí está haciendo ya la nueva empresa al frente, con Carlos Crespo a la cabeza, es ponerse en contacto con los novios que tenían reserva para celebrar su boda en el Gran Casino, a quienes les están informando de la nueva situación, con la intención de seguir adelante con la celebración de los eventos.
El Gran Casino del Sardinero, dispone de un restaurante con capacidad para 90 personas, dos salas de banquetes con un aforo cada una de 300 personas y una terraza con vistas a El Sardinero.
La concesión del Grupo Comar finalizaba en 2016, pero el Consejo de Administración del Casino, participado por el Ayuntamiento de Santander y el Gobierno de Cantabria, propietarios al 50%, decidió renovar la concesión por cinco años más. De esta forma, vencerá el plazo en 18 meses, en caso de no concederse una nueva prórroga, según informó ayer el actual presidente del Consejo de Administración del Casino, Antonio Pérez, del PRC.
El Grupo Merino deja el pabellón muy alto en su buen hacer en la gestión de banquetes de bodas y otros eventos en el Gran Casino y por ello obtuvo varios reconocimientos. El último fue otorgado en 2020 por parte de Awards bodas.net, por su trabajo a lo largo de 2019.
El empresario Antonio Merino es hijo de Víctor Merino, fundador de la Bodega del Riojano, en el Río de la Pila, y posteriormente, El Molino, de Puente Arce; La Sardina de Plata, en El Sardinero; y Cabo Mayor, abierto en Madrid a principios de los años 80. El hostelero, que tristemente falleció en 1987 en un accidente de tráfico, obtuvo el Premio Nacional de Hostelería y ejerció una fuerte influencia en el sector, introduciendo la cocina afrancesada con materia prima de la región. Con su estrategia, logró afianzar el grupo hostelero de mayor concentración de oferta en ese momento.
Por otro lado, cabe destacar que Carlos Crespo es un empresario muy reconocido por su gestión en varios establecimientos. Además de sus negocios en Cantabria, es socio de Paco Quirós, propietario de Cañadío, en tres restaurantes de Madrid: La Maruca, La Bien Aparecida y La Primera. Ambos restauradores se unieron bajo la marca Grupo Cañadío formando un tándem cántabro que se ha consolidado con éxito en la capital de España, donde sus establecimientos siempre están concurridos y tienen lista de espera.
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