Otra tragedia tres meses después de la explosión en el edificio de La Albericia

Al incendio que arrasó en 1941 todo el centro de la ciudad y la explosión del Cabo Machichaco el 3 de noviembre de 1893, hay que sumar otros casos mucho más recientes. Entre estos se encuentra el derrumbe del hotel Bahía, el 27 de enero de 1992 que se cobró la vida de seis trabajadores.

El 2 de noviembre de 1999 caía la fachada del edificio de Traumatología del Hospital Valdecilla. Más de 250 metros cuadrados de revestimiento de una de las fachadas de Traumatología se desplomaron sobre el edificio anexo, partiendo el hospital en dos, llevándose por delante la vida de cuatro trabajadores y causando decenas de heridos.

El 18 de septiembre de 2002 se desplomó la fachada lateral del número 12 de la calle San Celedonio tras la demolición del edificio colindante. No hubo que lamentar muertos. Y tres años después, 7 de abril de 2005, colapsó el número 5 de la calle Ruamenor, en el Cabildo de Arriba, no hubo muertos.

El Palacio del Mueble, en la calle Alta, se desplomó el 20 de febrero de 2006, pero los vecinos ya habían sido desalojados. La tragedia sí llegó un año después cuando tres personas fallecieron en la Cuesta del Hospital. Era el 8 de diciembre de 2007 cuando se derrumbó el inmueble en el Cabildo de Arriba.

El 25 de mayo de 2009 se realizó una demolición controlada de los edificios 6 y 8 de Prado San Roque.

Y el 19 de julio de 2017, la ciudad evitó milagrosamente otra tragedia cuando cayó parcialmente el edificio de la Calle Sol. Los vecinos habían sido desalojados cuando comenzaron a escucharse ruidos y verse las primeras grietas.

El 13 de enero de 2020 la suerte evitó otra tragedia en Nueva Montaña, en la calle Tomás y Valiente. Pasadas las seis de la mañana dos estruendos precedieron al hundimiento del parque infantil y la cancha de futbito, donde habitualmente juegan decenas de niños. Debajo, el aparcamiento subterráneo en el que guardan sus vehículos casi 500 residentes de una gran urbanización formada por cuatro bloques y cercana al centro comercial Bahía de Santander.

El 21 de julio de 2022 cedió parte de la fachada del edificio de la Travesía de San Matías que ya llevaba mes y medio vacío y estaba apuntalado, lo que evitó que el desplome fuera mayor.

Y a esto habría que añadir el impresionante incendio que en 2008 calcinó tres inmuebles de la calle Tetuán de Santander tras una explosión de gas. Fue un suceso en dos tiempos: primero se registró una explosión de gas en una vivienda de la calle que provocó una intervención de los bomberos. Esa misma noche, se desató un fuego en el mismo lugar que se cebó con tres inmuebles de la calle Tetuán de Santander (en los números 45, 43 y 41). La gran virulencia de las llamas, acompañadas de varias explosiones, mantuvieron en vilo al vecindario, que nunca se libró de la sospecha de que los bomberos pasaron algo por alto en su primera actuación. Debido al gran número de afectados, las causas judiciales se prolongaron años.

Y en noviembre de 2017 se quemó el Museo de Arte Contemporáneo cuando estaba en obras. Los vecinos de la calle Rubio de Santander escucharon una explosión sobre las cinco y media de la mañana para descubrir, poco después, que el olor a quemado procedía del Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander y Cantabria. El MAS estaba en la recta final de una rehabilitación que tuvo que reiniciarse tras sucumbir gran parte de la instalación al fuego. Tras años de idas y venidas sobre la causa entre el Ayuntamiento y la constructora, se abrió el centro el pasado mes de mayo.