El hotel Citrea, en la calle Magallanes, prevé abrir sus puertas antes del verano

El hotel se encuentra exactamente en la intersección entre las calles Magallanes y La Florida y contó con una inversión inicial de 648.000 euros, que ascendió con el paso del tiempo por los sucesivos retrasos. La renovación ha sido integral y se ha transformado en parte la fachada sur, ampliando huecos para realizar la entrada al establecimiento aunque manteniendo la tipología del edificio y habilitando así un hotel de tres estrellas con 30 habitaciones (23 dobles y 7 individuales). Según detalló en 2019 el entonces concejal de Obras y Vivienda, César Díaz, los trabajos contemplaban la ejecución de una nueva cubierta y la consolidación y refuerzo de la estructura del edificio. Además de la demolición de la entreplanta existente, la ejecución de un sótano de 35 metros cuadrados que alojará el aljibe y servicios, la sustitución de la carpintería exterior y los miradores, la modificación de los acabados exteriores en fachadas y la reconstrucción de las galerías. Las obras también incluían la renovación de las instalaciones y el acondicionamiento interior para habilitar las habitaciones y los espacios comunes.

La previsión inicial era que el hotel Citrea se inaugurara en 2021. Pero su apertura lleva un considerable retraso ya que las obras se paralizaron durante varios meses. En primer lugar, por el inevitable parón del covid. Posteriormente los trabajos también se vieron afectados por desavenencias entre la empresa constructora y el arquitecto, que se saldó con la intervención de la propiedad y la contratación de nuevos profesionales para desarrollar el proyecto.

El plan de la familia Cuevas tiene todo a su favor para ser un éxito. Además de ser un hotel urbano ubicado en pleno centro de la ciudad, se encuentra junto al Museo de Arte de Santander (MAS), la Biblioteca Municipal y la Biblioteca de Menéndez Pelayo, que también se someterá a una reforma.

Otro de los factores que juegan a su favor es la remodelación de la calle Magallanes y su entorno, que permitieron completar la renovación urbana del barrio cultural de La Florida, donde ya se abordaron otras intervenciones en las calles Cisneros, Rubio y Gravina, además de las de la calle Cervantes. De hecho, la idea era dar continuidad a «la imagen y calidades que tiene el barrio de La Florida», según explicó el Ayuntamiento cuando comenzaron los trabajos, en 2019. Además, desde el año pasado, la zona cuenta también con un itinerario mecánico que conecta Jesús de Monasterio y Juan XXII. En la calle Florida se instalaron tres tramos de rampas mecánicas que discurren junto a la acera este. Y entre Cisneros y Juan XXIII se ubicaron dos escaleras.