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La noche del 28M se resolverán muchas incógnitas en el Ayuntamiento de Santander. La primera y principal, si los populares recuperan después de ocho años la mayoría absoluta que han disfrutado la mayor parte de las once legislaturas que lleva en el poder la derecha. De no ser así, se abren distintos escenarios. Un posible pacto de PP con Vox en caso de que den los números, con Ciudadanos si Ceruti se olvida de la lista de agravios que echa en cara a sus actuales socios y mantiene la representación o, por qué no, con el PRC. ¿Será Piña el revulsivo que esperan los regionalistas? ¿Tendrá concejales suficientes para hacer alcalde al socialista Daniel Fernández? En tres semanas las urnas responderán todas las preguntas.
Gema Igual PP
Durante los últimos cuatro años, a Gema Igual le ha desgastado más la convivencia con su socio (Cs) que la propia tarea de gobernar. Las peleas públicas con Ceruti han sido constantes y las exigencias de los naranjas han trastocado sus planes en asuntos como los espigones de La Magdalena, el desarrollo del nuevo Plan General o la cubrición de las vías del ferrocarril. La popular no quiere repetir la experiencia y por eso aspira a lograr una mayoría absoluta que le permita, entre otras cosas, aprobar los presupuestos que llevan tres años prorrogados. Lo ve posible. En las anteriores elecciones, pese al desgaste de la marca PP a nivel nacional, la crisis de reputación por el polémico Metro-Tus y a que era su primera cita con las urnas –llegó a alcaldesa por la renuncia de De la Serna–, aguantó el tipo y el poder. Ahora, en la ciudad se escuchan quejas sobre servicios públicos como el de la limpieza, pero Igual tiene menos viento de cara. Y tiene también un hueco, como número dos, en la lista autonómica del PP. Las malas lenguas –las de la oposición– dicen que para asegurarse un puesto en caso de que pierda la Alcaldía. Ella lo descarta, pero subraya que, de ocurrir, no necesitaría que su partido la colocara, porque ve su futuro laboral en el hotel que regenta su familia.
Daniel Fernández PSOE
Quizás ser el cabeza de lista del PSOE no sea la mejor carta de presentación en una ciudad de marcado carácter conservador como Santander. Y quizás por eso Daniel Fernández, la esperanza socialista para hacerse con la Alcaldía y desbancar a la actual regidora, centra su discurso en la gestión. Gestión para acabar con los problemas de suciedad, gestión para crear la movilidad del futuro, gestión para mejorar las políticas medioambientales, gestión para dar respuesta a los que buscan una vivienda... Fernández, que cuando a principios de legislatura asumió la portavocía municipal no tenía ni mucho menos asegurado ser el cabeza de lista, subraya la capacidad de gestión como su mayor virtud y la de su equipo. «Perfiles profesionales» para hacerse cargo de todas y cada una de las áreas del gobierno municipal. En este tiempo ha ganado en conocimiento y en los últimos días ha tenido que sortear las diferencias con su partido a nivel regional sobre el futuro de la finca de La Remonta. Gestión por encima de lo ideológico, aunque sin renunciar a unas siglas que hace cuatro años pasaron de cinco a siete concejales y que se quedaron cerca de conformar una mayoría alternativa a la de la derecha.
Felipe Piña PRC
La capital es la espina clavada del PRC desde que los regionalistas se convirtieron hace ya dos décadas en opción de gobierno a nivel regional. Convencido de que no tendrá problemas para seguir en Peña Herbosa, Santander se ha convertido en el principal reto de Revilla de cara al 28M. La formación ya fue la fuerza más votada en la ciudad en los comicios autonómicos de hace cuatro años, pero en cambio en aquella cita cayeron hasta la tercera plaza a la hora de contar las papeletas para el Ayuntamiento. Tras sucesivos intentos con José María Fuentes-Pila, la nueva oferta a los electores es Felipe Piña, un 'STV' bien visto por los tradicionales votantes populares. La persona que encarna la apuesta total de Revilla. Total, porque no solo aspira a que el PRC llegue a los siete concejales que se marca, sino a que ese resultado le valga a su candidato para ser alcalde. ¿Cómo? Pues eso es lo que no terminan de decir ni Revilla ni Piña, que en las últimas semanas, además de hacer campaña, ha visto su nombre en la prensa por su pleito con el gremio de los taxistas en su condición de director general de Transportes. No dicen si el socio será el PSOE o si Santander será una pieza en una negociación regional entre PP y PRC.
Javier Ceruti Ciudadanos
Decía Inés Arrimadas en su reciente visita a Cantabria que un puñado de votos a Ciudadanos puede cambiarlo todo. Se refería a la carrera electoral autonómica, pero ese mismo discurso es el que hace suyo Javier Ceruti, que lucha estos días para que entre el electorado de Santander pese más su trabajo en el Ayuntamiento en los últimos cuatro años como concejal responsable de las áreas de Urbanismo, Cultura y Transparencia que el desprestigio que arrastra la marca naranja a nivel nacional. Si algo no se le puede reprochar a Ceruti, que esta legislatura ha encabezado el proceso participativo para definir el nuevo modelo de ciudad, es haber sido seguidista de las políticas de su socio de Gobierno (PP), hasta el punto de que si no ha roto el pacto con Gema Igual ha sido –él mismo lo ha confesado– por que su partido en Madrid se lo ha impedido. El ejemplo de esta confrontación continua con la alcaldesa –ambos se han torpedeado entre sí– es el proyecto de cubrición de las vías, que Ceruti considera poco menos que una chapuza. En Castilla-Hermida puede estar ese puñado de votos que le permita alcanzar esas 4.500 papeletas con los que se puede lograr el primer concejal. Hace cuatro años tuvo casi el doble.
Keruin P. Martínez IU/Podemos
En el momento de máxima efervescencia de Podemos, la izquierda a la izquierda del PSOE tuvo durante la legislatura 2015-2019 tres concejales en el Ayuntamiento. Hace cuatro años, solo Miguel Saro (IU) aguantó. El concejal, que en estas elecciones deja la primera línea política –está en listas, pero en un puesto discreto y sin opciones reales de lograr acta– resistió en el Consistorio por los pelos pese a ser una de las figuras más respetadas a uno y otro lado del espectro de la corporación. El encargado de coger su relevo es Keruin P. Martínez, una persona muy conocida en los ambientes culturales de Santander, pero menos familiar para el común de los santanderinos. Encabeza una lista conjunta de Izquierda Unida y Podemos que se ha forjado no sin peleas internas entre ambas formaciones por el reparto de poder, hasta el punto que la que iba a ser la número dos anunció su abandono a unos meses del 28M. Como es lógico, Martínez quiere ser concejal, pero tampoco le importaría al PSOE –siempre que no sea a su costa–, que sabe que es un apoyo seguro en caso de una alianza regionalista-socialista. En IU y Podemos entienden que, si tienen opciones de entrar en el Parlamento regional, muchas más de seguir en Santander.
Emilio del Valle Vox
Emilio del Valle tiene tantas ganas de que Vox sea una pieza fundamental para que el PP –su antiguo partido– se mantenga en el Gobierno municipal de Santander como de ponérselo difícil a Gema Igual. Hacerle sudar la gota gorda antes de cerrar un acuerdo, si es que se cierra. «No estamos aquí para ser la muleta de nadie», advertía durante la presentación de la candidatura que encabeza el todavía diputado nacional, que tiene intención de compaginar ambos cargos –y también el de líder de Vox en Cantabria– todo el tiempo que pueda. Porque Vox quiere dar un mordisco a los populares por su parte más conservadora –hablan de reducción drástica de impuestos, mejora de la seguridad y rechazo a las zonas de bajas emisiones– intentando asentar la idea de que las políticas de Igual no son tan distintas de las que harían PRC o PSOE. De hecho, le acusan de haber desplegado a lo largo de los últimos cuatro años políticas «de izquierdas». Del Valle insiste en que la prueba de que Vox no va de farol y que no dará sus votos a cambio de nada es lo que ha ocurrido esta legislatura con los presupuestos locales, que se han quedado en el cajón porque el único concejal de su formación, Guillermo Pérez-Cosío, no los apoyó.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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