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La alcaldesa descarta el cierre del minizoo de La Magdalena: «Es imposible»

La alcaldesa descarta el cierre del minizoo de La Magdalena: «Es imposible»

«A golpe del calentón de unas noticias que no eran ciertas no podemos decidir los políticos cerrar un zoo sin saber qué hacer con los animales», dice Igual

DM .

Santander

Miércoles, 22 de julio 2020, 14:56

La alcaldesa de Santander, Gema Igual, ha apostado este miércoles por encargar a expertos un informe sobre el minizoo de la Magdalena que ofrezca diferentes alternativas de futuro para esas instalaciones antes de decidir qué hacer con ellas y con los animales que alberga.

Eso es lo que va a trasladar esta tarde, según ha explicado Igual, el equipo de gobierno en el consejo municipal de sostenibilidad creado para abordar el futuro del minizoo de La Magdalena.

En este consejo está previsto designar, a propuesta de la Concejalía de Medio Ambiente, a un grupo de expertos integrado por los veterinarios Juan Carlos González, Juan José Sánchez y David Perpiñán; la bióloga de Infozoos Andrea Torres, el responsable del plan director de la Magdalena, Esteban Sainz; y el director del Museo Marítimo del Cantábrico, Gerardo García Castrillo.

Gema Igual ha reconocido, en una visita al centro de acogida Princesa Letizia, que «seguro que hay cosas que mejorar en el minizoo», pero ha incidido en que la polémica que se ha creado sobre esas instalaciones parte de muchas noticias «falsas» sobre maltrato, que desde el Ayuntamiento no se consentiría«, ha recalcado.

«A golpe del calentón de unas noticias que no eran ciertas no podemos decidir los políticos cerrar un zoo sin saber qué hacer con los animales»

gema igual, alcaldesa de santander

«Cerrar el zoo es imposible, porque no es un recinto cerrado, porque es público, porque la entrada al parque es gratuita y porque si esa es solo la solución que está encima de la mesa qué hacemos con los animales. Unos animales que no sabemos dónde llevarles. Eso sería también un maltrato«, ha advertido Igual.

Y ha apuntado que otra opción sería continuar con el minizoo, dándole un carácter didáctico y de recuperación ambiental. «Cuando uno no entiende de algo, lo que tiene que hacer es asesorarse y eso es lo que vamos a proponer al consejo de sostenibilidad», ha alegado.

«A golpe del calentón de unas noticias que no eran ciertas no podemos decidir los políticos cerrar un zoo sin saber qué hacer con los animales. Partiendo de que los animales no están maltratados, el futuro del zoo está en debate, un debate abierto en el que el equipo de gobierno va a buscar diferentes alternativas encima de la mesa para decidir», ha abundado Igual.

Ha insistido, además, en que el equipo de gobierno apuesta es por encargar un estudio de alternativas a un grupo de expertos para que pongan encima de la mesa diferentes alternativas, en el que se prevé recoger las inversiones necesarias para poner a punto las instalaciones y un plan de mantenimiento, además de propuestas valoradas para dar contenido medioambiental y de conservación de la biodiversidad a las instalaciones.

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Un informe del veterinario David Perpiñán recomienda el cierre del zoo por el «estado deficiente» de los animales

El veterinario David Perpiñán, experto en medicina zoológica, ha elaborado un informe en el que hace referencia a los incumplimientos de la legislación en los que, a su juicio, incurre el zoológico de La Magdalena y recomienda el cierre de las instalaciones, entre otras razones, por el «estado deficiente» en el que se encuentran los animales.

David Perpiñán, asesor científico de la Fundación Franz Weber, ha hecho un repaso a las diferentes razones por las que cree que se debería cerrar el minizoo de La Magdalena, en una rueda de prensa en la que ha estado acompañado por los portavoces del PSOE y de Unidas por Santander, Daniel Fernández y Miguel Saro, que también han abogado por el cierre de las instalaciones.

«Mi opinión como veterinario y experto en zoológicos es que este zoo se debería cerrar», ha insistido Perpiñán, haciendo hincapié en que «no cumple ninguna función positiva, ni para los animales, ni para la naturaleza, ni para la sociedad y el estado de los animales (psíquico y médico) es deficiente».

Además, ha considerado que, además de que los incumplimientos de la ley de zoos son «numerosos», mejorar el zoológico supondría un gasto millonario que tampoco haría disminuir las críticas.

Por otro lado, Perpiñán recomienda que no se plantee la reconversión de las instalaciones, porque, en su opinión, «los hechos acontecidos durante el último mes demuestran que no existe en el Ayuntamiento de Santander ni una voluntad clara de cambio, ni un equipo humano capaz de llevarlo a cabo»; además de que «tampoco se ha presentado ninguna propuesta concreta que pueda ser objeto de análisis detallado».

Según este experto, el bienestar de los animales es «uno de los puntos más débiles de este zoológico».

En este sentido, el informe subraya que en este zoo «se alojan especies de difícil mantenimiento», porque son coloniales ya que «suelen vivir en grupos de cientos o miles de individuos» y también son especies anfibias, por lo que «hay que cuidar muy bien la parte acuática y la parte terrestre de las instalaciones».

También cuestiona que el diseño de las instalaciones que «hace que unas especies no quieran ir al agua y otras especies no quieran ir a tierra».

Asimismo, destaca que ninguno de los doce trabajadores del zoológico (once funcionarios y un veterinario externo) tiene experiencia alguna en zoológicos y «eso se nota». Según ha lamentado Perpiñán «hay animales que llevan enfermos semanas y nadie los detecta».

Además, apunta que no hay un plan de enriquecimiento ambiental para ayudar a los animales a cumplir sus necesidades biológicas o de mantenimiento.

El veterinario ha narrado que, como respuesta a algunos de los «problemas» detectados en los animales, los responsables del zoo los «minimizan» con frases como «a las focas no les pasa nada por estar cubiertas de algas», «el león marino murió de pena», «las focas salen del agua cuando quieren» o «si el pingüino no ha venido a comer es que no tendrá hambre».

«El zoo tiene un equipo humano de doce trabajadores para quince animales, lo que supone un ratio altísimo», ha explicado Perpiñán, para quien es «preocupante» que en estas condiciones «no se hace nada en especial con los animales, ni entrenamiento, ni enriquecimiento, ni control de peso, ni control del pescado que comen, etc., cosas que sí se hacen en otros zoológicos con menor equipo».

También sostiene que el zoo ha recibido una «atención mediática negativa» a raíz de la muerte de un león marino y la aparición de focas cubiertas de algas. Y considera que «la mala prensa no habría llegado donde ha llegado si no hubiese sido por las acciones del equipo de gobierno y del veterinario del zoológico».

Para Perpiñán, aunque el cierre del zoo podría generar algunos problemas que habría que solucionar, «cualquiera de las otras alternativas puede generar problemas y costes mucho mayores».

Este experto ha insistido en que el zoo de La Magdalena no cumple ninguna función educativa, conservacionista o científica. En lo educativo, «los paneles informativos son paupérrimos», ninguna especie del zoo participa en proyectos de reintroducción y el zoo tampoco parece aportar recursos a la conservación in situ.

Además, sostiene que el zoo «incumple la legislación en numerosísimos puntos importantes, lo que debería acarrear sanciones económicas elevadas por tratarse de infracciones graves o muy graves».

Para Perpiñán el zoológico de La Magdalena es una «instalación arcaica que se ha beneficiado de la desidia del Gobierno cántabro a la hora de aplicar la ley de zoos».

En este sentido, ha recordado que el Ejecutivo regional fue denunciado en 2009 por la Comisión Europea por no aplicar adecuadamente la ley de zoos, y ha permitido un zoo ilegal durante 12 años, ya que la ley entró en vigor en 2003 y el zoológico de La Magdalena no se dio de alta hasta 2016.

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