Imputan homicidio imprudente a uno de los inquilinos por el incendio de Juan de la Cosa

Al menos es la conclusión a la que ha llegado la Policía Científica, que corrobora la investigación de Policía Judicial para señalar en su informe final que el inicio del incendio se localiza en un único foco primario en una de las habitaciones del quinto izquierda, y considera que el origen «no ha sido intencionado».

La investigación policial también concluye que el humo se propagó por el descansillo y alcanzó a la buhardilla, donde residían los tres fallecidos. Dos hermanos, Pilar y Francisco 'Paco' Moro, de 78 y 76 años, murieron el mismo viernes, 17 de enero, cuando se produjo el incendio, intoxicados por el humo. El tercer hermano, Domingo Barada, de 61, que había sido trasladado con vida, pero en estado grave, al Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, murió una semana después en el mismo centro hospitalario.

Una vez que la Policía Nacional ha remitido su atestado al Juzgado de Instrucción Nº4 de Santander, el magistrado Luis Enrique García, encargado de la instrucción del caso, ha procedido a abrir diligencias de investigación frente al inquilino de la habitación donde surgió el incendio, un vecino de 61 años, del País Vasco, que se encuentra ingresado en la Unidad de Psiquiatría del Hospital Marqués de Valdecilla.

Según ha podido saber este periódico, el instructor imputa al investigado, en principio, tres supuestos delitos de homicidio por imprudencia grave y un cuarto delito de omisión del deber del socorro, a la vista de las actuaciones realizadas hasta ahora. Y todo ello a la espera de tomarle declaración, al igual que al resto de testigos, y de conocer si padece alguna enfermedad mental, lo que afectaría a su condición de investigado. Y es que en caso de confirmarse que padece algún problema psiquiátrico, podría ser declarado inimputable (no es responsable penalmente de un delito cometido, ya que no comprende las consecuencias que esto puede ocasionar).

De ahí que el juez tendrá que solicitar, por un lado, los antecedentes médicos del investigado, y, por otro, el correspondiente informe de imputabilidad que realizan habitualmente en estos casos los forenses del Instituto de Medicina Legal (IML).

Según han detallado a este periódico fuentes cercanas a la investigación, el día del suceso el investigado debió de encender incienso, velas y aceites aromáticos y «se quedó dormido». Cuando se percató de la presencia del fuego realizó alguna acción, «como abrir una ventana, que, lejos de ayudar a sofocar las llamas, las habría avivado». Y después «se debió marchar de la vivienda sin decir nada a nadie», aunque este extremo se tiene que aclarar. Sin embargo, inicialmente el juez le imputa un presunto delito de omisión del deber del socorro.

Según recoge en su informe final la Policía Nacional de Santander, al día siguiente de los hechos los investigadores encontraron a este vecino en el faro de Mataleñas, desde donde fue trasladado a la Unidad de Psiquiatría del Hospital Marqués de Valdecilla, dado el estado de salud en el que se encontraba como consecuencia del trágico suceso.

Aunque en un principio el instructor imputa tres supuestos delitos de homicidio por imprudencia grave, castigados con penas de uno a cuatro años de cárcel, no se descarta que finalmente la imputación se reduzca a tres homicidios por imprudencia menos grave, cuyo castigo se limita a una multa de 3 a 18 meses, dado que los investigadores de la Policía Nacional concluyen que el incendio «no fue intencional». No obstante, serán las pruebas las que determinen ante cuál de los dos escenarios nos encontramos. Todo ello, si finalmente el investigado no es declarado inimputable.

Según ha podido saber este periódico los familiares de las víctimas ya se han personado en el procedimiento y se prevé que también lo harán los seguros de la comunidad de propietarios y del dueño del piso donde se originó el incendio, que, al parecer, lo alquilaba por habitaciones.