«Mira tú qué manera de acabar este maldito año»
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Santander ·
El fuego arrasa una tienda de electrodomésticos y obliga a cortar dos horas la calle FloranesLos vecinos de la populosa y comercial calle Floranes de Santander han despertado este 31 de diciembre, último día del año 2018, con un ... susto en el cuerpo. La tienda de electrodomésticos Merino, situada en el número 42, ha ardido minutos antes de las 10.00 horas, cuando todos los comercios de la zona levantaban las persianas y la calle estaba ya llena de gente. El fuego ha provocado «muchos daños materiales en el interior de la tienda», pero, por suerte, ninguna persona ha resultado herida, ya que en ese momento la tienda no había abierto al público y sus dueños todavía no estaban en el interior.
Hasta el lugar se han desplazado dos dotaciones de los Bomberos de Santander, que han extinguido las llamas y han refrescado el interior del comercio en el que había numerosos electrodomésticos, menaje para el hogar, telefonía, informática... Las causas del incendio todavía se desconocen, pero según señalan los bomberos, el lugar en el que se ha producido el incendio ha sido localizado inmediatamente, lo que ha facilitado su extinción.
El suceso ha provocado el corte durante casi dos horas de la calle Floranes, en el que ha intervenido la Policía Municipal de Santander. También se han desplazado hasta el lugar del suceso una ambulancia del 061, en previsión de que pudiese haber algún herido por inhalación de humo, pero no ha sido así.
La propietaria de la tienda quemada, Ana Peña, lamenta el suceso, mientras maldice su mala suerte en este último día del año. «Mira tú que manera de acabar este maldito año», suelta con mucha rabia y el rostro desencajado. Eso sí, a Ana no le ha faltado esta mañana el consuelo de los numerosos vecinos y conocidos de la zona, que a medida que se han ido enterando de lo ocurrido han acudido hasta el número 42 de la calle Floranes para ver qué había sucedido y también dar ánimos a Ana y a su hijo, Francisco Javier Merino, muy nerviosos y afectados tras el suceso.
Ana Peña es la propietaria del negocio familiar Electrodomésticos Merino, un comercio que abrió su suegro hace ya más de 50 años en esta calle santanderina y del que ahora se ocupan ella y su marido. Ana cuenta que ella había llegado esta mañana pronto a su tienda de la calle Floranes y, como cada día, abrió su comercio y entró a buscar «el carrito que tengo en la tienda para ir a hacer la compra al Eroski». El supermercado del que habla Ana está a unos metros de su tienda y todas las mañanas hace la compra allí. Hasta ese momento, todo normal, la rutina de cada día. Pero unos minutos después, cuando ella estaba saliendo del supermercado, empezó a oír una alarma y enseguida reconoció que era la de su tienda. «He empezado a correr y cuando he llegado me he encontrado a dos vecinos, a Ángel y al de los marcos (Goya Enmarcaciones), con un extintor, intentando apagar unas llamas que salían por la ventana (un vano lateral de la tienda, que da a un pasillo de acceso a unos edificio de vecinos)», explica la afectada, que a la vez que preocupada se muestra agradecida de que «no haya que lamentar ningún herido, gracias a Dios».
Minutos después de iniciarse el incendio y, tras una llamada de emergencia de los propios vecinos, dos dotaciones de los Bomberos de Santander se han presentado en el lugar del suceso. Han entrado en la tienda, de la que «salía un denso humo negro», según dicen algunos testigo, y han procedido a apagar las llamas y a intentar salvar lo máximo posible. Esta labor ha sido rápida y efectiva, pero después el cuerpo contra incendios ha tenido que enfriar el local y además ha permanecido mucho tiempo en el interior de la tienda calcinada para saber qué ha sido lo que ha provocado el incendio y en qué lugar se ha originado. Los agentes todavía desconocen las causas, aunque Fracisco Javier, el hijo de Ana, explica que «ellos creen que el fuego ha comenzado en un panel de enchufes que hay junto a la caja». Los propietarios de la tienda creen que la causa «puede ser un cortocircuito en ese panel que dicen, pero no entendemos muy bien por qué, ya que todo estaba como siempre y nunca ha pasado nada», lamentaba Ana Peña.
A las 10.35 horas, la calle, a la altura del nº 42, ya estaba llena curiosos que paraban junto a la puerta de la tienda y se preguntaban qué había pasado y de amigos y conocidos de la familia Merino Peña, muy preocupados por el suceso. Las amigas de Ana, con las que cada día toma el café antes de abrir la tienda, también han ido llegando una a una hasta el lugar para cerciorarse, sobre todo, de que Ana estaba bien y dar ánimos a su amiga y también para ver con sus propios ajos lo que había pasado y que ya se sabía todo el barrio. Ivana es una de ellas. «Pobre Ana -dice- que mala suerte, con lo trabajadora que es. Con lo mal que están ahora las cosas y encima la pasa esto. Vaya manera de despedir el año».
Los dueños (tanto Ana como su Francisco Javier) creen que pocas cosas de las que había en el interior de la tienda puedan salvarse, ya no solo por el fuego, sino también por el agua que han tenido que utilizar los bomberos para apagar el incendio. Y aunque el 'shock' del primer momento les impide hacer cuentas, creen que las pérdidas pueden suponerles muchos miles de euros. Pero lo que a Ana la tiene más preocupada es qué va a hacer ahora. «Con este desastre y tal y como ha quedado la tienda y todos los electrodomésticos, cuándo podremos volver a abrir otra vez la tienda, que es de los que vivimos», dice a punto de llorar.
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