La indemnización del seguro por el incendio del MAS se cifra en cerca de un millón de euros

El inmueble de la calle Rubio, BIC, sufrió graves daños materiales ocasionados por el incendio y el Ayuntamiento, tras varias demoras, pretende acelerar la cuenta atrás del proyecto de rehabilitación para el que se asignaron más de 3,8 millones de euros. En el presupuesto recientemente presentado no se incluyeron partidas específicas. La explicación radica en que en este 2019 ya existía una cantidad cifrada en 871.000 euros que pasarán a las cuentas de 2020 al no haberse ejecutado. A ello se sumará precisamente lo que tenga que abonar finalmente el seguro por el incendio.

Algo similar sucede con la futura sede asociada del Reina Sofía/Archivo Lafuente que el próximo año espera la modificación puntual del PGOU y el concurso para la redacción del proyecto de rehabilitación del antiguo Banco de España, pero cuyas tramitaciones se afrontarán desde la anualidad ya prevista de 600.000 euros del presupuesto para estudios y trabajos técnicos.

La anterior concejala de Cultura Miriam Díaz, actual titular de Turismo, avanzó en su día que la aseguradora del Museo ya realizó un ingreso inicial de 250.000 euros «para los primeros gastos». Quedaba entonces por dilucidar la responsabilidad y el coste final de un siniestro que se saldó con cuatro obras perdidas, otras tantas dañadas, la biblioteca especializada desaparecida y el edificio «totalmente apuntalado».

El Ayuntamiento contrató en 2018 un perito externo para cuantificar las pérdidas económicas y poder trasladarle a la aseguradora una peritación propia. La importante cantidad que se hará oficial este mes corresponde a la parte del continente, es decir, del inmueble, sus dependencias y materiales de decoración y arquitectura dañados o destruidos durante el siniestro.

Cabe recordar que el MAS se hallaba cerrado cuando aconteció el incendio, dado que estaba sometido desde meses antes a una serie de obras e instalaciones. Aquellos trabajos para hacer más accesible el inmueble, que se encontraban cercanos a su fin cuando se produjo el siniestro, tenían un coste en principio de menos de 600.000 euros.

La institución museística (antes Museo de Bellas Artes), que cumplía 110 años en 2017, cierra 2019 tras haber afrontado una serie de exposiciones y actividades en colaboración con otras entidades como la Fundación Caja Cantabria y la Universidad de Cantabria. Actualmente la sala de Náutica de la UC alberga la muestra que ha rescatado y reivindicado la obra del pintor Gregorio, y en el arranque de 2020 está prevista la segunda entrega del ciclo Terra/Aqua, y tras la exitosa 'GOYA & goyas' completada con conferencias y visitas guiadas. Precisamente en el presupuesto del área de Cultura, que conduce la concejala María Luisa Sanjuán, presentado esta semana, está prevista una cantidad de 172.500 euros para las exposiciones, ediciones y otras actividades del Museo, mientras que para la seguridad y conservación de los fondos, incluyendo el almacenamiento, se contemplan 46.000 euros.

Las miles de obras que integran los fondos del MAS se hallan depositadas en el Casyc de Caja Cantabria que ofreció su colaboración tras el incendio, después de que provisionalmente las piezas permanecieran durante varias semanas en una nave de la periferia santanderina. El Gobierno regional, a través de la Dirección de Patrimonio, debe dar el visto bueno al plan de reforma del edificio de la calle del Rubio. Dos años después del incendio, sigue sin saberse qué hizo que parte del edificio fuera devorado por el fuego. La Policía Científica, encargada de la investigación, ya sostuvo que no podía concretar la etiología del siniestro ni la fuente de ignición».

Toda la colección se encontraba dentro del edificio, en un búnker construido para la ocasión que era vigilado 24 horas al día. La aseguradora también ha destinado a las arcas municipales una cantidad en concepto de la tasación de las obras que posee la institución.

Además de la polémica por la gestión y las responsabilidades políticas, el siniestro tuvo sus consecuencias para las dos empresas que participaron en la renovación del inmueble, ambas sancionadas por el Ayuntamiento: SIEC, la adjudicataria de la transformación y, Codelse, encargada de la seguridad.