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Machetes de medio metro, azadas, cachavas y varas de avellano... los vídeos difundidos de la pelea de clanes de este viernes en la Cuesta ... de la Atalaya, en pleno centro de Santander, muestran una violencia inusitada. «Aquí habíamos visto de todo, porque las movidas son casi todos los días, pero esto ha sido demasiado. Así no se puede vivir», protesta un residente que prefiere el anonimato.
Todos los vecinos consultados hoy por este periódico tienen miedo. Algunos pasan de largo porque temen que alguien les vea hablando con un extraño. Otros se esconden para contar lo que padecen, día sí, día también; porque no aguantan más. «Lo que tiene que haber es más control porque lo que están haciendo es vender muchísima droga», comenta otra vecina mientras señala al portal donde se supone que está el negocio. Otra mujer se asoma a un balcón y, en voz baja, habla de un bar: «Es ahí donde se cuece todo. Cada dos por tres se oyen voces de madrugada, hay peleas, cristos. Es tremendo. ¿Por qué nadie hace nada?», cuestiona.
Tanto la Policía Nacional como la Local intervinieron este pasado viernes en la batalla campal entre familias que se desató pasadas las tres de la tarde. Los testigos llamaron al 091, pero cuando llegaron los agentes el ambiente ya estaba más tranquilo. Registraron a los presentes y encontraron sólo una cachava con la punta de plomo. También comprobaron que uno de los implicados en la reyerta había acudido al Hospital Valdecilla tras sufrir varias heridas. Pero este episodio no era el final de la historia.
«Si pillan a alguien, le matan»
Cuando le dieron el alta, avisó a su hermano y ambos fueron al portal de uno de los agresores con una azada y un machete. A la pelea se unió también el hermano del que buscaban y comenzó un enfrentamiento entre los cuatro en el que destrozaron todo lo que encontraron. «Son unos descerebrados. Si llegan a pillar a alguien por delante, le matan», insiste otro de los que viven en la Cuesta. En pocos minutos, varios coches patrulla y una ambulancia llegaron al lugar e intentaron tranquilizar a los violentos. Uno de ellos no entraba en razón y fue detenido por desobediencia y resistencia a los agentes, mientras que su hermano tuvo que ser trasladado a Valdecilla porque, durante la pelea en el portal, perdió un diente.
Del otro clan, uno de los hermanos tenía un corte importante en la rodilla pero se negó a ir al hospital al saber que sus contrarios estaban allí y temía lo que pudiera pasar. Los agentes solicitaron a los sanitarios de la ambulancia que lo llevaran a un centro de salud para que le dieran unos puntos de sutura, pero no aceptaron la petición. La Policía mantiene un dispositivo de vigilancia porque hay sospechas de que los clanes estén planeando volver a encontrarse para otro enfrentamiento.
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