Una inundación corta uno de los accesos al parque de La Remonta
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El agua se extiende desde el lago y cubre el vial peatonal y el terreno anexo, lo que impide el paso desde una de las entradas al recintoEl parque de La Remonta «lleva inundado cerca de tres semanas, pero nadie del Ayuntamiento se ha pasado por el lugar a ver el problema para solucionarlo», se quejan los vecinos de Cajo que frecuentan este espacio verde municipal. Denuncian que se está desaprovechando ... un área de esparcimiento segura «más ahora con el covid, al ser un lugar poco concurrido».
Con las lluvias de primeros de octubre parte del terreno del parque de La Remonta permanece anegado, desde la zona del lago hasta cubrir por completo el vial habilitado para el paseo y las parcela anexas. El agua impide el acceso por una de las puertas de la finca, en concreto, la que linda con la urbanización Las Californias, y ante esta situación los usuarios del parque sólo tienen la opción de entrar y salir por el mismo lugar, que es el acceso que existe frente a Campogiro.
La finca de La Remonta abrió sus puertas a los ciudadanos en 2017. Hasta entonces había sido propiedad del Ministerio de Defensa -desde 1919- y, antes, finca del conde de Campogiro. Los ciudadanos tienen acceso a diez hectáreas de las 30 que forman la gran finca, más grande que La Magdalena. El camino peatonal tiene 900 metros de longitud, en un parque municipal dentro de la finca, una zona de recreo que en su anchura máxima tiene 150 metros, con amplias praderas, bancos para sentarse y un lago en el que habitan numerosas aves.
La inversión total que el Ayuntamiento empleó para abrir sus puertas como parque municipal fue de 480.000 euros. Además del camino peatonal, incluye otro para bicicletas y sendas para hacer 'running'; como complemente, se plantaron 142 árboles. Algunos de los usuarios del parque consideran que la inversión no se ha optimizado: «La finca está muy abandonada. Ni es parque ni es nada. Sin mesas, ni bancos para sentarse, salvo dos, ni unos columpios para llevar a los niños... Una lástima, porque es un lugar muy bonito», lamentó Teresa Puente, vecina de Cajo.
«Se inunda cada vez que hay lluvia, debe ser que se atasca el alcantarillado. Es un espacio olvidado del que disfrutan unos pocos, contados con los dedos», apuntó Rosa, que solía pasear cada día por el lugar con su perro, hasta la inundación. «El lago es una antigua marisma y por eso se inunda con frecuencia. Como parque no se le da ninguna utilidad. Alguno que va a correr, pero no tiene ni una mesa para merendar», destacó Gustavo Martín.
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