Las inundaciones por las tormentas ponen en duda el sistema de drenaje de Santander

El Ayuntamiento tiene clara la explicación. Y no es otra que llovió demasiado en poco tiempo y que el sistema de drenaje no es infinito, según los argumentos que esgrimió para este periódico la concejala de Medio Ambiente, Margarita Rojo. El Ayuntamiento, que emitió también una nota de prensa explicando la respuesta que dieron todos los servicios municipales a las inundaciones, se agarra a los 52 litros por metro cuadrado que cayeron el martes en Santander entre las cinco y las once de la noche (seis horas), una cifra nada extraordinaria para una ciudad como la capital cántabra acostumbrada a la lluvia.

Cierto es que las inundaciones se produjeron a partir de las nueve de la noche y en una franja de no más de dos horas (a las once la zona estaba ya perfectamente limpia y sin rastro de balsas de agua). Según los datos recogidos por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), entre las nueve y las once de la noche cayeron en la ciudad 20 litros. Cifras que tampoco deben llamar la atención en la capital cántabra.

Entonces, ¿por qué se inundaron calles y la zona de El Sardinero? Rojo insiste: «Hay varias causas y todas son objetivas. Para empezar, la gran cantidad de agua que cayó en Santander en el espacio de poco tiempo y la limitación que tiene el sistema de colectores de Santander, que es finito y que a veces puede, como ha sido el caso, colapsar». La responsable municipal no cree que sea «por falta de mantenimiento en las arquetas e imbornales de la ciudad. Los servicios de limpieza lo hacen de forma habitual. Pero siempre que hay una tormenta, muchas hojas de árboles y suciedad son arrastradas por el agua y se taponan las arquetas. Eso no quiere decir que no haya un mantenimiento».

Las explicaciones del Ayuntamiento no parece que convenzan a los vecinos de las zonas afectadas. «Siempre que llueve un poco fuerte ocurre lo mismo. Por lo tanto tendrá que estudiar (el Consistorio) la manera de que esto no ocurra, que estamos en Santander, una ciudad en la que la lluvia es el pan nuestro de cada día» se quejan los vecinos.

La concejala de Medio Ambiente no quiere que sus explicaciones suenen como una disculpa. Sabe que trombas como la del lunes volverán a caer, por lo que anuncia que «estudiarán qué se puede hacer para que la próxima vez que ocurra los vecinos no tengan que sufrir estas inundaciones».

Una de las zonas donde se registraron más incidencias fue en El Sardinero, donde hace casi tres años fue construido el tanque de tormentas. Una infraestructura diseñada y construida a principios de noviembre de 2021 precisamente para evitar lo que ocurrió el lunes y que costó casi un millón de euros (las obras para toda la remodelación de la Plaza de Italia constaron 4 millones). El Ayuntamiento se ha apresurado a decir que el tanque de tormentas ha funcionado perfectamente, de acuerdo a la información facilitada por Aqualia, y que «estuvo aliviando agua al mar desde las 17.45 horas del lunes, momento en el que se llenó su limitada capacidad (200 metros cúbicos) hasta este martes a las 7.00 de la mañana», explica Margarita Rojo.

Otro de los datos que sorprende a la hora de analizar las causas de la inundación de buena parte las calles que están en la primera línea de playa es que la tabla de mareas del lunes reflejaba que a la hora en la que más litros cayeron en la zona de El Sardinero había bajamar.

Para dar respuesta a la situación de emergencia, el Ayuntamiento destaca que desplegó un dispositivo coordinado a través de equipos de Bomberos, Policía Local, Aqualia y Servicio de Limpieza para atender las llamadas de los ciudadanos y resolver las incidencias registradas. Y se felicita por el trabajo realizado. La «rápida y eficaz respuesta de todos los servicios municipales consiguió que la ciudad recuperara la normalidad poco antes de la medianoche». Los bomberos de la ciudad realizaron 22 asistencias, desplazaron 3 autotanques y una escala para intentar ayudar a los vecinos a sortear las bolsas de agua que se formaron en ciertas calles o a achicar el agua que anegó viviendas y negocios.

La Policía Local también prestó asistencia en diversas incidencias ocurridas durante la tormenta, al igual que los operarios de Aqualia y de Prezero (servicio de limpieza y basuras) se desplegaron equipos para trabajar en el alivio de las zonas anegadas por la lluvia. Durante toda la noche trabajaron en la limpieza y baldeo de los lugares para eliminar los restos de suciedad.

Este martes, la normalidad volvió a la totalidad de las calles santanderinas. Y es que a pesar de la espectacularidad de las imágenes y al hecho de que se produjeron decenas de incidencias no hubo que lamentar problemas graves.

Como no siempre es viable técnica ni económicamente tratar y descontaminar todo el caudal de agua de lluvia recogido, la ingeniería civil ya hace años, que encontró, entre otras soluciones, la de construir los conocidos como tanques de tormenta, en los que se retiene el agua más contaminada, produciéndose el alivio al mar del agua menos dañino para el medio. Hay otras como son los parque inundables que a veces son parques verdes y otras embalses.

Los tanques de tormenta son pues infraestructuras hidráulico-sanitarias con la misión de mejorar los flujos de aguas residuales de los sistemas de saneamiento unitarios, a través de la regulación y tratamiento de los caudales punta. Minimizan los vertidos al medio y, si han sido diseñados para ello, sirven también para evitar y reducir eventuales inundaciones en periodos de lluvia intensa.

El Tanque de Tormenta de El Sardinero, promovido por el Ayuntamiento de Santander y acabado de construir en, se ha diseñado atendiendo a los parámetros y criterios que establecen las instituciones competentes (Ministerio de Medio Ambiente y Confederación Hidrográfica.

El depósito es de configuración 'on-line', con vaciado por impulsión y aliviadero integrado, con un caudal máximo de diseño tal que garantiza que no se produzca alivio para una lluvia de 10 l/seg/ha y 20 minutos de duración, obteniéndose un coeficiente de dilución muy alto (12,69) y un volumen de retención de 200 metros cúbicos.

Para construir esta infraestructura, emplazada en la plaza de Italia, se realizó un vaciado de más de 8 metros de profundidad, lo que fue una tarea de ingeniería complicada, por tratarse de una zona urbana con mucha actividad cotidiana y tránsito de vehículos y personas, cuyos flujos hubo que reordenar.

Como sistema de contención para el vaciado se empleó una pantalla de pilotes secantes, que permiten reducir las vibraciones y posibilitan la creación de un recinto estanco. El uso de la propia pantalla como parte estructural del tanque propicia la reducción de la superficie afectada por las obras. Toda la construcción está hecha con hormigón armado in situ. La cubierta es una losa de planta rectangular, apoyada en su contorno en una viga que corona la pantalla y en seis pilares interiores, preparada para resistir las cargas propias del tráfico de carreteras.

El tanque del Sardinero, que se construyó a finales de 2020, fue una obra muy criticada y objeto de discusión política. Tanto PRC como PSOE e IU, toda la oposición santanderina, se mostró en contra de una actuación que teóricamente «iba a evitar estos desbordamientos e inundaciones». Después de las riadas de 2021, que también afectaron al Sardinero, calificaron al tanque de la Plaza de Italia como «una obra ingenieril poco útil».