Italia reclama su monumento

Dentro del Ministerio de Defensa italiano existe una oficina especializada en recuperar este tipo de patrimonio y, sobre todo, a los fallecidos en diferentes conflictos a lo largo del mundo. Fue ahí donde detectaron la existencia de este monumento que ahora quieren recuperar. En el proceso les ayuda el arqueólogo italiano Vicenzo Lemmo, que trabajó durante varios años en el Mupac antes de regresar a su Roma natal. Como además tiene una fuerte relación con el ejército, ya que varios familiares son militares, se convirtió en el candidato ideal para hacer de enlace entre Santander e Italia. «Aquí no tenemos ninguna ley similar a la de la Memoria Histórica de España, valoramos mucho la historia independientemente de si es buena o mala porque consideramos que lo importante es conocerla para no volver atrás», explica.

De todos modos, no tienen intención de exponer de nuevo este monumento, únicamente quieren recuperarlo para conservarlo como parte del pasado de su país. «Esta oficina recupera sobre todo fallecidos, independientemente del bando para el que luchasen, porque aquí sentimos mucho respeto hacia los caídos».

El monumento fue un proyecto del arquitecto municipal Ramiro Sainz Martínez (1887-1974) y fue ejecutado por el marmolista santanderino Rafael Villegas Cobo. Estaba formado por tres grandes bloques de piedra que descansaban sobre una base del mismo material y, según expuso el Ayuntamiento al desmontarlo, carecía de valor artístico.

Rendía homenaje a la División Littorio, que Mussolini envió en apoyo militar al ejército de Franco durante la Guerra Civil. Después combatió en el frente de los Alpes, en los Balcanes para la invasión de Yugoslavia y también en el norte de África. En 1942, esta división fue disuelta y no volvió a ser reconstituida por el ejército italiano, pues su nombre está ligado al fascismo, en cuyo honor recibe el nombre y constituía además uno de los símbolos fascistas por excelencia.

La retirada de este símbolo causó revuelo en Santander. Mientras estaba rodeado de andamios para desmontarlo -la operación duró varias jornadas- aparecieron pintadas en los bajos del Casino, a pocos metros de la ubicación de este monumento, donde podían leerse: «¡Gracias por venir!» y «Perdón por la deshonra» (escrito en italiano: «Scuse per il disonore»).