Javier Ceruti desmiente las malas relaciones con Enrique Bolado, que elude explicar su dimisión

En paralelo, desde la Concejalía de Cultura, por activa y por pasiva, se subrayó a lo largo de la jornada que en ningún momento han existido diferencias y disputas entre el titular del departamento, Javier Ceruti, y Bolado, quien precisamente estaba a punto de cumplir un año en el desempeño de sus funciones desde que accediera al cargo en noviembre de 2019. Fuentes municipales habían apuntado que los encontronazos y discrepancias entre Ceruti, quien asumió la Concejalía de Cultura recientemente -tras la dimisión de María Luisa Sanjuán-, estaban en el epicentro de la postura adoptada por Bolado. «No existía ningún problema entre nosotros y soy el primero en lamentar su marcha porque era una pieza fundamental», afirma Ceruti, quien ya piensa en nombres para sustituirlo.

Fuentes cercanas a Bolado también negaban las desavenencias y situaban los motivos de la renuncia en un plano más personal. Bolado, a preguntas de El Diario, no quiso ni desmentir ni matizar las «especulaciones» y rechazó entrar en polémicas a la hora de desbrozar la situación que ha rodeado su adiós al cargo. «Siempre que he tenido oportunidad he alabado su trabajo. Cuando lo nombramos y cuando asumí la Concejalía», añadía Ceruti. «La única contrariedad que he tenido con él ha sido ahora, cuando ha decidido dimitir, porque no estoy nada de acuerdo con que lo haya hecho y he intentado convencerlo durante semanas de que no lo hiciera». El edil de Ciudadanos explica que, aunque Bolado ya le había trasladado sus intenciones hace días, «me pilló por sorpresa que en el momento de hacerlo no me avisara».

El cese voluntario de Enrique Bolado ha supuesto la segunda dimisión que se produce en el seno del grupo municipal de Ciudadanos, socio de gobierno del PP en el Ayuntamiento de Santander, después de la renuncia en ese caso «por motivos personales» el pasado 2 de septiembre de la entonces concejala María Luisa Sanjuán. «Entiendo que la presión ha hecho mucho en ambos casos», apunta Ceruti. «Es un trabajo exigente, hay tensiones políticas continuamente y a veces puede superar a uno».

Bolado confesó estar «muy orgulloso del trabajo que han abordado funcionarios y agentes culturales» durante los meses en que ha ejercido su labor al frente de la Dirección general. Además de recalcar que la decisión era «irreversible», defendió que «en un momento muy difícil como el que vivimos con la pandemia se ha demostrado que cuando hay un proyecto colectivo se pueden hacer muchas cosas». El exdirector sí defendió un cargo recogido en el Plan de Cultura, que fue presentado en marzo de 2018, porque es esencial para desarrollar el proyecto de ciudad en el que estaba inmerso.

En el entorno de Bolado se hablaba ayer de «desgaste», de «clima político poco propicio para abordar una labor muy ambiciosa» y de una sucesión de circunstancias encabezadas por la pandemia, que «no han remado a favor» de la gestión del ya exdirector general. En un comunicado escueto la Concejalía destacaba que Bolado había presentado la dimisión de su cargo «a petición propia», y que su marcha será efectiva tras la Junta de Gobierno Local que se celebrará el próximo lunes, día 2 de noviembre.

La Concejalía, como lo hizo a título propio la alcaldesa Gema Igual, agradeció a Bolado su labor al frente de la dirección de Cultura «en unas circunstancias muy complicadas por la pandemia del covid-19 y le desea lo mejor en el plano personal y profesional».

Pero no hay tiempo que perder. Ceruti asegura que desde que Bolado empezó a comentar la posibilidad de dimitir, empezó a pensar nombres de personas que pudieran sustituirlo. «Lo idóneo es que continuase él y así se lo hice saber en todo momento, intentando convencerlo para que se quedase. Pero también empecé a pensar en otros nombres por si finalmente se iba», narra el de Ciudadanos. «Espero lo mejor para él, es una pena que se vaya porque era un gran gestor».

También la alcaldesa Gema Igual quiso agradecer su labor «y desearle suerte tanto en el plano personal como profesional». Prefirió no valorar más «porque no me corresponde, igual que no lo he hecho con otras designaciones o ceses del personal de confianza nombrado por nuestro socio».

La renuncia de Enrique Bolado, exdirector de la Filmoteca de Cantabria y artífice e impulsor de numerosos proyectos e iniciativas en Cantabria, tanto en el mundo del cine y de la música como en la gestión cultural en general, provocó una gran sorpresa en el sector. En general las reacciones coincidieron en expresar contrariedad y malestar porque se interpreta como «un paso atrás» para muchas de las iniciativas proyectadas o encauzadas. Además del interrogante lógico sobre quién asumirá ahora una responsabilidad en un momento tan delicado por la pandemia y la crisis. Representantes destacados de la cultura consideraron que será «imposible» captar un perfil como el del director saliente en el que se aunaba «un conocimiento exhaustivo de la cultura local y su experiencia en la Administración».