Joselito Llata, el nuevo «ilustre»

José, popularmente conocido como Joselito, destacó como un extraordinario payaso musical, desarrollando su carrera principalmente fuera de España como integrante de la compañía Rudi-Llata, sobre todo en Francia. Allí donde iba presumía de ser un «orgulloso santanderino». Nació en 1915 en la calle Tantín, estudió en el Colegio Salesianos y la Escuela de Numancia, formó parte de una banda de cornetas y tambores y después se introdujo en la musicalidad del clarinete y el saxofón, que llegó a tocar a la vez. También ingresó como músico militar y tras ello, conoció a los tres hermanos Díaz, el grupo de amigos con los que hizo historia y terminó siendo familia cuando se casó con Mari, la hermana. Después, Joselito formó parte de los Rudi-Llata (junto a Nolo, Pepi y Leo) como un capítulo más de una fulgurante trayectoria paralizada parcialmente por la Guerra Civil.

Fue a partir de los años 50 cuando comenzó a ganar reconocimiento: participó en la película 'Sueños de circo' junto a Romy Schneider, compuso los pasodobles 'Santander' y 'Es mi Tierruca', y recibió varios premios, entre los más importantes el Grock en Milán (1969) y el Óscar Mundial del Circo en Madrid (1972). Su talento y carisma le llevaron a recibir aclamaciones de personalidades tan destacadas como Charles Chaplin, el Papa Pablo VI y los Príncipes de Mónaco, quienes le contrataban para los cumpleaños de sus hijos.

La placa con su nombre se ha instalado en la calle Navas de Tolosa, junto a la puerta principal de la Estación de Autobuses y su ubicación tiene un motivo muy concreto: era el lugar donde se ponían las ferias y el circo en los años 40, 50 y comienzos de los 60 del pasado siglo. En ese punto, se reconocían rostros del entorno de Llata: familiares –sus sobrinas Olga y Raquel Cimiano Llata y su ahijado José Manuel–, artistas y representantes de Amigos del Circo y de varias compañías cántabras. Entre los asistentes estaba por ejemplo Paco Martín, quien hizo la presentación de Joselito y relató numerosos detalles de su extensa biografía. Para completarla, el extrapecista Jose Luis Gómez, Tote, contó varias anécdotas de cuando trabajó con él. Como por ejemplo, cuando se metían en la cabina de sonido mientras actuaba porque los tenía encandilados: «Al escuchar a Joselito, lo demás dejaba de importar», reconoció. También trapecista, Graciela Galán, Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes, resaltó la importancia de Santander en la historia del circo: «A veces te hace soñar más que un buen libro». Y por último, el director del Circo Quimera, Raúl Alegría, agradeció el haber cogido el testigo de Joselito Llata y los Hermanos Tonetti. Así, resaltó el «esfuerzo y la manera de sembrar» lo que a día de hoy es su trabajo y estilo de vida. También reconoció la labor de Santander por «visibilizar la industria artística», concretamente en la Semana Grande. De hecho, su espectáculo –instalado en el Parque de Mesones– lo define como «un circo que nace y muere para las fiestas de la ciudad».

La alcaldesa, Gema Igual, subrayó durante el acto «el orgullo» que supone para la ciudad engrandecer la figura de Joselito Llata, destacando su «humildad, sencillez y virtuosismo» con el saxofón y el clarinete. También recordó «su manera de disfrutar de Santander en cada regreso a casa».

La del payaso supone la placa número 32 de la Ruta de Ilustres, que desde su inicio, con la dedicada a José María Pereda en abril de 2021, ha crecido hasta incluir a figuras como Augusto González Linares, Marcelino Sanz de Sautuola, José Hierro y Leonora Carrington, entre otros.