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Lleva algo más de un año ahí puesto. Bien visible para todo el que pasa al volante. En letras marrones pintadas sobre un trozo de madera que colocaron sobre un saliente. Calle La Torre. «¡Despacio coño!», leen los conductores a diario. Unos metros más ... atrás hay una señal que determina un límite de cincuenta kilómetros por hora, pero está prácticamente tapada por la vegetación. De frente, un poco más adelante -circulando en ese mismo sentido, Sardinero-La Albericia-, se ve otra señal: treinta por hora como máximo. «Pero los coches van fortísimo», dice José Luis Herrero, el vecino que ha colocado el cartel y el principal protagonista de una cruzada hasta ahora sin respuesta. Que pongan allí un paso de cebra. Cuenta que lleva ocho años pidiéndolo. «Creo que ya nos lo merecemos».
Para situarse, se pasa por delante de las casas si uno viene conduciendo desde el bar La Frontera. Herrero explica que la reivindicación corresponde a los vecinos de «un grupo de seis viviendas» que queda en esa mano. Un taller y varias casas unifamiliares. No tienen garaje, así que aparcan en la calle y deben cruzar a menudo. «Es una zona muy peligrosa, queda cuesta abajo y van muy rápido». Él mismo tiene dos niñas (de once y seis años) y al lado vive también su abuelo. «Si sale una pelota o lo que sea a la carretera... Van como locos», comenta su vecina, que también tiene un niño pequeño.
Herrero, profesor de autoescuela -dice que hay vehículos que pueden llegar a pasar a ochenta-, relata que se ha dirigido al Ayuntamiento, que se ha reunido con personal de la Policía Local de Santander, que se lo ha transmitido también a la Asociación de vecinos de Monte... «Visitas, escritos, encuentros con gente de diferentes partidos. He movido Roma con Santiago y nadie hace nada». Cuenta, incluso, que en esa zona murió atropellada su propia abuela «hace unos catorce o quince años».
«Lo que me han contestado alguna vez es que no pueden hacer una inversión para seis viviendas», explica. Ellos reclaman que se rebaje el límite de cincuenta a treinta, pero, sobre todo, el paso de cebra. El más cercano está a 186 metros, según le ha informado la propia Policía Local. «Son cuatrocientos metros para coger el coche que tienes justo en frente de casa con dos niñas pequeñas. Y la propia acera tiene rebajes para hacer el paso. No pedimos un puente levadizo. Sólo que pinten un paso de cebra porque nos jugamos el pellejo».
De ahí el cartel o la pancarta con una sábana que sacaba a las ocho durante el confinamiento a la vez que aplaudía. «¡Paso de peatones ya!». Justo eso es lo que tiene previsto poner en otro letrero. «Se me acaba la paciencia».
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