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Han pasado más de 24 horas desde que desvalijaron su negocio, pero María del Carmen Balbás, propietaria de la tienda Hablando en Plata, ubicada en ... la calle Santa Clara número 2, ese callejón estrecho que comunica Rualasal con Juan de Herrera, aún no es capaz de articular palabra sin acabar en llanto: «Se han llevado todo».
Mamen, que es así como la conocen sus clientas, tiene la teoría de que los ladrones -«con lo que han hecho tienen que ser varios», puntualiza- ya lo intentaron el mes pasado, cuando apareció sangre y parte del escaparate roto, y al ver que no saltó la alarma de seguridad volvieron para terminar la faena. «Aquella vez se llevaron un puñado de objetos de plata, lo que pudieron coger a través de la rotura del cristal, pero esta vez me han dejado las estanterías limpias. Cogieron incluso lo que había en los doce cajones de repuestos y arreglos», señala la dueña del establecimiento, que calcula que el total de plata robada asciende a «unos 200 kilos». El valor «es incalculable», dice de nuevo entre lágrimas.
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Los delincuentes tenían estudiado el inventario de la tienda de Santa Clara porque se han llevado los objetos de más valor, como pendientes, colgantes, anillos y todo tipo de piedras (luna, amatista o rubí, entre otras) engarzadas en plata y han dejado la ropa, los bolsos y la bisutería.
La Policía Nacional, que se personó en la tienda en la mañana del sábado tras la llamada de Mamen y su hijo, que también trabaja en el comercio y fue quien se encontró el local saqueado y patas arriba, ya ha abierto una investigación sobre el suceso.
La víctima no se explica cómo ningún vecino pudo oír los ruidos que tuvieron que hacer los ladrones al forzar, primero la verja y después la puerta de acceso. O el alboroto de abrir y cerrar cajones buscando piezas caras. «Fue mi hijo el que se dio cuenta de que habían entrado el sábado, a las once de la mañana, cuando fue a abrir la tienda», señala Mamen.
Balbás menciona el robo de hace unos días en una perfumería de Torrelavega para poner sobre la mesa un problema que atañe «a todos los cántabros»: «Necesitamos más seguridad en los comercios y en las casas. Cada vez hay más casos como este y se sigue sin hacer nada. Hay que incrementar la vigilancia en la calle».
Además de lamentar la «falta de seguridad», Mamen reconoce que su negocio no tenía alarma ni cámaras, lo que dificultará más la búsqueda de los responsables del saqueo, por lo que solo le queda confiar en la labor policial y en la letra pequeña del seguro.
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Ana del Castillo
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