La Legión, en Santander

La visita vino de la mano de la Asociación Cultural Santiago, que celebra su 25 aniversario. Y el programa fue amplio. Desde por la mañana. En La Porticada, frente a la entrada al edificio de la Delegación de Defensa, se izó la bandera -lo hizo la alcaldesa, Gema Igual-. Todo, con esa solemnidad que rodea cada acto en el que están presentes los militares de este cuerpo. Se cantó 'El novio de la muerte' ante un par de pequeñas tribunas con autoridades civiles, militares, representantes de distintas asociaciones y los muchos curiosos que llenaron la plaza. Después, a paso lento, portando los guiones, se llevó una corona de flores hasta los pies de la estatua de Pedro Velarde. Un homenaje a los caídos con el ejemplo, en este caso, del héroe camargués.

Y, a partir de ahí, un pequeño desfile (ya con el paso rápido tan típico). Por la misma Porticada. Unos 120 efectivos. La Unidad de Música y Banda de Guerra de la Brigada 'Rey Alfonso XIII' y una escuadra de gastadores. De Almería.

Todos, más tarde, tomaron las terrazas de Tetuán. A eso de las dos, con un sol para enmarcar, el barrio estaba teñido de verde. La asociación de hosteleros de la zona ofreció una marmita para los legionarios y los que quisieron asistir. Marmita, sobaos y vino. Comida de hermandad. Fue la previa de la otra ofrenda floral del día. La de Fuentes Pila. Estuvo curioso. Porque a las siete de la tarde se juntaron soldados y los que dejaban ya la playa tras un día espléndido. Hasta una despedida de soltera y dos chicas con un disfraz que simulaba que iban a lomos de un unicornio. «¿Tú eres la novia?». Hubo foto con los legionarios. Así, entre unos y otros, se juntó un grupo numeroso en Mesones. Con un grupo de jóvenes turistas franceses mirando alucinados la escena y más de uno preguntándose por la historia de Fuentes-Pila. «Acuérdate de mirarlo luego en internet».

Dos militares -un hombre y una mujer- entregaron la corona a los familiares. Un acto sencillo. Amelia y Mateo miraban de reojo a los suyos. «¿Lo hemos hecho bien?». Al crío le regalaron una insignia y andaba con una sonrisa de postal. Luego se formaron corrillos mientras los músicos cogían a la carrera el autobús para acercarse hasta el Palacio de Deportes.

Porque quedaba el plato fuerte en la agenda. Lo último, el concierto. Con los legionarios y varios coros y agrupaciones musicales de la ciudad. Y con fines solidarios. La recaudación gracias a la venta de entradas de estos días irá destinada a beneficio de la Fundación Tercio de Extranjeros, una entidad sin ánimo de lucro pensada para ofrecer asistencia social a personas que hayan servido en las filas de La Legión y que pasen por momentos complicados. Una ayuda para los que un día desfilaron al paso con el uniforme. Así terminó el día.