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Han pasado casi dos años y medio desde que el Ayuntamiento de Santander decidiera de forma unilateral rescindir el contrato con Ascán tras casi treinta años al frente del servicio. Entonces, adjudicó el contrato de emergencia a Cespa (hoy PreZero), la segunda empresa mejor valorada ... en el proceso de adjudicación para hacerse cargo de la limpieza y recogida de basura de la ciudad, para un periodo, en principio, de nueve meses. El equipo de gobierno tomó esta decisión por los supuestos incumplimientos por parte de Ascán –actualmente se debaten en los juzgados– y, paralelamente, los vecinos de la ciudad reprochaban que Santander no estaba limpia y que la maquinaria que utilizaban estaba obsoleta. Con la llegada de la nueva contratista, la situación era «casi igual», según el testimonio que hicieron los portavoces de los ciudadanos en los barrios justo dos meses después del cambio. Ahora, el balance que hacen es un poco mejor. Pero tampoco para tirar cohetes. Según relatan las asociaciones de vecinos a El Diario Montañés, hay más barrenderos por las calles, por lo que «están algo más limpias». Pero los contenedores «siguen rotos, acumulan suciedad y atraen a los roedores». Una situación que esperan que cambie con la adjudicación del servicio a una nueva empresa, aunque no haya plazos concretos. Lo último que dio a conocer el Ayuntamiento, en noviembre, es que la adjudicación del contrato de recogida de basuras se retrasaba otros seis meses, por lo que la nueva empresa no trabajará en la capital, al menos, hasta julio.
Los vecinos que residen en la zona de Pombo, Ensanche y Cañadío tienen dudas respecto a la mejora del servicio municipal casi dos años y medio después de que se adjudicara el contrato de emergencia. «Sí que se ven más barrenderos por la calle. Eso lo notamos desde el principio. Pero el servicio aún tiene deficiencias. Los contenedores siguen estando muy viejos y muchos están rotos, con basura a su alrededor», reconoce la vicepresidenta de la asociación. A su juicio, Santander «sigue estando sucia y hay mucha dejadez». Y esto no se debe a un único motivo.
Gómez se refiere a la falta de civismo de las personas. «La gente en las terrazas, de día y de noche, tira colillas al suelo o a los alcorques, que se destrozan. También hay quien no recoge los excrementos de sus perros... En esta ciudad hay una dejadez en general y no estoy exagerando. Llevamos así años y desde la asociación nos hemos quejado mucho porque no es normal. Lo vemos cada vez que salimos a la calle, por eso creo que aún queda mucho por hacer, no es suficiente ni mucho menos», concluye la portavoz de los vecinos de esta zona de la ciudad.
En la zona de Castilla-Hermida sí que han notado «algo de mejora». Allí solo hay contenedores soterrados y el presidente de la asociación de vecinos Los Arenales, Juanjo de la Torre, explica que sí se hacen labores de mantenimiento: «En la limpieza de las calles sí que hemos notado avances. Aunque sea poco a poco».
Pero reconoce que hay un problema con la recogida del vidrio y los buzones soterrados. «Quizás habría que poner iglús pequeños solo para el vidrio que no provoquen este problema de suciedad y de malos olores que tenemos actualmente con los soterrados».
Más allá de cómo funciona el servicio, el portavoz de los vecinos de esta zona apela al civismo para intentar «tener un barrio más limpio entre todos». Y es que, a su juicio, hay personas que tiran la basura en cualquier lado «y se acumula». Precisamente por eso lanza una petición: «Que no echen a los buzones bolsas más grandes de las que entran por la apertura porque provocan muchos atascos. A ver si volvemos a las épocas en las que fuimos una de las ciudades más limpias», comenta en referencia a la adjudicación del nuevo contrato de basura que pretende mejorar el servicio en Santander.
En Cueto siguen con el mismo problema por el que protestaron hace más de dos años, dos meses después de que llegara la nueva empresa. «Los vecinos se quejan muchísimo del tema de los contenedores, que están rotos, crean suciedad y otras molestias. Por ejemplo, aumentan los roedores porque los cubos están entreabiertos y no existe ningún tipo de control», relata Santiago Sierra, presidente de la asociación. «La realidad es que hacen arreglos temporales, pero se vuelven a romper. No solo es que estéticamente sea feo, es que genera otros problemas de suciedad y hay plagas de ratas», añade.
Aun así, Sierra reconoce que «puede» que la limpieza viaria haya mejorado respecto a los barrenderos. «Pero las herramientas que se utilizan deberían cambiar». Y al problema de los contenedores rotos hay que sumar el de los contenedores soterrados. «Están precintados desde hace más de dos años y hasta que no haya nueva empresa no se va a solucionar».
Los que sí han notado mejora son los vecinos de la Asociación de Vecinos La Encina-Los Ríos. «Por aquí las cosas no están mal. De hecho, están mejor que antes, que había más descontrol. En principio las calles se ven mejor. Ahora al barrendero se le ve, cosa que antes no ocurría», comenta el presidente, Emilio Pérez. Una de las principales razones por la que se percibe que la situación ha mejorado es que se cambiaron los contenedores «hace dos o tres meses». «Se ve un cambio de imagen», añade. Sobre las plagas de ratas, Pérez explica que en cuanto llaman a la empresa lo solucionan. «Debe haber un equipo de emergencias. Igual que cuando vienen aficionados del Racing a la zona; en cuanto se marchan al partido, vienen a limpiar», describe.
Donde también están de enhorabuena es en Nueva Montaña. «Barrenderos sí que se ven más, que era uno de los temas de los que más se quejaba la gente», dice Carolina Gutiérrez, presidenta de la asociación de vecinos. De hecho, reconoce que a algunos ya les conoce de vista «porque están por la zona». Respecto a los contenedores tampoco hay queja. Sí que hubo problemas «puntuales» hace unos años, pero actualmente no. «Muchas veces hay suciedad, pero es más por la gente que lo deja todo fuera y les da igual todo. Lo dejan en el suelo y se olvidan», lamenta. «Sí que hemos notado mejoras en el servicio», resume Gutiérrez.
Desde la Asociación de Vecinos La Amistad (que engloba las calles Monte, La Amistad y Juan José Pérez del Molino) reconocen que en su zona no hay contenedores rotos como sí ocurre en otros puntos de Santander. Lo que no quita para que deban reponerse, por su antigüedad. «Hay varios depósitos que deberían cambiarse por la cantidad de tiempo que llevan en la zona», explica Adolfo Vélez, presidente del colectivo. «En lo que concierne a nuestro barrio no nos podemos quejar en líneas generales sobre la limpieza. No obstante, los vecinos siempre quieren mejoras. Hace falta más mantenimiento y que pasen por aquí más barrenderos. Más presencia en general», concluye.
La problemática de los contenedores rotos parece que se repite en prácticamente todos los puntos de la ciudad. En la zona de Monte, más de lo mismo. «El tema de los contenedores sigue igual que siempre. Hay bastantes contenedores rotos. En ese sentido sí que habría que mejorar y vemos que sigue igual», expone Javier Martínez, presidente de la Asociación de Vecinos El Castillo, de Monte. «Hablo de cubos con tapas rotas que no abren bien y precisamente por eso hay gente que deja la basura en el exterior. Una situación que solventan los equipos de emergencia. Pero el problema es que produce muchos olores». En Monte tampoco están satisfechos respecto a los barrenderos. «Por lo que es el pueblo de Monte hay escasez de barrenderos. Sí que hacen batidas, pero de forma esporádica, no es algo diario. Hay precariedad en ese sentido», añade Martínez.
Desde la Asociación de Vecinos Amigos de Cazoña están cansados de repetir «una y otra vez» a la concejala de Barrios, Lorena Gutiérrez, que la limpieza ha ido a peor. «Antes pasaban a recoger la basura cinco días a la semana, luego pasaron a tres y actualmente solo vienen un día. No hay duda de que ha empeorado», comenta Luis Ángel Huerta, presidente de este colectivo. «La misma persona tiene que barrer todas las calles del barrio. El servicio ha decaído mucho», añade. «Los días de viento las tapas de los contenedores se rompen», ejemplifica sobre el mal servicio. Con las consecuencias pertinentes: «Suciedad y basura acumulada en nuestros barrios». Además, a su juicio, falta información: «Lo de los contenedores soterrados es un clamor. Nunca hemos sabido nada». «Lo peor es que durante los meses de verano la población se duplica en Santander porque cada vez vienen más turistas y el servicio sigue siendo el mismo. Es imposible que funcione bien», critica Huerta.
En la zona del Río de la Pila hay luces y sombras respecto a la limpieza. «Ha habido un ligero cambio a mejor. Pero muy ligero». La parte buena es que la calle «está algo más limpia». Y la mala es que los contenedores «siguen más o menos rotos», explica Jesús Garay, presidente de la asociación de vecinos. «Lo peor de todo es que sí hay partes en las que se acumula basura porque han quitado contenedores. Entonces lo que hace la gente es dejar la basura fuera. Es algo muy generalizado», resume.
«Estamos en una zona en donde hay pocas quejas, aunque sí se echa en falta a veces a algún barrendero más», describe Miguel del Valle, de la Asociación de Vecinos de Tetuán. Cabe destacar que se trata de una zona de Santander a la que los aficionados del Racing, entre otros, suelen acudir antes de los partidos para tomar algo, por lo que muchos fines de semana se concentra una gran cantidad de personas. «Es importante el civismo de la gente. En nuestro barrio estamos muy concienciados y no dejamos nada de basura fuera. Además reciclamos mucho. El problema es que hay gente que viene aquí en fiestas puntuales y no lo están tanto», relata.
Se trata de uno de los contratos más grandes –por su cuantía económica– del Ayuntamiento de Santander. Y también uno de los más esperados –por la polémica que lo ha envuelto–. El equipo de gobierno del PP avanzó el pasado noviembre que la adjudicación del contrato de recogida de basuras se retrasaba de nuevo. Es decir, que durante los seis primeros meses del año, el Consistorio seguiría con el actual, mientras que el segundo semestre se trabajará ya con el nuevo adjudicado. Así lo confirmó la concejala de Medio Ambiente, Margarita Rojo, durante la presentación del presupuesto de su área para 2024. De esta forma, la nueva empresa no trabajará en la ciudad, al menos, hasta julio. Cabe recordar que la Junta de Gobierno Local aprobó a principios de febrero la estructura de costes del servicio de basuras. Se trata de un trámite previo a la licitación del contrato, que incluye un informe técnico sobre los costes del servicio en el que figuran todos los necesarios para el desarrollo de la actividad: personal, amortización y financiación, funcionamiento de la maquinaria y equipos y gastos generales. La concejala de Medio Ambiente explicó que, tras la aprobación inicial, esta propuesta salía a exposición pública por un plazo de 20 días y, a continuación, una vez revisadas las posibles alegaciones, sería sometida a su aprobación definitiva. En ese momento, el expediente se remitirá al Comité Superior de Precios del Estado, y, tras su valoración, podrá incluirse en los pliegos para su posterior aprobación. Rojo avanzó que el equipo de gobierno ya tiene ultimados los pliegos que regirán la licitación del contrato. Dicho pliegos, según explicó, ha tenido en cuenta todas las indicaciones realizadas desde el Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales.
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