«La casa ardía pero ella se negaba a salir sin sus perros»

Las causas que originaron el incendio se siguen investigando aunque varios vecinos aseguran que el fuego se desató por un cigarrillo mal apagado en la habitación principal del domicilio. Como consecuencia, tres personas fueron trasladadas al Hospital de Valdecilla por inhalación de humo – dos vecinas y un Policía Local– aunque algunos testigos del suceso apuntan a que todos han recibido el alta médica.

El céntrico inmueble en el que se ha producido el suceso está en obras. Este dato es importante porque los andamios que cubren la fachada han facilitado la evacuación de los afectados. «Las llamas bloquearon la puerta y salieron por mi balcón», cuenta Gómez.

Los vecinos que viven en la parte derecha del edificio no se han visto afectados por el fuego y pueden entrar a sus viviendas con normalidad. Pero los de la parte izquierda, lado en el que se encuentra el domicilio en el que se originó el incendio, no corren la misma suerte. El lunes por la noche, a una mujer que reside con su familia en el edificio y que prefiere no desvelar su nombre, le llegó «un olor muy fuerte». Reconoce que al principio pensó que provenía «de alguien fumando». Y no se equivocaba. Lo que no se imaginó «ni por asomo» es lo que vendría después. Ellos residen en el cuarto piso; por eso, el fuego que calcinó el techo del tercero afectó también al suelo de su vivienda. Automáticamente fueron evacuados y desconocen cuándo podrán regresar a sus casas.

«Hemos pasado la noche en casa de una amiga pero necesitamos entrar a por más cosas». La afectada cuenta que la Policía Local les ofreció hospedarse en un albergue en Candina pero declinaron esa opción porque «tenemos niños pequeños que están asustados». Se marcharon con lo puesto y ahora necesitan recoger más ropa ya que temen que la situación se alargue «toda la semana» hasta que se ventile todo el humo. «Esto es muy cansado, casi no hemos pegado ojo y los niños tienen que ir al colegio», dice con resignación otro miembro de la familia. Los bomberos regresaron al inmueble ayer por la mañana para comprobar que la estructura del edificio no se había visto afectada. Y una vez confirmado, avisaron a la Policía Local para que fuesen ellos quienes permitiesen el acceso de los vecinos a sus domicilios para recoger objetos personales.

El Giralibro, uno de los negocios más próximos al edificio, ha sufrido también los daños colaterales de este incendio. Elena Colvée, gerente de la librería, explica que el agua que utilizaron los bomberos para apagar el fuego «se ha ido filtrando» y ha mojado «mucho» material de la tienda. «Hay humedades en todas las paredes, las lámparas están estropeadas y claro, los libros son tan delicados que a poco que se mojen...». Colvée trata de mantener la calma y prefiere esperar «a que el perito calcule los daños producidos». Reconoce que lo ocurrido «es una faena, pero al menos no hay que lamentar daños personales graves».