Las Llamas sigue esperando su mantenimiento diez meses después

El motivo del cierre de las pasarelas es la seguridad, ya que salta a la vista su deterioro y mal estado con la rotura de numerosas tablas del suelo. Su estado es incompatible con el tránsito de personas, como se observa en las imágenes que acompañan esta información.

No es lo único que presenta falta de mantenimiento en el parque urbano inaugurado en 2007. A lo largo del paseo, los parterres de madera estropeados y semihundidos son una constante y las macetas están a punto de desbordarse, o ya lo han hecho.

Además de las pintadas que se pueden observar en distintas zonas, destaca el deterioro del edificio que acoge la cafetería y el restaurante, con una parte de la fachada exterior vallada por posibles desprendimientos desde hace año y medio; además, de toda la parte metálica oxidada.

Para solucionarlo, en diciembre de 2023 el Ayuntamiento adjudicó a la consultora de ingeniería A-Gatein una asistencia técnica para la redacción de un proyecto de obra que especifique la solución para proceder a la reparación de los elementos metálicos de las jardineras y de las pasarelas, y que incluyera la reparación de los elementos asociados a los componentes estructurales metálicos «con el fin de que mantengan su correcta y perfecta funcionalidad», apuntaron fuentes municipales.

La redacción del proyecto tenía un importe de 17.532 euros y un plazo de duración de tres meses. Es decir que, en marzo de este año, tendrían que haberse anunciado los siguientes pasos, pero después de todo este tiempo nada de sabe al respecto, salvo que todo sigue igual que estaba: las vallas cortan el paso, las pasarelas rotas y el Consistorio no ha querido pronunciarse ni dar la información solicitada por este periódico.

El Parque de las Llamas no atraviesa su mejor momento, aunque la situación no es nueva. La degradación de esta gran extensión verde cercana a las universidades se prolonga desde hace varios años.

Las Llamas es uno de los espacios preferidos de los amantes de la naturaleza en Santander, que disfrutan de este espacio para correr, andar en bici, pasear a sus perros o dar una vuelta con sus familias. Es el pulmón verde de la ciudad, con más de 300.000 metros cuadrados de extensión y que prevé duplicar su tamaño en el futuro hasta llegar a La Albericia, ganando 426.000 metros cuadrados. Aunque la obra sigue sin plazos.

A pesar de que ahora no está en su mejor momento, sigue siendo un lugar de encuentro de deportistas, paseantes y familias, que esperan con ganas las reparaciones previstas.