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La noche acabó mal para un grupo de jóvenes que esta madrugada rompieron la calma de Puertochico tras verse envueltos en un altercado con la Policía Local que empezó con la infracción de tráfico de uno y terminó con tres detenidos: el primero y otros ... dos que le ayudaron de mala manera.
Eran ya las cinco y media de la madrugada cuando unos agentes que estaban de servicio por el Paseo de Pereda vieron cómo un coche, con dos ocupantes, cometió un error tan habitual como acelerar al ver a la patrulla. Tan rápido quisieron salir de allí que se saltaron un primer semáforo en rojo. Después, lo típico: la patrulla sale detrás con las señales luminosas para que pare, y el vehículo que se fuga a toda velocidad en dirección al Sardinero. Pasan por la rotonda de Puertochico, rebasando otros dos semáforos en rojo para enfilar la calle Castelar. A partir de aquí, brevísima persecución policial que termina abruptamente en la calle Gamazo. Otra vez (recuerda el caso al perseguido el lunes por Ojaiz y Adarzo), el conductor a la fuga pierde el control y golpea con la rueda delantera derecha contra el bordillo de la acera. Al no poder seguir con el coche, se apeó e intentó huir a pie hacia Reina Victoria, pero enseguida fue interceptado.
Los policías pudieron identificarlo, y resultó ser un santanderino de 26 años de edad. Le pidieron que realizara la prueba de alcoholemia, pero «se negó reiteradamente a hacer el test», explica la Policía Local, por lo que se procedió a su detención, tanto por un supuesto delito de desobediencia grave a agente de la autoridad (al no detener la marcha ante las órdenes y señales reiteradas de los agentes) como por tres delitos contra la seguridad vial (uno por negativa a realizar la prueba de alcoholemia, otro por conducir bajo la influencia de bebidas alcohólicas -observaron indicios suficientes de embriaguez- y otro más por conducir de forma temeraria).
En esta gestión estaban cuando, de pronto, se acercó al lugar otro coche en el que iban tres jóvenes, amigos del primero, que pudo avisarles por teléfono. Primero se apeó uno, de 24 años de edad, que tenía la intención de hacerse cargo del vehículo del detenido. Los policías le dijeron «que esperara, que no se llevara todavía el coche», porque estaban inmersos en la intervención, el atestado... pero el muchacho «ni caso, mandando él», cuenta un agente, y como «erre que erre» que quería llevarse el coche, acabó reaccionando «de forma violenta, lanzándoles codazos e intentando rociarles con un spray de autodefensa». Apuntó el spray hacia los ojos y la cara de uno de los policías, pero no llegó a pulsar porque se lo arrebataron antes. Este tipo de aerosoles que se compran por internet «ni están homologados ni son legales», recuerda la Policía Local. También se procedió a su detención, a la que opuso «mucha resistencia».
Mientras detenían a este segundo joven, se bajó del coche una chica de 20 años que se puso a insultar a los policías y a gritarles «que era hermana del detenido», relata la Policía Local. Los agentes le pidieron «que no entorpeciera la labor policial» y ella, lejos de hacerles caso, «se abalanzó sobre ellos lanzándoles puñetazos». Se convirtió en la tercera detenida. A estos dos hermanos se les atribuyen dos supuestos delitos: uno de atentado y otro de resistencia y desobediencia grave a agente de la autoridad.
El conductor ebrio y los dos hermanos fueron trasladados a las dependencias de la Policía Local de Santander, en las que permanecieron mientras se realizaron las diligencias por todo lo ocurrido. Después, los tres ingresaron en los calabozos de la Policía Nacional, donde esperaron a ser puestos a disposición judicial.
El coche que pretendía llevarse el amigo de 24 años fue llevado por una grúa al depósito municipal de Ojaiz.
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