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Gema Igual salió del edificio de las oficinas del Puerto con la certeza de recuperar la actividad del grupo de trabajo que la institución tiene con el Ayuntamiento, con un puesto para ella en el Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria (AP), con tres ... proyectos concretos a punto de caramelo «en el corto plazo» y con otros –que requieren trámites administrativos previos más densos y que se ubicaron «en el medio plazo»– mucho más encaminados que antes de la visita. La alcaldesa no disimulaba la satisfacción tras el primer encuentro oficial con César Díaz como presidente de la AP. Un aliado de peso que le permitirá tener máquinas trabajando «tras el verano del año que viene» en el itinerario de Gamazo hasta Los Peligros, en la remodelación –casi seguido de lo anterior– del malecón de Puertochico (el del Club Marítimo) y, por último, algo más tarde, en la prolongación del paseo marítimo de Antonio López hacia el Barrio Pesquero. Esos tres ya están. Cerrados. Y el gran proyecto del aparcamiento disuasorio de La Marga e, incluso, la idea de soterrar el tráfico por Marqués de la Hermida, más cerca.
«Volvemos al diálogo y a ese trabajo conjunto que nunca debió faltar». Aunque fuera con una reunión «tres años más tarde». Así, con un dardo a la etapa anterior, empezó resumiendo Igual la reunión. Lo justificó repasando lo hecho estos últimos años en el Barrio Pesquero, Antonio López, la estación Marítima, el Centro Botín o Gamazo. Fruto de una colaboración que, dijo, se retoma, «y esa es la mejor noticia». «Se reanuda el grupo de trabajo que tenían el Puerto y el Ayuntamiento para dar forma a ese plan maestro que tenía el Puerto y del que no habíamos sido partícipes». En ese preámbulo de intenciones incluyó su entrada en el Consejo de Administración de la AP, justo para ocupar el puesto que, en nombre del Consistorio, ocupó el propio César Díaz durante los últimos 16 años.
Gema Igual
Alcaldesa de Santander
César Díaz
Presidente de la Autoridad Portuaria
Luego entró al detalle. Lo de prolongar el paseo marítimo desde la zona de las hamacas de Gamazo hasta la misma playa de Los Peligros –entre el Museo Marítimo y el resto de edificios y el cantil– ya lo adelantó Díaz el día que tomó posesión. El proyecto ya está hecho. Tienen que firmar un convenio –que cada institución debe aprobar por su lado y esperan tenerlo este mismo mes– y ponerse a licitar la obra. Por eso, no tienen reparos en dar fechas. Obras «después del próximo verano». Seguido, «concatenado», irán los trabajos en el malecón de Puertochico. Aquí, en la dársena de Molnedo, también hay un proyecto ya hecho y presentado. O sea, que es el mismo caso que lo anterior. Un convenio entre ambos, una licitación...
Lo de prolongar el paseo marítimo desde Antonio López hasta el Barrio Pesquero por Marqués de la Ensenada, hasta la zona de los restaurantes, «está algo más verde». No requiere de una gran tramitación (la misma que los dos anteriores), pero aquí falta el proyecto. Aunque, como dijo Díaz, no parece complicado porque ya cuentan con lo hecho en el tramo anterior y es poco más que prolongarlo. Por eso también lo metieron en el saco del «corto plazo» aunque llevará un poco más ver obras.
Fue Díaz el que explicó por qué unas cosas irán más rápido que otras. Para ello ponderó el esfuerzo que se hizo para conseguir un convenio, aún vigente, en 2011. «Un hito histórico donde estaban todas las administraciones implicadas. Ministerio de Fomento, Puertos del Estado, Gobierno de Cantabria, AP y Ayuntamiento. Con distintos signos políticos al frente de cada una y a base de buscar el interés general». De ahí salió todo lo hecho hasta ahora y en el documento ya se identificaron los suelos «que no tienen actividad portuaria». «Están ya, incluso, desafectados».
Por eso destacó la importancia del grupo de trabajo, para conseguir los mismos ritmos de actuación que en 2011 y actualizar ese convenio, centrado en las zonas de Varadero y en San Martín. Porque hay acciones ya previstas que se pueden poner en marcha, como las tres obras a las que han dado luz verde, y otras en las que se puede avanzar. Y también ahí él tiró su dardo: «No hay ninguna razón –dijo César Díaz– por la cual no se pudieran haber lanzado en los últimos años proyectos como estos tres y lamentablemente no se hizo».
Los otros, los que van más despacio, es porque requieren de una tramitación administrativa previa. A través de cambios en los planeamientos del Puerto o del Ayuntamiento (en su PGOU). Para la idea de soterrar el tráfico por Marqués de laHermida, el Consistorio tiene previsto presentar un anteproyecto. Es más embrionario que la idea del aparcamiento disuasorio en La Marga.
Los terrenos, en este último caso, son de «dominio portuario». «Hace falta que el Puerto modifique su Plan Especial, el que define lo que se puede hacer en el dominio portuario». La hoja de ruta pasa porque la AP presente la formulación de ese modificado y dar traslado de ello al Gobierno de Cantabria, «que es el competente para hacer la tramitación posterior». Pero Díaz dejó claro que la idea es asumir el proyecto –con 1.200 plazas de aparcamiento– que presentó el Ayuntamiento. «Es un esquinazo –explicó– junto a la rotonda que ahora mismo está fuera del cierre portuario. No existe uso sobre él, pero hay que modificar el planteamiento del puerto. Ahí se definirá qué se puede hacer allí y con qué intensidad edificatoria. Pero la idea es intentar asumir lo que proponía el Ayuntamiento en su momento».
Fue el primer anuncio que hizo Díaz cuando tomó posesión del cargo. El proyecto (igual es necesario actualizarlo por los precios) supone dar forma al paseo que va desde la zona de las hamacas de Gamazo hasta el acceso a la playa de Los Peligros. Darle continuidad respecto a lo anterior. Un espacio (entre los edificios del Marítimo o el Oceanográfico y el cantil) con una longitud de unos 450 metros. El presupuesto inicial era de 2,5 millones y el plazo de ejecución de diez meses. Acera de cuatro metros y zona verde estancial.
La idea era combinar –se dijo en su día– «el uso y disfrute por los ciudadanos, generando un paseo a lo largo del malecón con zonas verdes y estanciales, y el acceso rodado de uso restringido hasta los pantalanes y la rampa varadero del fondo». El coste estimado se cifraba en 1,5 millones de euros y el plazo de ejecución, en medio año. Se hablaba de que el proyecto incluyera alguna obra artística. En las infografías que se mostraron en su momento, de hecho, se incluía un trabajo de Okuda, un bisonte de colores.
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