Las máquinas inician la cimentación del Mupac más de un año después del arranque de las obras

Mucho antes de que sobre el solar de Puertochico se levante la nueva sede del Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria (Mupac), el terreno que albergará el diseño de los arquitectos Héctor Mendoza y Mara Partida se ha antojado, para desquicie de los ingenieros, tan complejo como si fuera una colección geológica. «Es una muestra prácticamente completa de todos los estratos que pueden encontrarse en el norte peninsular», aseguran los responsables de la obra. Areniscas, calizas, arcillas, arenas, margas... Por eso, tras más de un año de trabajos, el vaciado del solar continúa todavía hoy:«Cada vez que avanzamos un poco es un misterio, porque no sabemos qué vamos a encontrar». Pero allá donde se ha tocado fondo, donde se ha alcanzado la cota cero, ha dado inicio la siguiente fase de la obra:la cimentación.

«Hemos empezado por el micropilotaje de la base en una de las esquinas, la que da al límite entre la calle Casimiro Sainz y Canalejas», explica Ernesto Rodríguez, ingeniero de la Sociedad Regional de Educación, Cultura y Deporte, promotora de este proyecto que costará 55 millones y que, si no hay más contratiempos, estará finalizado en marzo de 2026.

El Diario Montañés accedió ayer al interior de la obra acompañado por los responsables de los trabajos. Después de algo más de un año de su inicio –las máquinas entraron en el terreno en marzo de 2023–, y tras los primeros problemas con los muros pantalla en todo el perímetro, que requirieron la intervención de una hidrofresa, la obra avanza según los plazos previstos. «Si no surgen inconvenientes serios, no vamos a sufrir retrasos», aclaran fuentes de Dragados, firma encargada de las tareas.

Los importantes ya los sufrieron: terreno más rocoso y heterogéneo de lo esperado; acumulación excesiva de agua que desciende desde el Alto de Miranda y que ahora se ha resuelto con el trabajo continuado de bombas de vaciado;tardanza en la llegada de la máquina hidrofresa que fue crucial para levantar los muros de pantalla en el perímetro... Las peores incertidumbres parecen superadas. «Se supone que el levantamiento del edificio tiene que ser un trabajo más controlable», aclara Rodríguez.

Ayer, en el terreno de Puertochico trabajaban a destajo dos equipos de anclajes y micropilotes, tres retroexcavadoras grandes y dos medianas; dos martillos hidráulicos, y varios camiones en una mezcla ensordecedora de motores hidráulicos, golpes y martillazos.

Cuenta el responsable de la Sociedad Regional que los micropilotes que comienzan a instalarse en una de las esquinas, donde se ha iniciado la cimentación, «irán acompañados más adelante de zapatas». Unos cubos de hormigón que varían de tamaño, dependiendo del lugar en el que vayan a ubicarse y del peso del edificio que vayan a soportar. Sobre esos anclajes, que repartirán los pesos de toda la construcción, se posará una gran losa de hormigón de 35 centímetros.

La construcción del esqueleto comenzará a finales de agosto o septiembre y estará terminado, aproximadamente, «para enero de 2025», según los ingenieros, que durante la visita dan indicaciones al fotógrafo de los enclaves desde los que puede disparar su cámara, pues en algunos puntos, donde el socavón es más profundo, la caída es de hasta tres pisos.

A lo largo del perímetro hay una pasarela estrecha que sirve para el tránsito de los obreros, técnicos e ingenieros. Y presidiendo ese itinerario, en un punto elevado, se ha levantado un saliente desde donde la vista alcanza a cualquier punto del socavón.

Abajo, en la profundidad del agujero, ayer la temperatura era más elevada de los 23 grados que marcaban en ese momento los termómetros en un día que parecía de verano. De cuando en cuando, los obreros buscaban la sombra;pero no hay parón en las labores, que durante las próximas semanas avanzarán también en el vaciado de la rampa que a día de hoy sirve de acceso para los camiones que cargan con la roca que se traslada al vertedero de Candesa. Y desde la cota más baja a la que hay acceso permitido al visitante, la que equivaldría a la planta baja, se puede imaginar el gigantesco edificio que levantará una altura semejante a siete pisos en su lado más elevado, el de la calle Canalejas.

Con las infografías en la memoria, puede proyectarse en el espacio aún vacío el acabado y la fachada, que mezclará ladrillo caravista con aspecto rústico, «con emulación a roca» y el complejo acristalado. Para tener el edificio finalizado habrá que esperar a marzo de 2026. «Repetimos, si todo va según lo previsto», insisten los responsables. Pero una vez terminado el continente, todavía habrá que esperar a terminar el contenido. El proyecto museístico progresa de forma paralela desde su licitación hace unas semanas por 348.000 euros. «Esta es una apuesta decidida del Gobierno», asume la presidenta, María José Sáenz de Buruaga. «Hemos solventado los problemas que nos hemos encontrado en el inicio de las obras y desbloqueado los 11 millones que debían llegar del Estado en 2023 para completar esta pieza clave de nuestro mapa cultural de arte rupestre».

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