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Lleva abandonado a su suerte desde el miércoles por la tarde, colgado en la barandilla que sigue a la calle Gamazo, en el paseo de Puertochico de Santander. Un marrajo -una especie de tiburón pequeño- de cerca de un metro de largo ha sorprendido ... a los vecinos de la capital esta mañana. Colgado boca abajo, no han sido pocos los que han detenido su marcha para hacerse un selfi o, como mínimo, detenerse para examinar con curiosidad al escualo inerte.
«No se sabe quién lo ha pescado, pero ahí sigue», aseguraba este jueves un operario del edificio de Prácticos del Puerto. Los comentarios se sucedían a cada minuto, según iba aumentando el número de los paseantes. «Es un marrajo, un tiburoncito pequeño, aunque no crecen mucho más que eso», decía una señora acompañada de su hija, seguida de otro deportista asombrado por el hallazgo aunque reconocía que «no es la primera vez que se ven por aquí».
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