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La nueva cubierta de zinc es artesanal. Celedonio

San Martín presume de nueva parada

La instalación ha sido rehabilitada de forma integral por el Ayuntamiento, que se ha gastado más de 47.000 en el acondicionamiento

Violeta Santiago

Santander

Sábado, 27 de julio 2019, 15:50

Se acaban de quitar los andamios tras casi dos meses de obras y la parada de autobús de San Martín ya luce su nueva cubierta en gris. El viejo techo de gresite azul y blanco, que le daba un aspecto tan característico, ha sido sustituido por otro de zinc. Según explicaron fuentes municipales, el entramado de piezas cerámicas se ha tenido que retirar «porque no funcionaba y provocaba humedades que habían ido deteriorando la instalación» y, que en el pasado, había generado problemas con los cuadros de mandos eléctricos, lo que hacía fallar los paneles informativos de las líneas de autobús que pasan por el lugar.

Este problema ya estaba arreglado, pero el Ayuntamiento planificó una rehabilitación integral para acabar con las filtraciones de agua que estaban afectando tanto a los dos pequeños locales de la infraestructura como a la parte utilizada como parada en sí. El cambio del techo y el lavado de cara han costado algo más de 47.000 euros, que han servido para acondicionar los dos locales (uno de ellos está cerrado y el otro es un baño para los conductores de autobús), para limpiar la piedra de la base y sanear la estructura en su totalidad. Se retiraron los elementos cerámicos anteriores (que ya no eran los originales), se intervino en la estructura, se dio una capa de mortero, se colocaron nuevas telas para impermeabilizar y se colocó la cubierta metálica. Desde el suelo, ésta se aprecia con ondas.

Desde el Consistorio señalaron que se ha pretendido que todo fuera muy artesanal para que la cubierta no perdiera su sello «y siga teniendo un aire un poco distinto a las demás». Esta parada es, de hecho, una de las pocas que quedan del antiguo Santander, ya que data de los años 50 del siglo XX y es, junto con la de La Magdalena y Brisas, una de las que mayor personalidad tiene de toda la ciudad.

Aires retro

La instalación fue fin de trayecto de la antigua concesión de los trolebuses y, con el paso del tiempo supo guardar una estética algo retro, de mediados del siglo XX, con su colorido blanco y azul, los focos de luz circulares en el techo y los bancos de piedra adosados a la construcción por el exterior.

En su origen, cada uno de los pilares de los extremos se configuró como una pequeña estancia con ventanas a la calle.

También fue final y cabecera de línea de autobús, en otra época, de la línea de San Martín. Por aquel entonces uno de los locales funcionaba como taquilla de venta de billetes. La parada está formada por tres cuerpos bien diferenciados. A un lado hay local que fue ocupado por un pequeño kiosco y que el Ayuntamiento valora sacar a explotación en el futuro.

Al otro lado, sigue funcionando un aseo para conductores de autobús. Entre ambos locales queda la zona de refugio para los viajeros de autobús propiamente dicho, donde guarecerse de la lluvia y el frío o del calor, en los meses de verano. La rehabilitación fue diseñada por técnicos del servicio de arquitectura local.

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