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El actual alumnado y profesorado del IES La Albericia de Santander posa en el patio del centro educativo y dibuja un número 50 para celebrar el medio siglo del nacimiento del instituto que se conmemora durante este 2023.

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El actual alumnado y profesorado del IES La Albericia de Santander posa en el patio del centro educativo y dibuja un número 50 para celebrar el medio siglo del nacimiento del instituto que se conmemora durante este 2023. ALBERTO AJA

Medio siglo del IES La Albericia

El instituto nació hace 50 años en un barrio «humilde» para cubrir el «excedente» de estudiantes de otras zonas de Santander

Laura Fonquernie

Santander

Domingo, 23 de abril 2023, 02:00

El instituto nació hace medio siglo con el objetivo concreto de aumentar el número de plazas disponibles y poder así «absorber» el excedente de estudiantes -procedentes del 'baby boom'- que los centros repartidos por Santander (el Santa Clara y el Pereda) ya no podían «atender». Las aulas no eran suficientes y no daban abasto para cubrir las necesidades educativas de otras zonas de la ciudad. Eso obligó a construir una nueva infraestructura que se ubicó en La Albericia. Un barrio que, por aquel entonces, era más bien una «zona marginal» y humilde, con poca popularidad entre las familias, explica Julio Soto, que entró a trabajar en el IES La Albericia en 1983, diez años después de su creación. Por eso, al principio, a quienes les tocaba estudiar en ese nuevo instituto no recibían la noticia con especial ilusión. «Hubo una época en la que la gente no quería venir», admite. Pero el profesorado se empeñó en cambiar esa imagen y, a base de trabajo y ganas por «hacer otro tipo de educación», vieron como, poco a poco, las matrículas fueron aumentando cada año hasta los 1.200 alumnos que llegaron a tener ya en 1996. Incluso dejar personas en lista de espera.

¿Y cómo consiguieron ese cambio? Entre otros factores, por ejemplo, organizaron «muchas actividades», resume Paco Tagle, secretario del centro educativo que se jubiló en 2004 tras 22 años trabajando. Y la persona que se encargó de organizar el 25 aniversario del instituto. En un aula «proyectábamos películas» y como asientos compraron las butacas de un cine cerrado. También organizaban semanas temáticas cuando coincidían con alguna fecha señalada como la Feria del Libro. Ofrecían cursos de cerámica, encuadernación, fotografía... «Nos volcamos en la oferta no curricular», resume Soto. Una lista que continúa con salidas al monte, parapente o espeleología, entre otras actividades. Y así movilizaban a los chavales.

En ese camino por construir un instituto de referencia, hubo otro punto clave y es que los profesores compartían «el mismo interés» por la educación. Se centraron en ese objetivo «separando ideologías», añade Soto. Así, llegaron a formar equipos directivos con personas de diferentes perfiles políticos, pero con el mismo interés por la enseñanza. Un claustro joven «con otras ideas de lo que era la educación», coincide Miguel Ángel Ortiz, también jubilado, que estuvo ocho años al frente del instituto.

Además, cambió el trato con el alumnado. Empezó a ser más cercano. Siempre mantuvieron el respeto, pero cambiaron el 'usted' por el 'tú'. Y cuentan una anécdota para reflejarlo. En el 25 aniversario había por el barrio un joven, que no estudiaba en el centro, que se dedicaba constantemente a pintar las paredes del instituto, así que un día, el entonces secretario, le cuestionó: «¿Quieres pintar? Pues ven a pintar el pabellón». Aquel muchacho que deambulaba por la zona era el hoy famoso artista Okuda. «El centro siempre ha querido dar voz a los muchachos y escucharles, esa es la idea», cuenta José Antonio del Tejo, director desde septiembre, que también destaca la «unión» del claustro como valor del instituto.

Apuesta por la innovación

No obstante, el camino se complicó con la llegada de la ley que cambió los ciclos educativos y sustituyó la antigua EGB y el viejo BUP por Primaria, la ESO y el Bachillerato. Entonces la Educación Secundaria Obligatoria se concertó con otros centros y eso para el IES La Albericia supuso perder alumnado. Las matrículas llegaron a caer hasta las 400, muy por debajo de las cifras alcanzadas en años previos.

En aquel momento, «impulsados por la necesidad, nos planteamos ser un centro de Formación Profesional», explica Ortiz. Así que pusieron en marcha los ciclos de Actividades Físicas y Deportivas y de Artes Escénicas, que actualmente cuentan con un total de 250 estudiantes. «Fue un impulso importante», apunta. Vieron en los ciclos de FP una alternativa a la caída del número de estudiantes en los cursos de Secundaria. Y a fe que acertaron.

La ley que cambió BUP por la ESO y el Bachillerato les llevó a perder alumnado y como alternativa pusieron en marcha ciclos de FP

Otro punto clave en el devenir del centro educativo fue el paso de la jornada partida a la intensiva, porque prácticamente eliminó las tardes como opción para el desarrollo de las actividades. Sin embargo, a pesar de las idas y venidas, en el IES La Albericia nunca dejaron de lado la innovación en la enseñanza. Es más, fueron «pioneros» en algunas iniciativas, recuerda Ortiz. Como, por ejemplo, al poner en marcha el «estudio asistido» para que los jóvenes del barrio que quisieran pudieran acudir al centro a hacer las tareas, un plan que «nos sirvió también para mantener alumnado». El instituto, gracias a un claustro con «inquietud» ha ido adaptándose a las circunstancias con las que se ha topado en estos cincuenta años.

Ahora, cuando celebran el medio siglo, se sitúa en una «situación ideal», admite el actual director. Y el «gran reto» al que se enfrentan es «mejorar» la convivencia entre los más jóvenes. Un aspecto que se complica con la irrupción de los teléfonos móviles y las redes sociales. La llegada de estos aparatos ha obligado también al profesorado a adaptarse de forma constante. Empezaron a prohibirlos en las clases. Así que los quitaban «y luego los devolvíamos en el recreo», recuerda Soto. No obstante, en materia de tecnología y educación, la pandemia «ha marcado un antes y un después», admite Del Tejo. Porque ahora su uso está integrado en el desarrollo de las propias clases. Hay alumnos que tienen el material de algunas asignaturas en el propio móvil, así que están con el dispositivo en el interior del aula. Es un aspecto que «avanza muy rápido» y no les queda más remedio que tratar de adaptarse al ritmo que marcan los tiempos.

Gigantes y brillantes

La celebración del 50 aniversario llega repleta de actividades. Entre ellas una iniciativa que han llamado 'Gente brillante' para identificar a antiguos estudiantes que han demostrado capacidad de emprendimiento, han ocupado cargos de responsabilidad, roto techos de cristal o mantienen una trayectoria profesional relevante. En la lista están nombres como Gema Igual, alcaldesa de Santander; Rita de la Plaza, presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Cantabria; o Roberto Castilla, director de Brittany Ferries España, entre otros.

Hay más. También han puesto en marcha 'Gigantes' del IES La Albericia, un proyecto que busca personas jubiladas que por su carisma, entusiasmo y dedicación han dejado huella entre sus estudiantes. Y son los miembros de la comunidad educativa quienes mandan las propuestas. Una iniciativa que ha recibido una enorme acogida. En redes sociales ya han sido decenas las personas que han dejado su comentario para agradecer el trabajo de algún profesor que, de una forma u otra, les animó a estudiar y les contagió la ilusión.

Entre los actos destacados está incluida la celebración de una cena el próximo 14 de septiembre en el Hotel Chiqui.

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