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Toda ciudad está edificada a través de su memoria. Fragmentos, ruinas, construcciones, vicisitudes, hitos, azares. Para los más jóvenes el Santander de hoy quizás sea el protagonizado por la definición de los barrios, la nueva arquitectura representada por el Centro Botín y los desafíos y ... colisiones entre lo urbano y lo portuario. Pero su configuración ha estado marcada, sobre todo, para lo bueno y lo malo, por dos catástrofes: la explosión del barco Cabo Machichaco a finales del XIX, y el incendio de 1941. Rescatar la trascendencia urbana, social e histórica del primer siniestro, redescubrirlo para las nuevas generaciones y abrir otro espacio cultural y turístico para la ciudad son los objetivos del futuro Centro de Interpretación del vapor Cabo Machichaco que, como se avanzó, se ubicará en la remodelada Estación Marítima de Santander.
Ayer, el Ayuntamiento, la Autoridad Portuaria y la Real Asociación que vela por la memoria de aquel suceso tatuado en la piel de la ciudad revelaron que el nuevo centro será inaugurado el 21 de marzo de 2021, fecha que conmemora el 127 aniversario de la segunda explosión del buque y en la que fallecieron 15 operarios. La alcaldesa, Gema Igual, aludió a «ese espíritu de superación de los santanderinos, su fuerza, empuje y valentía. Ahora nos encontramos en otro momento histórico complicado y también tenemos por delante otra reconstrucción, por lo que siempre es importante echar una mirada atrás y aprovechar las lecciones que siempre nos enseña la historia».
La entrada al Centro será gratuita y, aunque la exposición será permanente, los objetos y contenidos expuestos irán cambiando y rotando «para ver cosas nuevas cada vez que se visite», dado el ingente material documental, también inédito, que durante años ha recuperado la entidad santanderina.
El secretario de la Real Sociedad Machichaco, Pedro Blanco, quien, desde hace décadas, aborda con rigor actividades de modelismo naval, ha dedicado buena parte de su vida a recobrar y transmitir los detalles de la tragedia del 3 de noviembre de 1893, la destrucción del vapor Cabo Machichaco en los muelles santanderinos. Un siniestro que cambió la geografía de la ciudad y conllevó un gran impacto emocional en el mundo.
'La Catástrofe' alimentó la crónica literaria desde la novela 'Pachín González', de José María de Pereda, a la reciente 'Ahogada en llamas', de Jesús Ruiz Mantilla. Datos, relatos, historias, fotografías, periódicos, documentos, maquetas, un diorama o caja mágica en el que se detalla «el estado del vapor tras la primera explosión y antes de la segunda, en el que, además de estar representado el lugar en el que ocurrieron los hechos, también figuran la parte emergente y hundida del buque», son algunos de los futuros fondos estables del Centro de Interpretación. Una parte de esa documentación ya fue mostrados en sendas exposiciones organizadas en el Palacete y en el Museo Marítimo.
Junto a Gema Igual el presidente de la Autoridad Portuaria, Jaime González, y el concejal de Cultura, Javier Ceruti, detallaron ayer este proyecto que está encauzado en un convenio que se lleva a la Junta de Gobierno local y que el Consistorio ha dotado con 25.000 euros.
Javier Ceruti hizo hincapié en que ahora «los jóvenes podrán conocer el trauma que supuso esta catástrofe. Conocer el pasado permite reconciliarnos con él, analizar el presente y vislumbrar el futuro», precisó. El futuro «icono turístico» servirá , según Jaime González, «para integrar la Estación Marítima en el día a día y la vida de la ciudad y cuya visita se promocionará desde Turismo». El espacio «formará parte de los recursos del Anillo Cultural que cuenten la historia de la ciudad», apuntaron los gestores municipal y portuario.
Una sala en el vestíbulo de la Estación acogerá el centro de interpretación. Blanco subrayó la importancia en cantidad y notoriedad de la documentación recuperada sobre la tragedia y que se va a mostrar en el centro: «Remaches originales del barco, una cuchara y objetos con el anagrama del barco, o el material sobre el juicio que se celebró para pagar los daños».
La tragedia dejó casi 600 víctimas y 2.000 heridos. Desde los años 50 la Asociación realiza una ofrenda floral en el monumento a las víctimas del Machichaco y ha ido sumando actividades en favor de la memoria de la ciudad.
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