El Mercado de Puertochico reinicia su ansiada reforma

El problema ahora es que sus comerciantes han perdido «la esperanza y credibilidad» en el anunciado proyecto de reforma y renovación, hace ya seis años, que integraría gastrobares y una zona de terraza acristalada en la parte superior para tratar de reflotar este mercado, situado en un punto estratégico de la ciudad.

El proyecto fue adjudicado a Baika Mercados, que ha realizado otros similares en el Mercado La Bretxa, en San Sebastián; La Ribera, en Bilbao, o la reforma integral del mercado de abastos de Vitoria. Y, aunque en noviembre de hace dos años comenzaron las obras, con un plazo de ejecución de nueve meses a cargo de la empresa Berlitec, se pararon solo un mes después de echar a andar.

«Las obras se interrumpieron repentinamente y, sin darnos ninguna explicación, los obreros dejaron de acudir. Lleva todo paralizado desde hace más de un año», explica el portavoz de los comerciantes de la plaza y pescadero, Rafael Escobedo. Por eso, cuando el Ayuntamiento les informó la semana pasada de que se iban a retomar las obras y que «en marzo, incluso la semana previa, se retomarían las obras», en el Mercado nadie se hizo ilusiones.

«Nos sentimos desesperanzados», dicen Manuel y Mila, de la carnicería Del Castillo, negocio que está en el mercado desde 1983. «Hace seis años nos anunciaron el proyecto de renovación que nos llenó de ilusión y que entendemos será un revulsivo para este mercado. Decidimos no cerrar en vacaciones pensando que las obras serían inminentes, pero, como le digo, han pasado seis años desde aquello y seguimos igual, con un deterioro aún mayor por el paso del tiempo».

En noviembre de 2019 los albañiles comenzaron a trabajar intensamente y construyeron dos baños, la zona de almacén y levantaron un tabique para dividir el mercado en dos partes y así evitar llenar de polvo la zona de los puestos mientras durasen los trabajos. Pero estos primeros pasos, que tanta «esperanza» llevaron al mercado, sólo se prolongaron durante treinta días.

Después de eso, «no se les ha vuelto a ver por aquí y dejaron todo a medias». Hay tableros de madera por los pasillos, cintas para precintar, puertas sin poner y puestos a medio quitar. Unas circunstancias provisionales que se han mantenido durante más de un año. Finalmente, parece que los trabajos se retomarán esta semana. «Nos lo ha confirmado la alcaldesa, que se iniciarán los trabajos y que estarán listos para después de verano. Para nuestra tranquilidad, estos días se ha dejado ver por aquí el arquitecto y algunos albañiles», indica Escobedo. Las obras incluyen el cambio de la instalación eléctrica y se dotará al mercado de un nuevo sistema de saneamiento, electricidad y fontanería. También se repararán las verjas de cada uno de los puestos y se harán nuevas cámaras frigoríficas y congeladores para los alimentos.

«Estamos contentos con que empiecen, ya que el resultado será muy atractivo e innovador para el cliente», afirma Sari, de la frutería. «Cuando lo vea, hablamos. De momento no me quiero hacer ilusiones. Llevan años anunciando el inicio, pero siempre se paraliza y el mercado cada vez es más decadente», lamenta Juan Manuel Borda, cuarta generación de la frutería Angelines.