La reforma del Mercado de Puertochico se retoma con el recelo de los comerciantes

La situación del mercado a día de hoy es pésima. Los comerciantes están «desesperados y desesperanzados», trabajando en unas instalaciones precarias. «Nos dijeron que las obras serían para nueve meses, pero ya llevamos más de veinte y salta a la vista que las condiciones de trabajo son desoladoras. Estoy arrinconado en esta esquina y mis clientes para llegar hasta mi puesto tienen que descender por una escalera metálica que, con lluvia, supone un peligro», lamenta Juan Manuel Borda, que es la cuarta generación al frente de la frutería Angelines. «Eso sí, el Ayuntamiento no nos ha bajado un céntimo la renta, a pesar de que estamos ubicados en otros puestos provisionales, con entrada por la calle Tetuán, y que hemos perdido un 85% de nuestra clientela».

«Debido a las obras se llevaron la zona de carga y descarga a 150 metros de la entrada. Los proveedores lo tiene muy complicado para dejar las cajas. Yo mismo el otro día reventé en el bordillo la rueda del camión porque la zona de carga y descarga está mal acondicionada», explica por su parte Antonio Pérez, de la panadería, que lleva 40 años en este mercado. «Los parones nos han hecho mucho daño psicológico y en lo económico, todavía más», subraya con una mirada desesperada.

El último cronograma presentado por la empresa Baika Mercados al Consistorio recogía el fin de obra en Puertochico en los primeros meses de 2023, pero la nueva fecha de la que se habla «es primavera», según informa el portavoz del mercado, Rafael Escobedo. Los comerciantes se mantienen escépticos ante esta previsión y dicen que «con solo un trabajador se avanza muy despacio». No es de extrañar, teniendo en cuenta los antecedentes. Por el momento, fuentes municipales matizan que la primavera es la etapa en que los comerciantes ocuparán su lugar definitivo, pero habrá que esperar hasta el verano para ver finalizados todos los detalles de la reforma.