Dos meses de robos en viviendas de Nueva Montaña y «aún no hay avances policiales»

«No sé qué más necesitan», clama Enrique Martín, uno de los afectados. «A mí me llevaron dinero y joyas por valor de muchos miles de euros. Han entrado en ocho chalets y lo han intentado en otros tantos. Les hemos pillado con cámaras de seguridad, uno de ellos dejó un charco de sangre porque se cortó con una ventana. Se los llegó a identificar en una panadería cercana a las viviendas...», explica este vecino. «La Policía lo tiene todo y, después del tiempo que ha pasado, necesitamos resultados. Necesitamos detenciones. No puedo entender que aún no haya avances policiales», opina.

Muchos de los residentes en las 71 casas del barrio reunieron el pasado 11 de abril más de un centenar de firmas para exigir más acción a la delegada del Gobierno en Cantabria Ainoa Quiñones. «Pero parece que nadie pone interés real en este caso. Y entre tanto, nosotros vivimos aterrorizados», agrega Martín.

Hay miedo, sobre todo entre la gente más mayor, porque este drama ha tenido más episodios en las últimas semanas. El pasado día 20 alguien marcó con pintura blanca las puertas de acceso al jardín de tres viviendas. «No nos han explicado qué significa. Si tenemos algo que temer o no. Pero evidentemente a mí me ha dejado muy mal cuerpo», relataba entonces Carmen Santos, que sufrió esta situación en su chalet, el número 30 de la urbanización. «Los agentes nos dicen que no nos pueden contar nada, que podría entorpecer la operación; pero es que tampoco están haciendo nada», se sumó entonces Rocío Melgosa, que vivió la misma situación en la portilla de su jardín.

Desde la Policía Nacional se llama a la templanza. «Continúan los dispositivos preventivos en la zona con más presencia policial. Y están siendo muy efectivos con las investigaciones abiertas». También se advierte de que el último caso sufrido por los vecinos, en el que una mujer entró en un jardín particular para arrebatarle a una anciana de 89 años los collares que llevaba en el cuello, «no tiene relación con los casos anteriores y es un hecho puntual». Pero ninguno de estos mensajes calma los ánimos de unos vecinos que se han organizado para vigilar cada esquina de la urbanización. «No sale ni entra nadie sin que lo sepamos», cuentan.

Comparten toda la información por redes sociales e informan de cada persona 'sospechosa' que merodea por los alrededores. «Estamos haciendo eso porque la gente está harta. Estamos a la expectativa de lo que pueda resolver la Policía, pero de momento es poco», señala Pilar Santiago. Ella sufrió hace dos meses una de las primeras incursiones en su vivienda. «Los tengo grabados con las cámaras de seguridad. Son tres, se los ve perfectamente; pero no sé por qué no logran dar con ellos», añade.