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Gema Igual no hizo huelga el 8 de marzo, día en que tiene lugar esta entrevista. Al contrario, se pasó todo el día corriendo de reunión en reunión. Fue su forma de subrayar su condición de mujer con responsabilidades y defiende su libertad para hacerlo ... así, puesto que al tiempo considera «justas» las demandas de las feministas «porque debemos tener igualdad de oportunidades y hemos de hacer hincapié en la educación». Igual consideró que daba «ejemplo si sigo trabajando: en todos los actos que he tenido hoy he reivindicado. Y participo en la manifestación». Esta conversación, sin embargo, no va de mujeres. Gira en torno al nuevo sistema de transporte público de Santander, que copa las tertulias ciudadanas desde el 1 de febrero.
–Últimamente, el MetroTUS ha tapado todo lo demás. Dejó usted caer el otro día que mucha gente protesta por motivos políticos, pero es difícil encontrar un usuario que no se queje de los cambios.
–El MetroTUS no ha salido como yo quería. He embarcado a los santanderinos en algo que no se ha cumplido, porque dije que lo peor que podía pasar era un transbordo y cuatro minutos de espera. Y ha habido desajustes. Por eso estamos trabajando incansablemente y por eso me comprometo a proponer soluciones y a reunirnos con todos los colectivos que quieran. Ya hemos anunciado cambios para la próxima semana. Es cierto que hay muchas personas que confiaban en el transporte públ ico a las que les estamos dificultando el día a día y también que hay otras que están en la manipulación política. Al 60% de los usuarios no les afectan las modificaciones, y a los que se mueven de El Sardinero a Valdecilla se les ha mejorado con un bus más rápido. Esto no se ve porque queda ensombrecido con lo otro, que está intoxicado políticamente. El origen de todo es que la reorganización no ha resultado como se propuso y cargo con ello, pero que se me permita decirlo todo.
–¿Tiene la sensación de que haga lo que haga ahora las críticas van a ser duras? Porque si rectifica tal como le piden, le recordarán el dineral gastado. Y si no lo hace, tendrá a media ciudad en armas.
–Cuando un proyecto nace mal (y este ha nacido mal) es más difícil levantarlo. Eso solo se suple con acercamiento a los vecinos, con más sensibilidad y con mayor trabajo. Como esto lo vamos a hacer, el resto será poner a cada uno en su sitio. El MetroTUS no es nocivo para todos. Es un sistema de cambio al que habrá que adaptarse. También habrá cosas que rectificar, pero es una reorganización del transporte urbano y todas las transformaciones generan recelos. Con las primeras escaleras mecánicas también surgieron desconfianzas porque se paraban y todo el mundo decía ‘esto no funciona’. El MetroTUS acabará siendo ‘cambios con beneficios’.
–¿Cuánto ha costado el sistema? ¿Lo puede desglosar?
–Se está diciendo que la inversión ha sido de siete millones de euros y no es verdad. La oposición mete ahí el ‘renting’ de los cinco autobuses largos. La infraestructura ha costado 2,3 millones (intercambiadores, el carril exclusivo, las marquesinas inteligentes, los tótems y la priorización semafórica) y aunque no se hubieran remodelado las líneas, el carril exclusivo es beneficioso porque prioriza el transporte público, las marquesinas son perfectísimamente útiles y los tótems, igual. Los buses se han comprado a 10 años y los partidos, en lugar de prorratear la cantidad en este tiempo (que es cuando realmente se hace el gasto), lo suma todo junto. Donde ellos dicen siete, realmente son 2,3 millones. Lo que ellos dicen ‘a la basura’ (el resto de las infraestructuras) es todo válido.
–La concejala de Ganemos lleva al próximo pleno una moción para que todos los grupos políticos hagan público en qué se gastan los dineros con acusaciones por el problema interno del PP cántabro. ¿Qué le parece?
–Dudo mucho que cualquier afiliado del PP se dirija justo a la concejala de Ganemos, como ella ha dicho. Lo que le recomiendo a todo el mundo es que si tiene información de alguna ilegalidad, está fenomenal salir a los medios de comunicación, pero después de haber ido al juzgado. Este grupo hace bien las cosas, que no le quede la más mínima duda a Tatiana Yáñez-Barnuevo.
–Entonces no está preocupada...
–En absoluto. Las cuentas se tramitan con diligencia.
–¿Es cierto que valora usted presentarse a la Alcaldía formando tándem con Íñigo de la Serna, que iría como candidato a la Presidencia de Cantabria?
–No estoy en situación de contestar. Y mucho menos en disposición de hablar de otros. Íñigo hablará de él cuando considere y yo le animaré a que esté donde esté por los resultados que vaya a tener para esta ciudad.
–¿No puede ni dar los plazos de cuándo tomará la decisión?
–Es cuestión de trabajar y ver, cuando se acerque el momento, si hay opciones o no hay y esto depende de mucha gente. Lo primero, de las ganas (el ámbito personal), lo segundo, del equipo. Y después, del partido. A un año de las elecciones pueden pasar tantas cosas que la decisión que se tome hoy no valga dentro de unos meses. Como no tengo previsto el futuro, hablar ahora es aventurarme. Sí sé que no me veo ligada a la política muchos más años. Y, como idea general, recuperar la vida laboral al margen de la política sería mejor cuanto antes por cuestión de edad. No me voy a jubilar en la política, esto no es una profesión.
–¿Hay temor en el PP a que Ciudadanos, que está al alza, presente una candidatura potente en Santander y a quedarse sin una plaza que tradicionalmente ha estado en sus manos?
–Sería realmente pobre tener miedo a que otro sea bueno. Lo que hay que hacer es trabajar para tener el mejor proyecto político y para diferenciarnos del resto. El PP ya tiene equipo, propuestas y fortaleza de partido. El trabajo por hacer es reforzarlo y cerrar brechas internas.
–Cinco semanas después de la entrada en vigor, ¿cuál cree que ha sido el principal error cometido? ¿La falta de información previa, no tener en cuenta las necesidades...?
–La gente no estaba enterada de en qué consistían los cambios. Si a eso se suma que los intercambiadores no eran lo más cómodo del mundo... Se juntó que no fueron cuatro minutos de transbordo. Se juntó que fue la semana más dura del año climatológicamente y que los intercambiadores no tenían los cristales. Creíamos que con todo lo que habíamos hecho era suficiente y no lo fue. Faltó comunicación y luego vinieron los fallos y los desajustes. Hasta no salir al terreno había cosas imposibles de ver, como la aceptación de la gente a los transbordos... Influye que afecta a la periferia, que es a la que le habíamos dicho que tendría la opción de conectarse con más sitios. Los usuarios no están viendo esa posibilidad. Tienen su ruta al centro, al trabajo... y no valoran que hay más posibilidades.
–La labor que está haciendo ahora el Ayuntamiento de hablar con las asociaciones ¿no se debería haber hecho antes?
–Nosotros antes nos reunimos con ellas, lo pasamos por los Consejos de Distrito y por la Mesa de Sostenibilidad... Rompo una lanza en favor de las asociaciones porque son los representantes vecinales y ahora muchas se ven cuestionadas. Claro que teníamos que haber hecho más, claro que teníamos que haber hecho otro tipo de cosas... La cosa es que no lo hemos sabido hasta que no lo hemos vivido. Si mañana hubiera otra transformación –que no la tenemos prevista– lo haríamos de otra manera. Soy consciente de que no soy quien para hacerles pasar este trago a los santanderinos.
–Dijo al inicio de 2018 que este sería un año duro por ser preelectoral. Ahora se añade esto y cuesta creer que no le genere ansiedad la cercanía de la convocatoria.
–Es excesivamente pronto para entrar en una campaña electoral, pero tengo la certeza de que con el MetroTUS el resto de partidos ya está en campaña. Es injusto. Y quien me conozca debe saber que esto no me preocupa ni más ni menos estando a un mes de elecciones que estando a siete o a 17. No voy a medir este problema porque estemos más o menos cerca. Lo mido porque me importa. No me preocupa ni un ápice de más o de menos por cuándo voy a pedir el voto... Porque no sé si voy a pedirlo. Sí lo voy a pedir para el PP, pero no sé si para mí.
–Se oye a menudo que el proyecto no es de Gema Igual, que es del anterior alcalde pero que usted carga con él por fidelidad...
–Yo estaba en el equipo de De la Serna y a mucha honra. Este proyecto se gestó en el equipo de Íñigo y se encargó a personas suficientemente cualificadas para llevarlo adelante porque vimos los beneficios que traería. Sabíamos que sería difícil de implantar. Ahora que vemos que no tiene suficientes beneficios sobre el terreno, lo vamos a reformar. Desmarcarme me parecería totalmente absurdo.
–A raíz de este problema, vuelve a la calle el run run de que el PP tiene domesticadas a un gran número de asociaciones vecinales.
–Las asociaciones valoran cuando el equipo de gobierno responde a sus necesidades y también demandan, como se está viendo ahora. He pasado por todas, no solo por las que ponen más fácil el diálogo. A día hoy no hay una sola a la que le deba visita o con la que no tenga cita. Creo en la independencia de los vecinos y no creo que estén en plan servil porque están reclamando que se mejore el MetroTUS. Se les presenta una papeleta complicada, están teniendo presiones.
–Ahora varias de ellas, que son importantes, están dirigidas por personas que provienen de las plataformas ciudadanas y son muy críticas con el PP. ¿Le preocupa?
–Esto es un reflejo de la sociedad. Agradezco que tengan más representatividad para poder comunicarles de primera mano nuestras propuestas. Y para conocer sus propuestas/excusas y poder medirnos en el mismo terreno. Porque la otra opción es que ellos hablen en las redes sociales sin tener nosotros derecho a réplica. Cualquiera que sea elegido por los vecinos es totalmente válido para mí si los representa. Y si los elegidos son más críticos, mejor, porque nos da la oportunidad de explicarnos.
–Pasemos al problema que ha habido con el programa de las Corporaciones Locales. ¿El Ayuntamiento tiene la conciencia tranquila con las contrataciones que realizó con este plan?
–Sí. Es un programa social que da formación e ingresos económicos. No es un puesto de trabajo, sino formación, y en los últimos 16 años se ha venido haciendo de la misma manera y nunca hubo un problema. Ahora, por una denuncia, se ha levantado un acta de infracción sin escuchar al Ayuntamiento, aunque hemos presentado alegaciones. No entendemos que estos contratados tengan que equipararse con un funcionario porque la responsabilidad de este es totalmente diferente, igual que la manera de entrar al Ayuntamiento. No nos parece que se puedan equiparar las dos situaciones porque este programa busca dar una oportunidad a aquel a quien no se la ha dado el mercado de trabajo.
–El sindicato denunciante ha dicho que están ustedes ofreciendo pactos económicos a los reclamantes para evitar ir a los tribunales.
–Nosotros seguimos defendiendo que no es una cesión ilegal de trabajadores. Dentro de cualquier proceso que pueda acabar en un juicio, vamos a explorar todos los caminos legales. No estamos haciendo ningún apaño con ellos, estamos analizando todas las posibilidades desde el convencimiento de que no es una cesión ilegal y desde la sensibilidad con las personas que tenemos enfrente.
–Diques de La Magdalena. ¿Le sorprende que un proyecto que lleva retraso genere protestas?
–No me sorprende porque estamos acostumbrados a verlo. Ha podido haber gente que no se daba cuenta de lo que se iba a hacer hasta que ha empezado la obra y está en desacuerdo. Pero sí sorprende que Arca (que ha empezado las movilizaciones) deje pasar los plazos, no presente alegaciones aunque se le invite de manera expresa y luego convoque una manifestación. Arca conoce plazos administrativos y ha esperado a ver la obra empezada. Pero yo recuerdo que ha habido participación y oportunidad de alegar. No hemos ocultado nada.
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