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En el barrio Isla del Óleo, en Nueva Montaña, los vecinos están «aterrorizados». Desde que comenzaran los robos en sus viviendas hace escasamente un mes, ocho de los 71 chalets adosados que hay en la urbanización han sido desvalijados. «Me llevaron dinero y joyas, como ... a todos los demás. Pero lo peor es que siento que estamos todos vigilados y es algo que me da mucho miedo, pavor», confiesa Pilar Santiago, una de las residentes. «Desde que me entraron en casa vivo aterrorizada», expresa.
Todos los vecinos han hecho piña para protegerse de los ladrones y han reunido cerca de un centenar de firmas que presentarán este próximo lunes en la Delegación del Gobierno de Cantabria para exigir «más presencia de la Policía». Entre tanto, los residentes han creado un grupo en redes sociales para mantenerse comunicados y ejercer una red de vigilancia ciudadana que se prolonga hasta altas horas de la madrugada. «Estamos todos conectados y cada vez que vemos a alguien sospechoso por la zona, nos avisamos o damos la alarma a la Policía», explican.
Fruto de esta labor, hace escasamente veinte días los agentes identificaron a tres individuos sospechosos en el entorno de El Corte Inglés: «Creemos que son los tres que deben estar entrando en nuestras casas y ya los tienen fichados».
Pilar Santiago | Vecina
La mala suerte de uno de los ladrones es que tuvo una jornada accidentada el pasado día 12, cuando entró en casa de Pilar. Los tres, supuestamente, accedieron a la vivienda, que tiene vigilancia por cámaras. La alarma comenzó a sonar y estuvieron apenas cuatro minutos. «Tiempo suficiente para que entraran en mi cuarto y lo desvencijaran para llevarse lo poco que tenía de valor, alguna joya y un poco de dinero en efectivo», cuenta Pilar. Pero uno de ellos se cortó al abandonar la vivienda y dejó un rastro de sangre, que ahora será analizada por la Policía para comprobar si le pertenece a alguno de los sospechosos identificados hace unos días. Fuentes de la Policía Nacional aseguran que la investigación continúa y que se está incrementando la presencia de agentes en la zona, especialmente en los momentos en los que se considera que podrían perpetrarse los robos.
La investigación oficiosa, realizada por los que han sufrido estos robos, conduce directamente a la urbanización Las Presas, en Camargo. «En mi casa entraron y robaron las joyas que había. Las envolvieron en una cazadora de mi mujer y escaparon por un sendero que hay y que pasa por debajo de la autovía hacia Camargo. Allí, en la urbanización Las Presas, hubo un tiempo en que hubo una casa okupada y no sabemos si esta gente está viviendo por la zona», especula Enrique Martín, que desde que sufrió este episodio se ha puesto manos a la obra para movilizar a cuantos vecinos conoce para poner freno a esta cadena de robos que los tiene atemorizados.
Ahora la esperanza de todos es que la delegada del Gobierno, Ainoa Quiñones, los reciba el lunes para ofrecerles una solución a un problema, el del robo en viviendas, que viene creciendo de forma exponencial en toda Cantabria en los últimos años.
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