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Este domingo por la mañana ha arrancado con un goteo constante de papanoeles transitando por las calles de Santander. Y para las 10.30 horas ese goteo se había convertido en una marea roja conformada por 1.500 personas en la calle Calvo Sotelo dispuestas a afrontar la segunda edición de esta carrera por la ciudad con temática navideña. En total cinco kilómetros de recorrido que los participantes completaron con un espíritu más festivo que competitivo y enmarcado en un ambiente familiar. Además, esta edición contaba con un dorsal cero destinado a recaudar fondos para los damnificados por la Dana de Valencia, a través de Cruz Roja, con un precio de cinco euros.
«Ya vamos a llegar cansados». Lo decía una mujer que corría vestida de Mamá Noel a la que le iban pisando los talones sus dos hijos, de menos de ocho años, vestidos de elfos mientras iban al punto de salida de la carrera, justo a la altura de las obras del antiguo Banco Santander. «¡Mamá espera!», gritaba la niña, viendo que se quedaba rezagada. Pero al final llegaron a tiempo. Y con ellos 1.500 personas que conformaron el pelotón. Sobre todo familias enteras, incluyendo a los bebés que hicieron el recorrido en sus carritos y los miembros de cuatro patas, que tampoco dejaron de ir de rojo y cumplir con la etiqueta de esta convocatoria patrocinada por Total Energies, entre otros, y que contó con la colaboración del Ayuntamiento de Santander
A las 10.30 horas, se daba el pistoletazo de salida. Lo hacía puntual, con un buen tiempo para el deporte mañanero, a ritmo del popular villancico de Mariah Carey y con la animación de un Santa Claus oficial en primera línea. Todos los participantes salían a la carrera a su ritmo provistos de gorros de punta, pompones, barbas blancas postizas y con el traje reglamentario de Papá Noel. Incluso alguno con más humor se atrevió a hacer la carrera con un cojín a modo de tripa para emular mejor al feliz barrigón de Laponia.
A los 14.49 minutos de haber empezado la competición, atravesaba el primero de los papanoeles, Javier Sedano, la línea de meta. Cruzaba mucho antes que la mayor parte del pelotón, que estaba más rezagado. haciendo un recorrido que llegaba hasta la playa de Los Peligros y vuelta hasta el Ayuntamiento para regresar al punto de salida. La primera de las mujeres en completar el reto, Élian Périz, lo logró en el minuto 19.43. «¡Qué calor, tía!», dijo una de las participantes nada más terminar mientras se despojaba del pijama navideño con el que había corrido sobre su equipamiento deportivo. Y como ella la mayoría de los que habían hecho la carrera, que terminaban mucho menos compuestos de lo que salieron mientras recuperaban el aliento. «Que os den agua que os lo habéis ganado», les decían los voluntarios a la llegada.
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