Más de un millón de euros para 'lavar la cara' a la plaza de la Catedral de Santander

Hace unas semanas se hizo público el acuerdo a tres bandas entre el Ministerio de Fomento de Íñigo de la Serna, el Ayuntamiento de Santander y el Obispado para invertir 2,2 millones de euros (1,5 de Fomento y 0,25 del Consistorio) para la reforma de la Casa Capitular. Y ahora le seguirá una reforma en la plaza Obispo Eguino y Trecu, antesala de la Catedral, que costará al Ayuntamiento 1,25 millones de euros.

Según ha explicado el obispo, Manuel Sánchez Monge, el proyecto contempla «muchos elementos importantes para la historia de Santander y de la Catedral». Se va a colocar en la hornacina de la entrada del edificio una réplica policromada de la Virgen gótica que estuvo allí desde el siglo XIV hasta el incendio de Santander y que actualmente se encuentra en el Museo de la Catedral.

También se va instalar en la plaza una fuente octogonal, recuperando el crucero existente en el monumento a los caídos para colocarlo en su interior. Una cruz que, según ha destacado el obispo, recuerda la conexión con el Camino de Santiago.

Además, según ha relatado Clemente Lomba, arquitecto del proyecto, en la plaza tendrán una presencia importante los tilos que rodearán buena parte de la fuente, así como una serie de bancos de piedra caliza similar a la de las paredes de la catedral. La nueva plaza continuará teniendo acceso restringido para vehículos de emergencia y del Obispado, pero estará acotada con unos bolardos unidos por una cadenas similares a las que aparecen en el escudo de Santander.

Esta actuación se sumará también a la prevista para recuperar la antigua calle Los Azogues, presupuestada en cerca de 545.000 euros y cuya licitación está pendiente de la Consejería de Cultura tras las prospecciones arqueológicas llevadas a cabo para comprobar si existen restos arqueológicos.

El concejal de Urbanismo, César Díaz, ha explicado que el proyecto ya está redactado y ahora empezará a tramitarse se próxima licitación, para que puedan ser adjudicadas las obras a finales de verano y «coordinar con el Obispado» el inicio de las obras de forma que generen «las menores molestias posibles».