El Ministerio advierte de que ni el Ayuntamiento ni el Gobierno han contestado aún sobre los espigones

De modo que la solución al dilema 'diques sí-diques no' para estabilizar La Magdalena, Los Peligros y Bikini se sigue dilatando en el tiempo. El 7 de febrero el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, vino a la capital cántabra a exponer el último informe del Cedex (Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas), que daba dos posibles salidas a la obra que está parada desde finales de septiembre: o se termina como estaba previsto (es decir, se construye el segundo espigón que está pendiente) o se desmonta el que ya está levantado en las inmediaciones del balneario de La Magdalena.

Ese día, el alto cargo del ministerio dio al Ejecutivo regional y al Ayuntamiento diez días para que comunicaran de nuevo su postura. La alcaldesa Gema Igual dijo justo al salir de esa reunión que ella no necesitaba ese plazo para decidir: el grupo que gobierna la ciudad quiere diques y así lo iba a trasladar por escrito al Ministerio sin perder un minuto.

Fuentes de Transición Ecológica señalaron ayer que es cierto que se recibió un escrito de Igual, pero la Administración central lo que quiere es un pronunciamiento del Pleno del Ayuntamiento, no una carta de la regidora. Y esa comunicación concreta no se ha producido. De hecho, la cuestión ni siquiera ha pasado por el Pleno municipal, que en su última sesión (correspondiente a febrero) debatió sobre las playas, aunque sólo sobre la conveniencia de pedir a la Demarcación de Costas el relleno de los arenales de cara a la Semana Santa y el verano.

El Ejecutivo regional, por su lado, sí se tomó un tiempo para decidir su postura, que no se hizo pública hasta el día 21 de febrero. Esta también fue diáfana: el bipartito reclama que la Administración central retire el espigón ya construido y que se busquen «otras soluciones» para que La Magdalena siga en condiciones de ser utilizada para el ocio y como reclamo turístico. El Gobierno indicó que el proyecto del Ministerio no cumple requisitos que consideran fundamentales ya que ni respeta los valores paisajísticos de la zona ni sirve para mantener los usos tradicionales en el entorno.

De esta forma, la pelota quedó en el tejado del secretario de Estado de Medio Ambiente, quien aseguró en Santander que tomaría una decisión a la vista de sus respectivas respuestas. Su departamento había pedido un informe extra al Cedex tras recibir una petición del Parlamento de Cantabria para que se paralizara la obra, consciente de que la polémica no cesará se tome la decisión que se tome, puesto que hay dos partes totalmente enfrentadas. De un lado, están el Parlamento (salvo el PP), el Gobierno formado por dos partidos (PRC y PSOE) y a un activo colectivo ciudadano -la Plataforma en Defensa de La Magdalena, que lleva ya un año protestando contra los espigones-. De otro está el PP del Ayuntamiento, que arguye que este plan lleva en marcha diez años.