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La ministra para la Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera, considera la opción «más razonable» terminar la construcción de los espigones que pretenden estabilizar las playas de La Magdalena, Peligros y Bikini. Pero también advirtió ayer en la UIMP (Universidad Internacional Menéndez Pelayo) que el ... Gobierno central no actuará en contra de la voluntad de los santanderinos y de su Ayuntamiento, por lo que lo que diga esta institución tendrá «bastante peso» en la decisión final, si bien avisó: no cree que la política de rellenos se pueda seguir manteniendo en el tiempo. Asimismo, Ribera dejó caer que el Ayuntamiento podría hacerse cargo de la gestión de esta parte del litoral.
Su declaración no pudo ser más oportuna: casi al tiempo, la Corporación santanderina estaba aprobando dos mociones instando al Ministerio a que retire los diques (las dos coincidentes) y una de ellas exigiendo, además, que se retomen los aportes de arena para que las playas estén en buenas condiciones todo el año.
César Díaz | Portavoz del PP
Al Pleno de ayer habían llegado dos propuestas distintas porque los espigones, con el paso del tiempo, se han convertido en una guerra política llena de matices. El PSOE y el PRC presentaron una propuesta nacida en el seno la plataforma Salvar La Magdalena en la que se pedía la retirada del muro ya construido a la altura del Balneario de La Magdalena y la vuelta al estado original de los arenales.
Pedro Casares | Portavoz del PSOE
Esto no fue suficiente para el PP, firme defensor de la obra durante años, que ahora se ve obligado a recolocar el discurso debido a que ha firmado con Ciudadanos un pacto de gobierno que contempla reclamar la reversión del proyecto y la recuperación del paisaje original. Los populares reclaman ahora con ahínco los rellenos de arena, con los que el ecosistema ha sobrevivido en los últimos tiempos y ante la tesitura de que el Ministerio anunció hace unas semanas que no son sostenibles en el tiempo.
El morbo estaba servido desde el momento en que el portavoz de Ciudadanos, Javier Ceruti, se iba a ver obligado a pronunciarse por una moción u otra. Pero no hubo caso: las dos iniciativas salieron adelante con el apoyo de los dos ediles del partido naranja porque Ceruti argumentó que «no estamos para ganar un debate, sino para resolver un problema», que es que «esto (en referencia a la escollera) no cabe en esta playa». Así, apoyó primero la de socialistas y regionalistas sin complejos, porque considera este proyecto «un insulto» a los santanderinos. Con esta votación, se desmarcó de su socio popular en el primer Pleno ordinario de la legislatura. Eso sí, Ceruti y María Luisa Sanjuán votaron acto seguido a favor de la suya. En esta segunda moción, socialistas y regionalistas se abstuvieron.
El debate de ambas iniciativas estuvo plagado de reproches entre partidos. Todos tiraron de memoria y el conflicto ha dado tantas vueltas que hay que tener un máster en diques para apreciar hasta el fondo las respectivas acusaciones. César Díaz, portavoz del PP, puso de relieve que las playas están actualmente «peor que nunca» y lamentó que «nadie haya sido capaz de poner sobre la mesa una solución técnica que consiga la estabilización, ni siquiera el propio Ministerio».
José María Fuentes-Pila | Portavoz del PRC
El primer teniente de alcalde recordó que el plan superó en su día «todos los exámenes» y que «la Fiscalía archivó todas las demandas» que se presentaron sucesivamente contra esta actuación. Y señaló como culpable del actual «despropósito», a la Administración central, que «puso en marcha las obras, luego las paró y no está realizando los rellenos». El edil de Fomento acabó poniendo el dedo en la llaga: «Por encima del debate de 'diques sí o diques no' está otro más importante que es el de 'playas sí o playas no'».
Esta discusión que propone el PP no gusta a socialistas y regionalistas, que la consideran un dilema falso y no quieren que se mezcle la petición de eliminar el espigón con los rellenos. El Pleno de Santander ya exigió en febrero de este año a Transición Ecológica que acondicionara con arena esta franja del litoral. En aquel momento, por cierto, el PP calificó de «chapuza» andar pidiendo aportes extraordinarios, aunque lo hizo porque la prioridad era que los usuarios pudieran disfrutar de los arenales en buenas condiciones en Semana Santa y en verano.
Javier Ceruti | Portavoz de Ciudadanos
Pedro Casares (portavoz del PSOE) reiteró que esta obra es «un mal proyecto con un enorme impacto en el entorno» y aseguró que los socialistas «nunca cambiaremos de opinión». A Díaz le espetó que el debate «no es 'espigones sí, espigones no' ni 'playas sí, playas no'. El debate es 'sillón sí, sillón no'», en referencia al pacto que el PP firmó con Ciudadanos el mes para mantener la Alcaldía de la capital.
Fuentes-Pila, portavoz del PRC, también se reubicó: pidió que se desmonte el espigón y, a partir de ahí, «veamos cómo se conserva la playa. No aceptamos su desaparición, pero es necesario analizar la bahía en su conjunto» porque el sistema ha sido muy afectado por distintas actuaciones en los últimos años. Miguel Saro votó como Javier Ceruti, a favor de las dos mociones. Y Vox se abstuvo en la de PSOE-PRC y apoyó la del PP por considerar que era más completa.
Todo este debate tenía lugar en el Consistorio muy poco tiempo después de que la ministra para la Transición Ecológica dijera en la UIMP que la Administración central, «después de estos meses de paralización y de contraste con distintos expertos y con las instituciones interesadas, lo que ha visto es que la opción de protección viable más razonable es culminar la construcción de los espigones». Teresa Ribera subrayó, no obstante, que, «evidentemente», el Gobierno de Pedro Sánchez «no va a hacer algo que no quieren los ciudadanos de Santander ni su Ayuntamiento» y que aspira a una decisión de consenso entre las instituciones implicadas.
Miguel Saro | Unidas por Santander
La titular del ministerio remarcó que si el municipio y los distintos grupos representados en la Corporación «lo que piden es otra cosa» que suponga no continuar la obra, habría que «deshacer lo que se ha hecho hasta ahora para garantizar la seguridad de los bañistas».
También avisó de que es difícil pensar que seguirá la política de relleno con arena, «que es un bien escaso» y que «ambientalmente es sensible», por lo menos dos veces al año. «No es una opción razonable», remarcó en línea con lo señalado por su secretario de Estado hace unas semanas. Ribera expuso que la obra se paró (el pasado mes de septiembre) «a la vista de la contestación social. Ahora ya se sabe que «alternativas hay pocas», aunque en el ministerio están «atentos» y «a la espera» de lo que «digan finalmente desde la Corporación municipal».
«Si quieren que aquello siga adelante como sistema de protección, que entendemos que probablemente dados los criterios técnicos debe ser lo más adecuado, o si prefieren que eso se levante y que el propio Ayuntamiento asuma la gestión del mantenimiento de esa playa», que es urbana.
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