De la miseria a las estrellas

El barrio obrero y de pescadores se agrupaba en torno a la fábrica de betún conocida como 'La Cirages', que comercializaba el producto bajo la marca 'Eclipse'. Sus instalaciones estaban a ambos lados de la calle, comunicadas por un puente elevado que enmarcaba la entrada al barrio. Esta fábrica ocupaba la plaza de Amaliach, que desde 2015 es un parque infantil, «que ha sido todo un éxito», aseguran sus vecinos.

El depósito del gas y 'La Rosario', fábrica de jabones y perfumes situada al inicio del pindio paseo de Canalejas, eran otras dos industrias que empleaban a la clase obrera residente en el barrio.

«De aquel Tetuán al de hoy, el cambio ha sido radical», subraya Mora. «De ver miseria en cada esquina, hemos evolucionado a tener 'las estrellas de la fama' en un paseo, al estilo Hollywood; modernos edificios de pisos, aparcamiento subterráneo, parques infantiles llenos de niños y restaurantes de referencia para los turistas».

El presidente de la asociación vecinal, Miguel Ángel Ponte Sáez, original de la calle de La Habana, aunque pasó su niñez en las calles de Tetuán, se presenta como «tetuanés y raquero». «He crecido libre por estas calles, con más aparejos en la mochila que libros». Ponte opina que aunque ha habido evolución, «el barrio va a dos velocidades: la zona 'VIP' -la parte 'bien'-, que va desde la escultura de la Sardinera hasta Bodega San Fermín, y de ahí para arriba sigue siendo marginal; Barrio Camino y Las Canteras están casi abandonados».

En la actualidad el barrio tiene cerca de 5.700 residentes. «Hay mucho chiquiteo», dicen sus vecinos, «tradición de la gente de mar, ruda y de buen beber», apuntan. En sus locales de hostelería se juntan residentes de la parte alta y baja: Barrio Camino, Las Canteras, Alucemas, el margen izquierdo de Canalejas y las calles Río Cubas y La Montañesa. «A diario se junta la gente a tomar el 'sol y sombra' y las rabas en los bares de siempre: el Chomi o Bodega San Fermín. Estos bares y restaurantes se integran dentro de un paisaje urbano ecléctico, con edificios antiguos de tres alturas, modestas casas con huertas, fincas unifamiliares y los edificios modernos que están junto al aparcamiento.

«El gran golpe de efecto llegó hace ocho años con la construcción del parking de Tetuán», afirma Mora. «Se levantó en una parcela que pertenecía al Ayuntamiento, donde había talleres y aparcaban las autoridades». Con la urbanización de este terreno para el aparcamiento subterráneo y un parque infantil en la superficie, «se mejoró el urbanismo, se levantaron nuevos edificios y el barrio vive hoy su mejor momento; se ha revalorizado».

Los hosteleros se unieron en una asociación «muy activa» y dotaron a la calle Tetuán con farolas de colores en forma de globo que aportan una atmósfera original. David Bustamante, Rulo, Eduardo Noriega, Marta Hazas, Manolo Preciado o Ruth Beitia, entre otros, cuentan con su estrella en este paseo de la fama, contribuyendo a la promoción y al auge del barrio santanderino.

Con el nuevo túnel que conectará la zona de Las Canteras con El Sardinero (para peatones y ciclistas), «proseguirá el impulso del barrio», opinan sus residentes. «Los trabajos se iniciarán en enero y cuando concluyan, podremos salir de casa en traje de baño y llegar a las playas en 10 minutos», dicen.

«El lado negativo de estas obras es que han traído ratas y suciedad al grupo Las Canteras, una situación de insalubridad que el Ayuntamiento debería resolver», denunció la asociación.

Sus fiestas de San Fermín son multitudinarias y concentran muchas actividades, conciertos y concursos tradicionales, como el de pesca y ollas ferroviarias. El barrio dispone de un colegio concertado, un centro de salud y el pabellón de deportes Marcelino Botín, inaugurado en 2003. Ángel Meñaca fundó el club de fútbol de chavales del barrio que tantas alegrías trajo: el Estrella de Tetuán.